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BÉLGICA Y HOLANDA

El problema se considera a nivel económico

Soledad Gallego-Díaz

Los Gobiernos belga y holandés contemplan sin ningún entusiasmo la posibilidad de que Estados Unidos inicie un boicot a los Juegos Olímpicos de Moscú. Un portavoz clubernamental belga señaló a EL PAÍS que el Gobierno «podría» solamente ejercer presión sobre el Comité Olímpico Nacional, que es autónomo, a base de reducirle las subvenciones si no aceptaba el boicot: pero insistió en que, de momento, no había nada sobre el tema.En medios económicos belgas y holandeses se estima que una decisión semejante perjudicaría más a los países occidentales que a la propia Unión Soviética. Las líneas aéreas perderían muchísimo dinero, al igual que los periódicos, las empresas de publicidad, las agencias de viajes y todo el entramado comercial que rodea las olimpiadas. A juicio de muchos empresarios belgas, el Gobierno norteamericano y los Gobiernos occidentales tienen otros muchos medios para tomar represalias contra la URSS, sin necesidad de reventar los Juegos Olímpicos.

Sin embargo, medios políticos estiman que las presiones norteamericanas pueden llegar a obligar a sus aliados a adoptar una decisión semejante, aunque parece indudable que existiría en todo caso una fuerte resistencia. El Comité Olímpico, por su parte parece decidido a ofrecer también la máxima resistencia posible, a fin de evitar un precedente que pusiera en evidencia. sin réplica posible, las vinculaciones existentes entre el deporte, por muy amateur que sea, y la política.

En la última reunión celebrada por la OTAN en Bruselas, el pasado martes, los representantes de los quince países aliados estudiaron la posibilidad de boicotear los Juegos; pero, según reconoció el propio secretario general, Joseph Luns, «existían posturas diversas».

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