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El Giro del 17 asoma en el horizonte de Nairo Quintana

El ganador de la Vuelta cree que hay que probar antes de afirmar que ganar la carrera italiana es incompatible con imponerse en el Tour

Carlos Arribas
Nairo Quintana, el viernes, en Gorraitz.
Nairo Quintana, el viernes, en Gorraitz.Jesús Diges (EFE)

En el retiro otoñal del Movistar, el recién llegado Daniele Bennati habla del Tour de Flandes y de la París-Roubaix, y Nairo Quintana habla del Tour, y también del Giro. Al italiano, que ha llegado al equipo navarro después de pasar unos años de guardaespaldas de Alberto Contador en el Tinkoff, se le tuerce el gesto cuando se le dice que en Bélgica tendrá que llevar de la mano a Alejandro Valverde, el líder, y recupera la sonrisa cuando se le dice que no, que era broma; al colombiano ganador de la última Vuelta no se le apaga para nada la chispa de la mirada cuando se le habla del Giro, de la posibilidad de volver en mayo (5 al 28) de 2017 a la carrera rosa antes de asaltar en julio (1 al 23) el Tour por cuarta vez. Quintana, de 26 años, ya ha ganado un Giro. Lo hizo en 2014, en su primer intento. Después se tomó vacaciones. No corrió aquel Tour. No intentó un doblete que los ciclistas del siglo temen por considerarlo imposible.

“Hay que intentar probarlo antes de poder decir que es imposible”, dice Quintana, a quien parece no asustar el reto. “No puedes estar arrepintiéndote luego de lo que no has probado”. Habla el ciclista colombiano con la confianza ilimitada en sus posibilidades que la victoria en la Vuelta le devolvió después de haberla casi perdido con su tercer puesto en el último Tour. Esa fe le permite analizar con un vistazo rápido la historia. En la década de los 90 del siglo pasado, Miguel Indurain, dos veces (1992 y 1993) logró ganar Giro y Tour el mismo año. Cinco años después, en 1998, Marco Pantani le imitó. Desde entonces nadie lo ha conseguido, aunque, realmente solo Alberto Contador, en 2011 y en 2015, lo ha intentado con ahínco. En 2011, un mes después de ganar su segundo Giro (una victoria que se borró de su palmarés a posteriori como castigo por su positivo por clembuterol en el Tour de 2010), Contador se cayó en la primera etapa de un Tour que no supo enderezar; antes de comenzar el Tour de 2015 ya confesó el madrileño que la victoria en el Giro le había exigido más de lo que pensaba y que no se había podido recuperar. Su experiencia ha servido de espejo a Chris Froome, el último dominador del Tour, que considera que los efectos secundarios de ganar el Giro son demasiado importantes como para pensar en el Tour, que empieza apenas un mes después.

“Además, me atrae el recorrido del Giro del 17, las subidas, el regreso al Stelvio, la montaña que marcó mi victoria en el 14”, añade Quintana. “Y ya demostré el año pasado que después del Tour me recuperé tan bien que gané la Vuelta”.

Eusebio Unzue, el jefe del Movistar acepta que hay más de un 50% de posibilidades de que Quintana corra el Giro y el Tour en 2017, recuerda cómo su colombiano derrotó a Froome en la Vuelta y argumenta, como Quintana, que es posible. “La estadística siempre la puedes hacer jugar a tu favor”, dice Unzue, director de Indurain en los años 90. Cuando se le hace ver que quizás quien corre el Giro antes del Tour, y se deja conquistar inevitablemente por el deseo de ganarlo que le hace olvidar el cálculo, da ventaja a quien solo prepara el Tour entrenándose, Unzue lo acepta, pero ofrece su solución. “Pues habrá que hacer que Froome corra también el Giro”, afirma. “Lo digo, además, por el bien del ciclismo, que necesita que también todos los mejores vayan al Giro, una carrera extraordinaria”.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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