_
_
_
_
_

Diez artistas presentan la pintura de la próxima década

Hoy se inaugura en la galería Juana Mordó (Castelló, 7, Madrid) una exposición insólita; entre otras cosas, por el modo de presentación: tres críticos de arte -Juan Manuel Bonet, Angel González García y Francisco Rivas- firman una colectiva de la que afirman que «no es sino un muestrario representativo de lo que va a ser la pintura de los ochenta en nuestro país».

La exposición, que se titula como la década, 1980, muestra la obra de diez artistas revelados durante la que ahora termina. Son éstos Carlos Alcolea, José Manuel Broto, Miguel Angel Campano, Chema Cobo, Gerardo Delgado, Pancho Ortuño, Guillermo Pérez Villalta, Enrique Quejido, Manolo Quejido y Rafael Ramírez Blanco. Pintores de distintas tendencias, de diferentes técnicas, reunidos en una colectiva de la que los críticos garantes dicen: «Desde un punto de vista estrictamente pictórico, esta muestra hubiera sido impensable hace tan sólo uno o dos años. Atrás han ido quedando, por fortuna, resabios teóricos y estériles sectarismos. Hoy, esta confrontación de trabajos tan diversos resulta no sólo lógica, sino necesaria. Al espectador sensible no le será difícil darse cuenta de que estos pintores se inscriben en un paisaje común; de que muchos de ellos, al margen de las diferencias formales, comparten un mismo clima. El paisaje y los climas más cálidos y más frescos que ha conocido nuestra pintura en muchos años. Un paisaje abierto, aunque afilado; nítido, aunque permeable; ante el que sólo funciona un criterio, el de calidad, y del que sólo van quedando excluidas las medias tintas.»Respecto a su propia posición como críticos que se arriesgan a apostar por un grupo de pintores hasta este nivel, Juan Manuel Bonet, Angel González García y Francisco Rivas dicen en su manifiesto de presentación: «Reunir diez pintores bajo la emblemática advocación de una nueva década, y aprovechar la ocasión para suscribir un texto común, son gestos que poco tienen que ver con lo que en España se espera de la crítica de arte. Si al firmar prólogos una gran mayoría de críticos sacrifican, ante todo, a la elegancia social de la conveniencia, nosotros nos reclamaríamos más bien de otra tradición, poco practicada por estos lares: la de firmar no ya un simple texto, sino una exposición como totalidad.» «Firmando 1980», siguen diciendo, «lo que deseamos subrayar es el carácter estratégico y saturado de sentido de esta muestra.» «Tras largos años de apostar fuerte por una serie de nombres, ¿tiene algo de extraño que estemos con ellos en el ruedo expositivo? Sencillamente, doblamos la apuesta; actuamos aún más claramente que de costumbre, en favor de los objetivos de siempre. Y no seríamos tan tajantes si no estuviéramos convencidos de que, como decía Eugenio d'Ors, presentando un Salón de los Once, nuestra victoria, la de la pintura que merece la pena, si no asegurada, es ya extensa; es decir, añadimos nosotros, intensa e irreversible.» Por último, los críticos se refieren en su manifiesto común a la galería que les cobija, Juana Mordó, «institución pionera y representativa de toda una época». «Al dar cabida a estos nombres», dicen, «Juana Mordó arriesga, por lo menos, tanto como nosotros.»

Cada artista presenta dos o tres obras, a su elección, por lo que la exposición reúne cerca de treinta cuadros, que muestran un adelanto de la pintura de los años ochenta.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_