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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
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Los parlamentarios de Madrid y Coplaco

Director Técnico de Planeamiento Metropolitano de CoplacoEl pasado día 18 tuvo lugar un encuentro de parlamentarios madrileños convocados por el ministro de Obras Públicas y Urbanismo para discutir un documento elaborado por Coplaco sobre problemas y perspectivas de planeamiento del Area Metropolitana de Madrid.

Este documento, previamente distribuido, parte del reconocimiento de una experiencia histórica negativa: el reiterado fracaso de la práctica planificadora sobre Madrid y la frustración de un planeamiento imposible, desarrollado en el vacío, desasistido de apoyos sociales y políticos reales, más allá de las exposiciones y las maquetas.

Pero al mismo tiempo, señala el documento, la novedad de la situación actual, en la cual no sólo el planeamiento puede ser, sino que no tiene más remedio que ser, concebido e instrumentado de forma muy diferente al de etapas anteriores, abriendo sus procesos puramente tecnológicos a la transparencia, a la información total, al debate, a la participación pública, para que el producto pueda nacer contando con el apoyo social y político y ser así operativo y eficaz.

La primera parte del documento describe la obsolescencia del plan vigente desde 1963 y la ineludible necesidad de su revisión y de la puesta a punto de un nuevo planeamiento.

También señala la existencia de un conjunto importante de trabajos muy valiosos, desarrollados en los últimos años por Coplaco, que constituyen insustituibles bases de apoyo para la tarea a desarrollar.

La segunda parte contiene un análisis de la problemática más aguda del Area Metropolitana madrileña, señalando el proceso de constante deterioro de la ciudad y el territorio circundante, tanto por congestión interna, como por invasión desordenada de los espacios externos y por destrucción del entorno natural y del patrimonio histórico. También contiene una alusión a la insatisfactoriedad del marco institucional y a la debilidad real de Coplaco para desarrollar el importante papel coordinador que se le asignaba, reconociéndose que este organismo, pionero en el momento de su creación en 1963, no resiste hoy una comparación con las formas de gobierno metropolitano arbitradas en los países que han abordado mejor estos problemas.

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Finalmente, la tercera parte es la propuesta que ofrece Coplaco, en la nueva situación política española, como base de una actuación inmediata para incidir realmente en la configuración de la parte del futuro de Madrid que todavía no está escrita, a través de un proceso de planeamiento que arranca de una generalizada información y de una incitación a la reflexión, a la discusión y a la participación que permitan la elaboración de una declaración política sobre bases de aceptación general, la cual, a su vez, pueda servir para fijar los objetivos y los términos de referencia para desarrollar el planeamiento.

Se trata, pues, de una convocatoria general, de una llamada a la seria consideración del problema de ese futuro de Madrid, con plena conciencia política de su trascendencia, de la oportunidad del momento, y de la esperanzadora novedad que en el mismo se contiene, para plantear originalmente un nuevo camino de planeamiento. Y éste, por responder en su formulación a expectativas y demandas muy generales, por ofrecerse como un proceso abierto a la incorporación de sugerencias y a la toma de decisiones no predeterminadas, así como también por el hecho de estar referido a plazos medios y largos, no es fácil de inscribir en la política coyuntural de ningún partido, sino que se sitúa claramente por encima, con posibilidades de validez permanente, más allá de quien lo patrocine o lo proponga en cada momento.

Curiosamente, el acto del día 18 ha sido generalmente comentado, destacando tan sólo de él ciertos aspectos formales, exteriores y secundarios, sin consideración apenas de lo verdaderamente importante del mismo. Se ha señalado así, ante todo, el escaso número de parlamentarios asistentes, y se ha reducido de ahí el desinterés de los partidos por el tema de Madrid, lo cual supone una actitud bastante despectiva hacia esos partidos y una muy escasa valoración de su real participación, pues como acertadamente puso de manifiesto el señor Alonso Puerta en su constructiva y lúcida intervención, lo significativo no era que faltasen muchas personas, si , no que los principales partidos parlamentarios estaban presentes, a través de representaciones, como la que él ostentaba en ese momento del Partido Socialista Obrero español.

Pensar en efecto, que en un día le intensa actividad parlamentaria, los partidos pudiesen distraer del Parlamento unos efectivos humanos que, por otra parte, concentran a sus principales líderes, era un poco ilusorio. Pero deducir de ahí que no ha habido respuesta o interés hacia el problema de Madrid, es bastante denigratorio para esos partidos, que, no sólo han acudido representados, y bien representados, sino que además han demostrado haber estudiado a fondo la propuesta de Coplaco, como para someterla a análisis y a crítica, aportando valiosas sugerencias sobre la misma.

Y ahí está, precisamente, la parte más interesante y positiva del acto, en la crítica y en la valoración que han hecho de la propuesta los partidos, y especialmente en la aceptación manifestada unánime y claramente, de su validez como punto de partida para la instrumentación de un proceso de planeamiento metropolitano, asentado sobre bases nuevas y originales que permitan eliminar el peligro de tecnocratismo que siempre acompañaba a las operaciones de planeamiento.

Sí, lo verdaderamente importante, y no ha sido apenas destacado, es que en aquel acto se ha llegado a un acuerdo de principio para que, contando con la aquiescencia y con la colaboración ofrecida de los partidos parlamentarios, pueda ponerse en marcha ese proceso de planeamiento metropolitano propuesto en líneas generales por Coplaco, mediando en el mismo un entendimiento directo con los parlamentarios de Madrid, que habrá de cristalizar inmediatamente en alguna forma institucional estable mientras dure el proceso, la cual, por otra parte, podría servir de lugar de encuentro entre la Administración y unos posibles plenos de parlamentarios madrileños, cuya convocatoria urgió el señor Tamames en su larga, meditada y positiva intervención, para el estudio de la problemática específica de esta unidad y de su territorio. De esta forma, el proceso de planeamiento enunciado por Coplaco en sus líneas metodológicas fundamentales, será desarrollando, en cuanto a la toma de decisiones, mediante acuerdos generales previos a nivel de los partidos parlamentarios, que habrán de estar contrastados en todo momento, con los resultados que el propio proceso vaya alumbrando en los otros niveles en que se plantea la participación fuera del nivel parlamentario.

Así, pues, podemos entender que ya ha empezado este apasionante intento, nuevo en la historia de nuestro urbanismo, de dotar a Madrid de un planeamiento democráticamente elaborado, pues aunque es cierto que las decisiones definitivas no deben tomarse hasta que existan unos ayuntamientos elegidos, también es verdad que no hay por qué posponer a las elecciones unos primeros pasos preparatorios del proceso, necesariamente largo, como señalaron tanto el senador Satrústegui, como el señor Fraga Iribarne, en sus estimulantes intervenciones del día 18.

Sí, vale la pena repetir, que lo verdaderamente importante es que ;e ha dado un primer paso fundamental hacia la posibilidad de un planeamiento realmente apoyado por las fuerzas políticas y sociales. Y aunque el camino está lleno de dificultades, ya es bastante positivo que haya terminado la época histórica en la que el planeamiento era una coartada tranquilizadora para los políticos, un producto de laboratorio para los técnicos, y una lucubración sin credibilidad para la sociedad.

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