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Inglaterra vuelve a las semifinales de un Mundial

Después de 28 años, los británicos entran entre los cuatro mejores tras vencer a Suecia

Harry Maguire celebra con sus compañeros el primer gol de Inglaterra ante Suecia.
Harry Maguire celebra con sus compañeros el primer gol de Inglaterra ante Suecia.EFE
Juan I. Irigoyen

Por fin Inglaterra. Tuvieron que pasar cerca de 30 años para que Los Tres Leones vuelvan a jugar los siete partidos de un Mundial. A Gareth Southgate, tan elegante frente al espejo como astuto en la pizarra, le salió bien la especulación en la fase de grupos. Tiró el último duelo ante Bélgica, para meter a su Inglaterra en el lado amable de la llave. Receta de éxito para los británicos, sufrida victoria en octavos ante Colombia en los penaltis, plácido triunfo frente a Suecia en los cuartos y ya en semifinales de un Mundial por segunda vez en su historia y primera desde 1990. La llave a un partido plomizo, táctico y disputado estaba, una vez más, en la estrategia. No falla Inglaterra a balón parado. Abierta la lata, los chicos de Southgate dominaron a una Suecia que no cuenta con más armas que el amor propio y una defensa fiera. Nada que hacer ante la renacida Inglaterra.

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Tienen los Tres Leones una deuda pendiente con su sentido de la creatividad. Inventor de (casi) todo, ganador de (casi) nada, Inglaterra saltaba de Mundial a Mundial, con la misma cadencia que pasaban de la ilusión al fracaso, con la misma velocidad que cambiaban esperanza por decepción. Y eso que habían visto pasar por Wembley a generaciones de jugadores fantásticos, como la de los Fergie Boys (Beckham, Butt, Scholes y los hermanos Neville) o la última camada liderada por Gerrard, Rooney, Lampard y compañía. Ahora, aparecen los chicos de Southgate. Ya habían avisado en los juveniles, y ahora quieren tocar el techo del mundo en Rusia.

No fue fácil que arrancara el fútbol en Samara. La pelota giraba, sí, pero a ritmo tedioso, sin mala saña. Era imposible encontrar a un delantero, ya sea vestido de rojo o de amarillo, mucho menos a los porteros. A Suecia le daba resultado la fórmula que lo había llevado hasta los cuartos. Presión adelantada cuando el balón estaba en los sutiles pies de Pickford, retroceso en masa para colocar a todos sus muchachos por detrás de la línea del balón. Una doble muralla de cuatro defensas, cuatro volantes, todos bien pegados, siempre con la ayuda sus puntas Toivonen y Berg. Poco talento, mucho orden, sobre todo sacrificio, en el grupo liderado por el tan metódico como divertido Andersson.

Cambió Inglaterra cuando se dio cuenta de que no había riesgo por las bandas. Ni los extremos ni tampoco los laterales suecos se animan a estirar el campo. Con las alas del cuadro escandinavo ancladas en su campo, Young y Trippier pusieron una marcha más, activados por los pases cruzados de Pickford, hábil para tocarla con los pies, un pulpo con las manos, imposible de batir cada vez que los suecos se rebelaban a su monotonía. Southgate no tocó nada respecto del once que le ganó a la dura Colombia en los octavos de final. Mismo equipo, mismos problemas para circular el balón, mismas soluciones con la estrategia.

Tiene un mina de oro Southgate en el balón parado. Cinco de los 11 goles de Inglaterra en Rusia llegaron desde la pizarra, otros tres de penalti (siempre ejecutados por Kane), más tres de jugada. Y para eso tiene a más de un especialista, grandes lanzadores, mejores rematadores. Maguire le ganó sin problemas en el área a Forsberg para mandar a la red el buen centro de Young. Entonces, se tranquilizaron los jóvenes británicos. Olvidadas las imprecisiones, Dele Alli y Lingard recuperaron el toque y Young y Trippier continuaron sus escaladas. Henderson nunca había perdido su posición y Kane, por supuesto, siempre era un problema para Granqvist y Lindelof. Lo de Sterling es otro tema, ruidoso en el uno contra uno, silencioso en el tiro final.

Suecia espabiló cuando Dele Alli ya había cantado el segundo de Inglaterra, después de una buena jugada colectiva que terminó con otro cabezazo, esta vez del jugador del Tottenham, que remató el preciso centro de Lingard. Pero en cada contraataque los chicos de Andersson se encontraron con un mismo protagonista: Pickford. El portero del Everton está en llamas, inmenso en los penaltis frente a Colombia, también ante Berg, Claesson y Toivonen. Por fin encontró un guardameta Inglaterra, pero, sobre todo, por fin Los Tres Leones vuelven a estar entre los cuatro mejores de un Mundial.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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