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Consiguen insulina idéntica la humana a partir de una bacteria común

Mediante complejas técnicas de «ingeniería genética», un equipo de biólogos norteamericanos ha conseguido utilizar una bacteria común para la producción de insulina idéntica a la elaborada por el cuerpo humano, lo que supone un avance de la mayor importancia en el tratamiento de la diabetes.El descubrimiento fue realizado, tras diez meses de trabajo, por un equipo científico del centro médico City of Hope, de Duarte, en California, y por biólogos de una compañía privada, la Genentech Inc. Simultáneamente al anuncio del éxito científico se informó que la compañía farmacéutica Elli Lilly, de Indiana, se dispone a, comercializar la insulina obtenida por este método.

Los investigadores utilizaron una cepa de la bacteria conocida como escherischia cofi, que se encuentra comúnmente en el intestino humano, y remodelaron su material genético, añadiéndole un gene sintético en el que se contenía el código de la fabricación de insulina de tipo humano. Así la bacteria fue «inducida» a producir moléculas de insulina y utilizada en cierto modo como una «factoría» de esta hormona.

La insulina es producida por el páncreas y se utiliza para metabolizar el azúcar y otros hidratos de carbono. Los enfermos de diabetes no producen la suficiente cantidad de insulina, por lo que necesitan inyecciones diarias de esta hormona, que hasta el momento se obtenía del páncreas de vacas y cerdos. La insulina animal no es, sin embargo, idéntica a la humana y ello provoca problemas a un porcentaje pequeño de enfermos. Se calcula que hay actualmente cien millones de diabéticos en el mundo y que el número aumenta cada año entre un tres y un cuatro por ciento.

En este sentido, la mayor importancia del descubrimiento efectuada por los científicos de California radica en que garantizará próximamente el suministro mundial de insulina y alejará la posibilidad de cortes en el mismo, algo que algunos especialistas daban como probable en un plazo de diez años. La insulina obtenida en estas «factorías» de bacterias tendría, además, la ventaja de ser exactamente igual a la humana y eliminaría, pues, probablemente, las alergias y problemas de otra índole experimentados por algunos diabéticos que Se inyectan insulina animal.

La posibilidad de producir insulina de tipo humano en un laboratorio mediante técnicas de remodelación genética fue anuncia da ya hace varios meses (vease EL PAÍS del 14 de junio de este año) por un equipo de biólogos de la Universidad de Harvard, que consiguió producir insulina de rata con el mismo método empleado ahora en California.

La comercialización de la hormona tardará, sin embargo, cierto tiempo en producirse, ya que se necesita efectuar una serie de pruebas que garanticen que no existe peligro para el enfermo y la autorización de las autoridades sanitarias norteamericanas. Eli Lilly, de Indiana, fabricará la insulina masivamente y pagará «royalties» por el descubrimiento a la empresa Genentech Inc.

Pero aparte de la gran importancia que el descubrimiento puede tener para el tratamiento de la diabetes, el éxito en la remodelación del material genético de una bacteria común, para «ordenarla» la producción de complicadas cadenas proteínicas, abre un campo insospechado a la biología.

Algunos científicos hablan ya del comienzo de una «nueva era» en la que la «ingeniería genética» aportará grandes beneficios al hombre. La tecnología podrá fabricar enzimas catalíticos para los procesos industriales y en el campo de la medicina se habla ya de posibles éxitos en la producción de hormonas tiroideas, que regulan la creación de glóbulos rojos en la sangre, o en la fabricación de proteínas que estimulan el crecimiento de las células nerviosas.

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