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Callaghan viaja hoy a Nigeria para entrevistarse con Kaunda

El primer ministro británico vuela hoy a Nigeria para entrevistarse con el presidente de Zambia, en lo que se considera una urgente misión diplomática sin precedentes destinada a restablecer la credibilidad inglesa ante los Estados africanos, maltratada por las recientes revelaciones sobre el quebrantamiento por Londres de su propio bloqueo petrolífero contra Rodesia.

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Downing Street ha informado que el ministro de Asuntos Exteriores, señor Owen, acompañará a James Callaghan en las conversaciones, que se prolongarán durante el fin de semana y tendrán por escenario la ciudad norteña de Kano. Los últimos detalles fueron arreglados ayer con el Gobierno nigeriano. El inesperado anuncio ha seguido a una reunión plenaria del Gabinete británico sobre el «Informe Bingham», en la que el Gobierno no ha adoptado ninguna decisión final sobre sus medidas para llegar al fondo de los hechos.Antes de viajar a Nigeria, el señor Callaghan se entrevistará en el aeropuerto londinense de Heathrow con el primer, ministro israelí, que regresa de Washington, para discutir pormenores de la cumbre de Camp David.

Al presidente Kaunda y al jefe del Gobierno británico les une una prolongada amistad. El señor Callaghan intenta despejar por todos los medios la firme sospecha de Kenneth Kaunda, expresada públicamente a comienzos de semana, de que Londres se ha mofado durante años de Zambia, en particular, y del resto de los Estados africanos que han aplicado sanciones contra Rodesia, en general.

Las conversaciones entre ambos dirigentes incluirán, además de la violación por Gran Bretaña de sus sanciones contra el régimen rodesiano, la cuestión de Namibia, agravada por la reciente decisión surafricana de rechazar el plan de independencia de las Naciones Unidas y la crítica situación económica de Zambia, causada en buena medida por el cierre de su frontera con Rodesia. En medios oficiosos londinenses no se descarta que el señor Callaghan ofrezca ayuda económica suplementaria al presidente Kaunda, dentro de su «paquete» diplomático para afianzar la deteriorada imagen británica.

La reunión de Kano va a constituir, sin duda, un sustancial elemento de presión para que el Gobierno laborista se decida a llegar hasta el fin en el oscuro asunto del petróleo rodesiano. Ya en 1968, Kaunda había advertido a Londres que había indicios suficientes para pensar que el bloqueo estaba siendo violado.

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Ayer se publicaron extractos de una carta privada dirigida por Callaghan al presidente de Zambia, en febrero de 1977, asegurándole que si había evidencia de juego sucio su Gobierno pondría a los culpables en la picota. Callaghan afirmaba también que durante sus dos años como ministro de la Commonwealth, entre 1974 y 1976 se había esforzado por mantener v reforzar las sanciones contra el régimen de lan Smith. Concluía su carta a Kaunda: «He sido un leal amigo suyo y de la independencia africana durante treinta años.»

El presidente de Zambia, de otra parte, es un hombre clave en cualquier atisbo de solución pacífica para Rodesia, por su influencia entre los líderes de los países «de primera línea» que se oponen al régimen de Salisbury y por su específico patrocinio del dirigente guerrillero Joshua Nkomo.

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