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Agustín Moreno,
preso social, juzgado en la Audiencia de Madrid por tres delitos de robo, por los que piden veintisiete años de cárcel, se dirigió con voz tranquila: «¿Cómo es posible que ese señor que está durmiendo pueda juzgarme y decidir sobre la libertad y la vida de los demás?» La pregunta fue recibida en un silencio total, Y el presidente del Tribunal dio el grito habitual de ¡Despejen la sala!
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