El nuevo Gobierno belga presenta su programa al Parlamento
WiIfrid Martens, primer ministro belga, presentó ayer ante el Parlamento el program.a del nuevo Gobierno formado por una coalíción de cinco partidos -los dos socialcristianos, los dos socialistas, siempre en sus respectivas formaciones de flamencos y francófonos, y eI Partido Federalista Francófono de Bruselas (FDF). Después de un debate parlamentario, el Gobierno espera obtener hoy, sin dificultad, ante una confortable mayoría de dos tercios, el voto de confianza del Parlamento.Un plan socioeconómico, con especial atención a la lucha contra el desempleo, y la voluntad de una reforma regional del Estado belga, son los dos capítulos principales del Gobierno que preside el socialcristiano flamenco Martens.
En lo económico, los objetivos se fijan en una reducción progresiva de la semana laboral, para alcanzar las 36 horas hacia finales de 1981; subvenciones a las empresas para la contratación de personal suplementario; reconversión índustrial, con promoción de la investigación; lucha contra la inflación y defensa de la estabilidad del franco belga.
Este programa recibe el apoyo de los sindicatos y es criticado por la patronal, contraria a la semana de 36 horas laborales. Pretende también la corrección del déficit del presupuesto público, política energética y necesidad de continuar el diálogo social entre patronos, sindicatos y poderes públicos.
Para la reforma regional del Estado, con poderes autonómicos, amplios para Flandes, la Valonia y la aglomeración de Bruselas, el compromiso entre los cinco partidos del Gobierno depende del debate parlamentario, cuyas cámaras son constituyentes y cuentan con los necesarios poderes para una reforma constitucional, que legalice la futura estructura descentralizada del Estado belga.
Se prevén dificultades entre la propia mayoría de los partidos políticos en el Gobierno, cuando se delibere sobre el conflictivo tema de dotación de poderes a cada una de las tres partes interesadas del país. De ahí que muchos comentaristas políticos belgas no concedan grandes probabilidades de terminar su legislatura normal de cuatro años al actual Gobierno presidido por Wilfrid Martens.
