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Estreno de la comedia "María la Mosca", de Miguel Sierra.

Hoy se estrena, en el teatro Infanta Isabel, de Madrid, la obra María la Mosca, de Miguel Sierra, bajo la dirección escénica de Angel García Moreno, con escenografía de Vela y figurines de Artiñano. En el reparto figuran Verónica Forqué, Florinda Chico, Pilar Bardem, Carmen Utrilla, Gregorio Alonso, Montse Calvo, Carmen Rossi y Nacho Osorio.

María la Mosca es la segunda obra que se estrena de Miguel Sierra, tras la presentación de Alicia en el París de las maravillas, en marzo de 1978, cuyas representaciones continúan estos días en diversas ciudades de Cataluña. Tiene terminada una nueva pieza, titulada Nuestro paraíso. Los dos personajes de sus obras son completamente distintos, Alicia es una criada y María la Mosca una prostituta, y representan dos mundos diferentes.Miguel Sierra declara que María la Mosca es una obra de doble lectura. «Es un melodrama en toda su esencia. La historia de una chica que quiere comprar la casa donde vivieron sus padres, porque para ella significa su independencia y su libertad, y para conseguirlo sólo tiene el camino de la prostitución. Cuando lo ha conseguido surge otro tipo de tragedia. Debajo de esta historia de la chica y el chico que se cruza en su camino hay un trasfondo social apuntado, una cosa soterrada, que no sé si será percibida por el público, que recoge los años sesenta en Barcelona, lugar de la acción de la obra.»

«El personaje de mi obra realiza una prostitución a escala menor, reflejo de la España oficial que en los años sesenta se prostituía, y sigue prostituyéndose, con las potencias extranjeras que abren sus mercados en nuestro país. Era una época de verdaderos escándalos, que no se reflejaban en la realidad, y el pueblo hacía lo mismo a una escala mínima. Lo que me interesa es la historia de María la Mosca, situada en este entorno, que puede tener un poco de crítica social.»

La historia de María la Mosca, según su autor, está inspirada en un personaje real, una prostituta que conoció, en sus años de estudiante, en el barrio chino de Barcelona. «Ahora hemos vuelto a esos lugares con la intención de saber noticias de ella, pero ha sido imposible localizarla. Han pasado veinte años y todo se ha transformado. El personaje de la obra está recreado, aunque hay frases que salieron de ella, así como el personaje de su amante.»

«Es una comedia divertidísima», añade, «pero al mismo tiempo tiene momentos de silencio que llegan a emocionar. Me encuentro a gusto en este tipo de comedias, que tienen un campo amplio, si bien con el melo es difícil de mantener el equilibrio entre el caramelo o lo demasiado cómico. Para mí el teatro es emoción ante todo. Desde pequeño iba al teatro porque me emocionaba, me sacaba de lo cotidiano, me parecía una gran fábrica de sueños. Creo que después de ver María la Mosca la gente va a salir con una sonrisa puesta y pensando que le han contado una historia que les ha hecho soñar durante dos horas. Cada personaje tiene una entidad propia; me preocupa mucho que el diálogo sea consecuente con la ideología y manera de ser de cada personaje».

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