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Tribuna:DIARIO DE UN SNOB
Tribuna
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Los uruguayos

Viene a verme una mujer de poncho y desaliento. Es uruguaya. Es joven. Es exiliada. Habla todavía en tono de conspiración. Tiene miedo:-Desde el golpe militar de junio del 73, que suprimió todos los derechos humanos, sindicales y políticos en Uruguay, el país, que había sido ejemplo de democracia, se ha convertido en una dictadura sangrienta.

Efectivamente, parece que la cuarta parte de la población ha tenido que emigrar. En España tenemos desde hace unos años, aquí, en Madrid, a Juan Carlos Onetti, ese misterioso y lírico prosista que bebe un licor de silencio y hace sus cuentos cada vez más laberínticos, huido del espanto. Entre menos de tres millones de habitantes, Uruguay tiene hoy 7.000 presos políticos y sindicales. Dicen que la tortura física ha pasado a ser la forma coloquial de entendimiento entre el Poder y el pueblo.

Toda la izquierda española ha pedido ya al Gobierno uruguayo el cese inmediato de la tortura, la liberación inmediata de los presos detenidos por sus ideas políticas o actividades sindicales, el restablecimiento de la plena vigencia de los derechos humanos, etcétera. Una de las pocas emociones claras que nos ha traído la indecisa democracia española es esta de que los pueblos americanos de lengua castellana estén haciendo de España bastión, reserva y raíz para su reconquista del Estado revolucionario

Antes, cuando las tres carabelas de Franco hacían el trayecto España/Hispanidad todos los días, llevando o trayendo a Sánchez-Bella con plataforma para diez viajeros y una autoridad, que solía ser Giménez-Caballero, nuestro país era cubil de batistianos con el mambo bordado de dólares, rubirosas descapotables, pignataris velocísimos, riveros ribereños, peronas momificadas y descamisados con aura que viajaban dentro de un armario de luna.

Y hoy, ya ven, todo lo contrario.

Hoy, el Rey corrobora al marxista Carpentier; Palinuro, de México, se pasea por Madrid contándole a Rosa María Pereda las sangres de la plaza de las Tres Culturas, las Nachas y las Cipés montan el café-teatro de la cómica exiliada-, Matilde Urrutia, viuda de Pablo, le lee las odas más elementales a Soler Serrano y nosotros, o sea Juan Diego, Ana Belén, Buero y yo vamos a darle un homenaje el sábado a César Vallejo, en su aniversario, porque Vallejo fue, según sus versos, paladín de Madrid y por cojones.

No voy a decir, claro, que estemos en el mejor de los mundos posibles ni que la reforma de Suárez vaya a ser una odisea democrática en el espacio, pero estos encuentros con el Tercer Mundo en la tercera fase son posibles gracias a que la democracia fáctica ha ido por delante de la democracia formal, como ayer cuando Santiso, en el Congreso, se erigía en Dany el Rojo de la revuelta permanente de los fotógrafos, levantando una comuna de cazadoras de cuero y película ultrasensible sobre las alfombras borbónicas, y bajo la mirada de don Patricio de la Escosura.

Aquí no habrá democracia, pero un fotógrafo de prensa consigue parar un Pleno del Congreso. Nuestra democracia, va por delante de sí misma, lo cual supone tanto que se puede lograr como que se puede escrismar. Pero supone, de momento, que los pueblos libres y dispersos de América están haciendo una Hispanidad a la inversa, no sospechada por Sánchez Bella y mucho más real que la suya. Las ínclitas razas ubérrimas vienen zurradas de dictadores. Inclitas razas paupérrimas. Señor Onetti, yo di una conferencia sobre usted, en las Canarias pre Cubillo, hacia 1969, en un congreso de profesores europeos. ¿Quién es hoy Juntacadáveres en su país? Juntacadáveres parece que es el Gobierno. Señor Onetti, ahora me ha llegado, mujer de poncho y desaliento, una sombra uruguaya y exiliada. Nuestra convencional democracia cobra hoy realidad como trinchera contra otras dictaduras. Gracias, uruguayos.

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