_
_
_
_
_

Perros y gatos, prohibidos en lugares públicos

El Boletín Oficial del Estado publicó ayer una orden del Ministerio de la Gobernación, firmada por el señor Fraga Iribarne, el 14 de junio, por la cual se regulan las medidas higiénico-sanitarias en perros y gatos de convivencia humana. La medida viene a homologar nuestro país con otras naciones donde existe una gran preocupación frente a enfermedades y riesgos causados por animales. Concretamente una seria amenaza de rabia se advierte en varios países europeos.

A muchas personas le gustan lo animales. A otras no tanto, sobre todo cuando la convivencia con ellos puede suponer riesgos para la salud humana. Es especialmente a este segundo grupo, que ha hecho oír su protesta, a quien viene a complacer la nueva legislación que ha entrado en vigor ayer.Recientemente se dio la cifra de 60.000 perros andando sueltos por las calles y plazas de nuestras ciudades. Pero la cifra al parecer no refleja más que una cuarta parte de la realidad del problema.

«Hay por ejemplo familias -declaraba recientemente Benito de Benito Espinosa, impulsor de algo así como una asociación de defensa de los derechos del perro anónimo-, que adquieren el perro po capricho y que luego, al cabo de los meses, optan por abandonarlo en cualquiera de sus salidas dominicales hacia la región», añadiendo que «esos 60.000 perros que vagan por ahí, abandonados, morirán o se convertirán en salvajes antes de que finalice el año».

Los intereses de los canes coinciden en este caso con los de los humanos, puesto que esos perros abandonados por el capricho de los dueños son precisamente idóneos portadores de los más diversos virus y enfermedades.

Muchas de estas enfermedades son transmitidas a las personas sin apenas percibirlo. No se trata de la temida rabia que ahora preocupa muy seriamente a las autoridades sanitarias europeas. Se trata de una amplia gama de enfermedades respiratorias o parasitarias (psitacosis, sarcopies scabei, microsporum canis, etcétera).

El decreto que ayer ha entrado en vigor consta de 23 artículos, a lo largo de los cuales se señalan las múltiples obligaciones de los propietarios de animales domésticos, concretamente de los. perros y gatos, «a fin de evitar ciertos problemas que los perros y gatos pueden crear a la sociedad en que conviven», afirmando en su introducción que «se hace aconsejable poner en práctica medidas complementarias» al decreto de 17-5-1952 y concluyendo que «concretamente la estrecha relación de aquellos animales con el hombre y los peligros de difusión de diversas enfermedades, entre las que destaca la rabia, obligan a la adopción de especiales medidas preventivas».

Medidas

Los propietarios o poseedores de perros están obligados a censarlos en los servicios municipales correspondientes y a proveerse de la Tarjeta Sanitaria Canina, notificando las bajas por muerte o desaparición en el plazo de diez días, así como los cambios de domicilio. Para circular deben ir provistos de correa o cadena y collar con la medalla de control sanitario, incluso los perros lazarillos.El perro vagabundo es severamente tratado por la ley, entendiéndose como tal «aquel que no tenga dueño conocido, domicilio, ni esté censado, o aquel que circule sin ser conducido por una persona en poblaciones o en vías interurbanas».

Los perros que circulen en estas condiciones -sin la chapa numerada de matricula o sin ir conducido por alguien-, «serán recogidos por los servicios municipales o de las Diputaciones, según lo previsto en la orden ministerial de. 5 de diciembre de 1974. Tras tres días de retención, el perro será sacrificado por procedimientos que el decreto llama eutanásicos especificando el empleo de barbitúricos y cámaras de gas y prohibiendo el empleo de estricnina u otros venenos que ocasionen una muerte con sufrimientos. Cuando las circunstancias lo aconsejen, el período de espera a la aparición del dueño se reducirá a un día. También se advierte que la recogida de perros vagabundos será especialmente intensa en las zonas de afluencia turística y en las temporadas inmediatamente posteriores al período de vacaciones, así como en los lugares y épocas que aconsejen circunstancias concretas.

Se prohíbe el transporte de perros en los medios públicos en los lugares destinados a los pasajeros. Las compañías de ferrocarriles, aéreas, etcétera, exigirán el certificado de vacunación antirrábica. Se prohíbe de un modo absoluto la entrada y permanencia de perros en restaurantes, bares, cafeterías, y en general a locales donde existan alimentos. En todo tipo de lugares de reunión pública o alojamientos, el perro deberá llevar bozal y correa. Durante la temporada de baños no se autoriza la circulación o permanencia de animales en playas o piscinas.

Sanciones

Respecto al individuo que abandona animales se considera su conducta como un riesgo para la salud pública. Cuando un propietario quiera deshacerse de un perro o un gato «deberá entregarlo a la autoridad municipal». Se exceptúan los casos de venta de perros que deberán acreditarse con la posesión de la Tarjeta Sanitaria Canina.Cuando alguien sea mordido por un perro, queda obligado a dar cuenta a las autoridades sanitarias, estando obligados «los propietarios o poseedores de perros mordedores..., a facilitar los datos correspondientes del animal agresor, tanto a la persona agredida o a sus representantes legales como a las autoridades competentes que lo solíciten».

El capítulo de las sanciones queda también actualizado. De cifras que figuran en la anterior legislación estableciendo la posibilidad de imponer una multa de cinco pesetas, se pasa a cantidades comprendidas entre 500 y 50.000 pesetas, por los gobernadores. «Todo ello sin perjuicio -se señala- de pasar el tanto de culpa al Juzgado competente cuando así lo determinare la naturaleza de la infracción».

Se establece también que los alcaldes de todos los municipios procedan a dictar un bando, dándole la máxima publicidad, sobre la presente orden. La cosa se va a poner muy mal para los perros y gatos que no sean estrechamente vigilados por sus dueños. El decreto va a hacer la vida imposible a los animales en unas ciudades que, si no están pensadas para los humanos, menos aún lo están para los perros y los gatos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_