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Reivindican la plena libertad para la brujería

«Ya es hora de que en España se reconozca la clara y sencilla verdad de que la brujería es una religión más antigua que el cristianismo y que ha perdurado a través de los siglos, pese a las monstruosas e inhumanas persecuciones de que ha sido objeto por parte de las religiones oficiales», afirma Félix Llauge, presidente del I Congreso Internacional de Ciencias Ocultas, que mañana se inicia en Barcelona. El congreso -sustitutivo moderno de lo que antes se habría llamado aquelarre- reunirá a las principales brujas del continente europeo, acompañadas de otros brujos, hechiceros y magos. La finalidad de los organizadores es precisamente la de establecer, gracias a estos contactos internacionales, unas ciencias ocultas autóctonas, capaces de competir a nivel mundial. Alfons Quintá informa desde Barcelona.

«Hemos de evitar -afirma Llauge, presidente del Congreso Internacional de Ciencias Ocultas- que se produzca una colonización en este campo. Asimismo, hemos de reclamar una plena libertad para la brujería, que en definitiva no es otra cosa que una religión más, de carácter privado y en la que cada cual es el oficiante. España no será un país plenamente democrático hasta que astrólogos, magos, ocultistas, espiritistas, sociedades iniciáticas y practicantes de las artes adivinatorias puedan ejercer libremente su profesión. o practicar sus rituales, como sucede en los principales países del Mercado Común y en Estados Unidos.»Los deseos de los brujos y brujas españoles chocan con el artículo 587 del Código Penal vigente, uno de cuyos apartados establece penas de privación de libertad para «los que por interés o lucro interpretaran sueños, hicieran pronósticos o adivinaciones o abusaren de la credulidad pública de otra manera semejante».

Félix Llauge afirma que todas las dictaduras siempre han reprimido las ciencias ocultas. Añade que el nacimiento de la brujería va unido a la lucha del hombre por su liberación. «En la Edad Media -manifiesta- la brujería tenía un claro sentido de lucha contra la opresión feudal. Al establecerse una simbiosis entre la religión oficial y la opresión, a nivel popular nació una simbiosis de sentido contrario entre lucha popular y brujería o incluso satanismo.»

Ahora los brujos, hechiceros y magos españoles son muy optimistas respecto a su futuro inmediato. «Aquí crecerán rápidamente las ciencias ocultas, por poca libertad que obtengamos. La religión oficial ha defraudado, y muchas personas evitarán caer en un materialismo para inclinarse hacia la brujería, que puede llenar plenamente sus ansias de espiritualidad."

Los organizadores del congreso definen a la brujería como una religión precristiana, de carácter naturalista. Su principal divinidad es la diosa Diana, a quien acompaña el dios Fauno. Diana es la madre de Aradia, instructora de las brujas que fue enviada, con esta finalidad, a la Tierra en un tiempo no precisado.

En la práctica, la brujería está conformada por un conjunto de rituales muy complejos y variables. Hay invocaciones de todo tipo y con finalidades muy diversas, desde recuperar el afecto de alguien hasta intentar causar la desgracia de quien sea. Los grupos que practican la magia son, por lo general, de trece personas, las cuales llevan a cabo en privado unas ceremonias que obedecen a cánones diversos.

Uno de los problemas más evidentes es el léxico: términos confusos y pervertidos por usos impropios crean un marasmo semántico de difícil clarificación Así, los espiritistas -muy extendidos entre nosotros en los tiempos de la II República- no desean estar, incluidos dentro de la brujería hechicería y magia, pero los brujos consideran que se encuentran situados en su campo.

Algunas de las ideas de la brujería son perfectamente comparables con las propias de otras religiones. Tal es el caso de la creencia en la reencarnación y en la disolución final del propio ser en un conjunto espiritual superior, de forma comparable a las convicciones budistas.

Consideración muy específica merece el satanismo, es decir, el culto a Satán, el diablo de los católicos. Su base histórica viene dada por el hecho de que sectores populares al ver la utilización opresora de la religión y de la idea de Dios prefirieron optar por aliarse con el hipotético enemigo de quienes les oprimían en nombre de Dios. En la actualidad, no obstante, el satanismo, tal y como se practica en Estados Unidos, es esencialmente un epicureísmo extremo en el que las relaciones sexuales ocupan un lugar de honor.

Volviendo al congreso barcelonés, hay que destacar la presencia en el mismo de muy afamadas brujas, magas y hechiceras. Destacan esencialmente la británica Patricia Crowther y las francesas Lena de Sinclair y Berthe Vermande (conocida por Madame Vera). Las tres son personajes que merecen consideración específica, atendiendo a la importancia social de su actividad, sobre la que se ciernen todo tipo de cábalas y que, sin lugar a dudas, les permite obtener un gran respeto social y una importante clientela.

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