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Rusia estará en Río 2016

El COI no excluye colectivamente al deporte ruso de los Juegos a pesar del escándalo de dopaje, pero establece condiciones excepcionales de participación para sus deportistas

Bach, presidente del COI, con Putin en Sochi 2014. APFoto: reuters_live
Carlos Arribas

Habrá rusos en Río, pero no todos los que quieran, sino solo aquellos que el Comité Olímpico Internacional (COI) considere que llegan limpios, y que siempre han competido limpios. De la chistera mágica de Thomas Bach, el campeón de esgrima de Montreal 76 que preside el máximo organismo olímpico, ha salido el domingo una solución para poner fin a la crisis abierta hace una semana con la publicación del Informe McLaren, que reflejaba la corrupción del deporte en Rusia y la participación de altos poderes del estado en un sistema diseñado para tapar los positivos por dopaje de sus deportistas.

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La decisión, que, según algunas fuentes, ha sido “negociada a todos los niveles”, debería satisfacer a todas las partes, el Gobierno ruso y las fuerzas varias que forman el movimiento olímpico, como federaciones internacionales y agencia antidopaje. O, quizás no satisfaga a todos. A la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), no le gustó; al Kremlin, sí, según hizo saber rápidamente el controvertido ministro ruso de Deportes, Vitaly Mutko, uno de los citados en el informe McLaren.

La resolución no afecta a los representantes del atletismo, por lo que ni Yelena Isinbayeva ni los demás atletas rusos competirán en el estadio de Río. El COI considera justas las condiciones impuestas por la IAAF y amparadas por el Tribunal Arbitral de Deporte (TAS) en su decisión del jueves pasado que cerraban el paso a todos los atletas rusos salvo a la saltadora de longitud Darya Klishina. No admitirá, sin embargo, en Río a Julia Stepanova, la mediofondista que primero denunció el sistema de corrupción de su país y que la IAAF quería que compitiera como atleta neutral (ya estuvo en los Europeos de Ámsterdam celebrados el mes pasado).

El COI no reconoce esa figura de deportista neutral y, además, recuerda que Stepanova había sido sancionada por dopaje y que una de las condiciones para que los rusos puedan ser inscritos en Río es que nunca hayan sido sancionados por dopaje en su vida.

Más de una decena de agencias antidopaje nacionales, incluidas la española y la estadounidense, reforzadas por la AMA, habían solicitado al COI un castigo colectivo a la altura de la gravedad de los hechos a todo el deporte ruso para proteger la integridad del deporte y a los deportistas limpios: la exclusión total del país de los Juegos de Río, que comienzan dentro de 12 días. Ante esa reclamación Bach siempre recordó la necesidad de encontrar un equilibrio entre el castigo al sistema y el respeto a los derechos individuales de todos los deportistas. De ese presupuesto nació la decisión que obligará a todas las federaciones internacionales a establecer para los rusos estrictos criterios de participación olímpica.

“Los deportistas rusos de las 28 especialidades olímpicas tienen que asumir las consecuencias de lo que puede considerarse una responsabilidad colectiva, por lo que no puede aplicárseles el principio de presunción de inocencia”, señala el comunicado emitido por el COI desde Lausana después de la reunión por vía telefónica de su comité ejecutivo. “Pero también tienen derecho a la justicia individual, lo que significa que todos los deportistas tendrán la posibilidad de demostrar su inocencia para descargarse de la responsabilidad colectiva”. La ausencia de un positivo, en este sentido, no se considera prueba de limpieza suficiente si se es ruso.

Las 27 federaciones internacionales, todas salvo atletismo, que no han examinado aún la pureza de los rusos deberán examinar cuidadosamente el historial antidopaje de cada deportista tomando solo en consideración los controles ordenados por instituciones internacionales, no los internos de Rusia, y los análisis efectuados en laboratorios internacionales. Llevada al extremo, esta condición la convirtió la IAAF en un solo los rusos que no vivan en Rusia podrán participar. Hay otros deportes, como el ciclismo, por ejemplo, en los que los deportistas rusos han participado en competiciones como el Tour sometiéndose a controles decididos por la Unión Ciclista Internacional (UCI).

Además, las federaciones deberán solicitar a la AMA los nombres de los deportistas que se beneficiaron del sistema de los positivos que desaparecen descrito en el Informe McLaren, el famoso “salva o cuarentena”, y estudiar la responsabilidad de sus respectivas federaciones nacionales. Ningún deportista implicado en el sistema, unos 377 en total de 20 deportes diferentes, según el informe, ni ninguna federación que los haya protegido podrán estar en Río.

Las federaciones internacionales remitirán la lista de los rusos que cumplen las condiciones al COI, que las revisará, someterá a una segunda criba y aprobará definitivamente ayudado por un árbitro independiente del TAS. Los elegidos se someterán posteriormente a controles antidopaje fuera de competición a cargo de las federaciones internacionales y el AMA. Los que no se sometan, no irán a Río.

Tampoco irán aquellos rusos que alguna vez en el pasado hayan sido sancionados por dopaje, aunque hayan cumplido su sanción. Está medida, y que solo se exija a los rusos, sorprende a los expertos, que recuerdan cómo diferentes comités olímpicos nacionales, como el británico, quisieron aplicarla con sus propios deportistas y cómo el TAS les desautorizó considerando que no se puede sancionar a un deportista dos veces por una sola falta. Todos recuerdan el caso ejemplar de Justin Gatlin, el norteamericano campeón olímpico de los 100 metros en Atenas 2004 que, tras ser sancionado por dopaje cuatro años, de 2006 a 2010, ganó la medalla de bronce en Londres 2012. Gatlin también estará en Río para desafiar a Usain Bolt en los 100m y en los 200m.

En la reunión telefónica tomó parte el presidente del Comité Olímpico Ruso, el maestro de ajedrez Alexander Zhukov, que prometió la colaboración de su organismo con las federaciones internacionales, no citado como sospechoso en el Informe McLaren, y la decisión del Estado de reestructurar totalmente su sistema antidopaje. Según sus números, los 320 deportistas rusos seleccionados para Río se han sometido a controles antidopaje ordenados por agencias antidopaje internacionales en los últimos seis meses y analizados en laboratorios extranjeros. Además, los deportistas rusos participantes en competiciones internacionales se sometieron a unos 3.000 controles. La inmensa mayoría de los análisis fueron negativos.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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