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La Administración garantizara que solamente se trasvasen del Tajo aguas excedentarias

El Pleno del Senado rechazó ayer las propuestas de veto a la ley de Explotación del Trasvase Tajo-Segura, al ponerse de acuerdo todos los grupos parlamentarios en incluir una disposición adicional nueva por la que la Administración garantizará que únicamente se trasvasen aguas excedentarias en la cuenca del Tajo, entre otros extremos.

El veto había sido propuesto por el senador de UCD por Cáceres Pedro Cañada y por el Grupo Socialista, aunque este último retiró la enmienda a la totalidad, porque, según su portavoz, los socialistas pretendían en realidad que el tema fuese debatido.Unicamente votaron contra la ley el senador Cañada y su compañero de grupo Juan González Serrano, representante por Toledo. Los socialistas se abstuvieron, y el grupo de UCD votó a favor de la ley, aunque había dejado en libertad de voto a sus senadores de la cuenca del Tajo, tres de los cuales se abstuvieron también.

Al defender la enmienda a la totalidad socialista, el senador de este grupo por Toledo Manuel Díaz argumentó que al planearse el trasvase no pudo producirse una oposición seria porque la dictadura lo impedía. Afirmó que nunca se ha informado de las consecuencias ni se han evaluado correctamente. Así, dijo que los presuntos excedentes de caudal en la cuenca del Tajo se han medido teniendo en cuenta solamente el agua que llega a la frontera de Portugal. Según Díaz Marta, el propio Ministerio de Obras Públicas reconoció en una comunicación al Congreso que el trasvase provocará déficit de caudal en el tramo comprendido entre Aranjuez y Talavera-de la Reina.

Pedro Cañada dijo que su rechazo al proyecto expresaba el de los votantes de Cáceres, y argumentó contra el trasvase, afirmando que consagra el fraude y la imposición que divide a España geográficamente en dos, y que algo tan importante como el agua no se puede regular con una simple ley de tarifas, como la que se discutía. El senador Cañada adjuntaba a su veto una proposición de ley orgánica de regulación de aguas en toda España como texto alternativo.

Añadió el representante por Cáceres que no se producirían excedentes en el Tajo si se hubieran hecho las obras necesarias para desarrollar la región. Apoyó la propuesta de veto el representante centrista por Toledo Juan González Serrano, quien dijo que el trasvase es un «obra faraónica» y un solemne disparate». Destacó que las provincias receptoras del agua tienen una renta per cápita aproximadamente el doble de la que disfrutan las provincias del Tajo, y terminó pidiendo que el problema del agua del Sureste se solucione de otra manera.

En contra del veto, el senador independiente por Soria, Ramiro Cercós, dijo que según el balance hidráulico de 1980, con previsiones hasta el año 2000, hay excedentes de agua en todos los tramos del Tajo, y no sólo en su conjunto. También rebatió las afirmaciones según las cuales el trasvase producirá mayor contaminación, afirmando que ésta no se arregla diluyéndola en más agua, sino depurándola, a lo que agregó que este problema se resolverá cuando esté terminado el plan de saneamiento de Madrid, que es la ciudad responsable de la contaminación, fundamentalmente.

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Félix Pérez Crespo, senador centrista por Murcia, se quejó de que se atacase a todo lo que significa el trasvase, cuando sólo se discutía la ley de explotación, y afirmó que su región no pide más que aguas excedentarias. Citó numerosas cifras que avalan la afirmación de que existen excedentes, y advirtió que las aguas del Segura se reutilizan hasta tres veces.

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