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Los problemas para un "federalismo renovado"

Los canadienses tendrán ahora que volver a levantar los planoes de su casa. El drama es que no están de acuerdo ni sobre el estilo del habitat, ni sobre las instalaciones comunes, ni sobre la ordenación del espacio interior. Todos reconocen que la era de la cabaña de troncos construida hace 113 años -cuando se firmó el acta de la América del Norte británica- está superada y que es necesario construir el edificio para el siglo XXI.Los problemas a solucionar son innumerables y están imbricados unos en otros de manera inextricable.

Los nueve primeros ministros provinciales anglófonos están dispuestos a estudiar el Libro Beige, de Claude Ryan, jefe de la oposición liberal en Quebec. El independentista Levesque no es de la misma opinión, pero puede que reconsidere su postura tras la amarga derrota sufrida. Todos quieren aportar sus enmiendas, sus modificaciones, planteadas con precauciones y ocultando sus «segundas intenciones», de cara a las negociaciones federaciónprovincia prometidas para julio.

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El pueblo de Quebec rechazó mayoritariamente, en referéndum, su "soberanía asociada" con Canadá

Este «federalismo renovado» va a dar mucho que hablar desde ahora. Aparte de Ontario y las provincias marítimas, todas las provincias querrían obtener una autonomía política más amplia. dentro de la federación.

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