La escalada a Monjuitch, en ambiente enrarecido
Un especial ambiente va a rodear la disputa de hoy de la tradicional escalada ciclista de Montjuich, que desde hace quince años organiza el Deporte Ciclista Barcelona-JAMP. El enrarecimiento es la nota destacada.
Por un lado, las presiones ejercidas sobre el valenciano Belda por parte de sus patrones para que acuda a Montjuich han puesto una vez más de relieve que las actuales fórmulas de relación entre equipos y ciclistas no son las idóneas, sobre todo para el corredor, que se ve obligado, sin ninguna opción, a correr donde, como, cuando y por cuanto sus superiores decidan. Lamentablemente, Belda no puede estar -de hecho no lo está- en condiciones para aspirar al triunfo, y ni siquiera a una buena clasificación, y hasta puede peligrar su diferencia de seis puntos sobre Rupérez en la challenge española de El Mundo Deportivo. Belda, junto con el propio Rupérez, Eulalio García y Vilardebó, compone el «poker» de figuras españolas que pueden inquietar a los ases extranjeros, pero que así, con el valenciano casi fuera de combate, se queda en trío.
De esta manera las apuestas se levantan sobre el vencedor de dos tours, Hinault, y su gran amenaza, Zoetemelk, aunque también debe contarse con el italiano Battaglin y el portugués Agostinho. El resto de los extranjeros, Villemine, Criqueilion, Arbes, Becas y Sanders, poco pueden hacer aparte de ayudar a sus cabezas de fila. La prueba catalana ha sido siempre terreno abonado para los foráneos (lo que hace, una vez más, incierta la leyenda sobre los escaladores españoles), y sólo dos veces en quince ediciones el triunfo correspondió a uno de casa. En la primera edición (1964) fue Bahamontes el ganador, y nueve años más tarde, Manzaneque. Mientras tanto, el increíble Merckx se adjudicó la carrera en seis ocasiones, el popular Poulidor hizo lo propio tres veces y Pollentier, dos, quedando las dos restantes para Motta y Thevenet.
