¿Hasta cuando?
La publicación de los juicios por adulterio en varias ciudades españolas y, como consecuencia, las reacciones colectivas subsiguientes, hace que se planteen a niveles todavía muy elementales y en su misma base la crítica y revisión de un código totalmente desfasado y de espaldas a una realidad socio-cultural y política, de clara discriminación de derechos entre uno y otro sexo.El caso de la profesora de Málaga, divulgado en la prensa diaria, vuelve a poner sobre el tapete de la injusticia una situación que no nos es ajena, o por lo menos no lo es para un 50% o más de la población española: la femenina.
Y no solamente la injusticia, sino también la hipócrita actitud de un sector de nuestra sociedad, que se muestra reacio a la institucionalización de los anticonceptivos y que se rasga las vestiduras ante cualquier posibilidad de legalizar el aborto; aborto que en España ha dado y da las tasas más altas de Europa con un alto índice de riesgo, por las condiciones de clandestinidad en que se practica.
Lo que el caso de la profesora plantea y lo que hace que se signifique como generalizable es la imposibilidad de una maternidad consciente a toda mujer, no ya a nivel social, como es tradicional en nuestra puritana sociedad, sino también a nivel profesional.
Miembro de la Asociación Castellana de Amas de Casa
Madrid