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El Espanyol derrota a los suplentes del Barcelona

Con algunos titulares, los de Sánchez Flores derrotan al equipo blaugrana con un gol del ecuatoriano Caicedo. Alcácer sigue sin poder marcar

Juan I. Irigoyen
El Espanyol, campeón de la Supercopa de Catalunya.
El Espanyol, campeón de la Supercopa de Catalunya.JOSEP LLUÍS SELLART

Hay duelos que no despiertan a la hinchada. Ni siquiera un derbi con la historia, como el que enfrenta al Barça y al Espanyol, atrae al público cuando sus entrenadores le dan la espalda con las alineaciones. Ocurre, en cualquier caso, que estos encuentros ignorados para la mayoría de aficionados, para algunos futbolistas se vislumbran como una oportunidad para reivindicarse. Y al Nou Estadi llegaron dos jugadores necesitados de minutos, dos delanteros necesitados de gol. Para Paco Alcácer y Caicedo la Supercopa de Catalunya tenía un especial interés, probablemente superior al de la mayoría de los presentes en Tarragona.

BARCELONA, 0 – ESPANYOL, 1

Barcelona: Masip; Nili, Marlon, Mathieu (Martínez, m. 54), Moisés (Palencia, m. 72); Aleñà (Mujica, m. 82), André Gomes, Denis; Arda (Alfaro, m. 72), Alcácer y Carbonell (Sarsanedas, m. 77). No utilizados: Suárez; y Gumbau.

Espanyol: Roberto; Víctor Álvarez, Demichelis, Diego Reyes; Duarte; Roca (Javi Fuego, m. 79), Melendo (Aaron, m. 84); Reyes (Víctor Sánchez, m. 69), Salva Sevilla, Jurado; y Caicedo (Moreno, m. 63). No utilizados: Diego López; Baptistao, David López, Javi López y Diop.

Goles: 0-1. M. 10. Caicedo.

Árbitro: Estrada Fernández. Amonestó a Demichelis, Alcácer, Nili y Víctor Sánchez.

Nou Estadi de Tarragona. 12.810 espectadores.

Necesitaba Caicedo recomponer su relación con Quique Sánchez Flores, rota después de su infantil expulsión en el último partido de Liga ante el Eibar. Necesitaba Paco Alcácer reencontrarse con el gol, una relación quebrada desde que aterrizó en el Camp Nou el pasado verano. Y mientras el ecuatoriano buscó la misericordia de su técnico con un, hasta ahora, prácticamente inédito sacrificio físico que se tradujo en el gol del triunfo, al 17 azulgrana no le sale una. Peleado con la portería, impotente con los rivales —le tiró un manotazo a Rubén Duarte—, no se encuentra con sus compañeros. No puede decir ni pío el valenciano, ni en la Liga ni en la Champions, tampoco en la Supercopa de Catalunya.

Cuesta que enganche esta Supercopa, difícil de calzar en el calendario de los dos grandes de Cataluña. Al Barça no le faltan excusas. Luis Enrique, que lleva las cuentas al día de los minutos de sus jugadores, no está por la labor de cargar a sus muchachos con partidos, cuando tiene a seis en la enfermería. La hinchada, más azulgrana que blanquiazul en Tarragona, se desilusionó cuando el lunes se enteró que las estrellas del Barça se quedaban en Barcelona. Sin presencias glamorosas, la afición se divirtió en el aperitivo del partido con el elocuente speaker (el mismo que oficia los encuentros en el Camp Nou), haciendo la ola y con las diagonales de Caicedo.

La potencia del ecuatoriano y pinceladas de Reyes, en el primer acto; destellos de Turan y la omnipresencia de Denis Suárez, en el segundo; fueron lo más interesante de un duelo que se quedó en manos del Espanyol. Reyes tiró de nostalgia y buscó al espacio a Caicedo. Y el ecuatoriano, que se aprovechó de pasividad de Mathieu —se retiró aparentemente lesionado— y Masip, desbordó al francés y regateó sin problemas al portero azulgrana. Los dos fueron fieles a su libreto, los azulgrana tuvieron el cuero, su posesión fue tan larga como inocua; y los blanquiazules hicieron, una vez más, un buen ejercicio defensivo.

Con más pedigrí en el césped, la Supercopa acabó en manos del Espanyol, seguramente el equipo que más apostó por ella.

Los azulgrana no cumplen el protocolo del torneo

El Barça se presentó en el Nou Estadi con 18 futbolistas, seis del primer equipo y 12 del filial, un colectivo que infringía el protocolo aceptado por el propio club azulgrana, el Espanyol y la Federación Catalana, para jugar la Supercopa de Catalunya. El reglamento permitía inscribir hasta 31 jugadores, 22 de la primera plantilla y nueve del segundo equipo, que servirían para cubrir hipotéticas lesiones.

“Es una decisión que entiendo, pero me ha sorprendido”, aseguró Andreu Subies, presidente de la Federación Catalana; “la competición está pactada entre todas las partes, y en este caso, al no cumplir el Barcelona con la normativa podría ser que el Espanyol nos pidiera explicaciones”. No tardó la entidad blanquiazul en mostrar su malestar. “La Federación se debe replantear muy seriamente qué queremos que sea esta competición y qué proyectamos como fútbol catalán”, subrayó Ramon Robert, consejero delegado del cuadro de Cornellà. Desde el Barcelona aseguran que les hubiera encantado poder jugar la Supercopa con más jugadores profesionales, pero los compromisos del “primer equipo son los que son y que tienen muchos jugadores lesionados”. El Barça tiene seis jugadores en la enfermería: Iniesta, Piqué, Jordi Alba, Rafinha, Cillessen y Aleix Vidal.

“Desde el Barcelona me han comunicado que son decisiones técnicas y que, desde dentro del club, las deben respetar. No hay más” concluyó Subies.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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