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El ‘milagro’ de Zidane

El técnico francés, que en enero cogió a un equipo moribundo, cautiva a jugadores y afición y se clasifica para la final de la Champions en San Siro

Eleonora Giovio
Zidane, este martes en la previa del partido contra el City.
Zidane, este martes en la previa del partido contra el City.G. A. M. (Getty)

Zinedine Zidane llegó al banquillo del Madrid (allá por el mes de enero) sin experiencia –salvo la que le proporcionó el Castilla-, con una misión imposible –meter al Real Madrid en la final de la Champions- y con una larga lista de tareas. Entre ellas: recuperar a una plantilla presa de la inercia, cautivar a los jugadores -hastiados por los métodos de Rafa Benítez-, construir un equipo competitivo, proponer un juego atractivo e ilusionar al madridismo. “No hablo mucho, pero tengo ilusión”, se presentó él. Y el ambiente, tan enrarecido y pálido con Benítez, cambió de color.

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A los 43 años, Zidane hablaba de emoción, de trabajo y de que las cosas saldrían bien porque el trabajo siempre premia. El suyo ha llevado al Madrid a la final de la Champions (la 14ª en su historia) y, con la ayuda del Barcelona, a meterse de nuevo en la pelea por la Liga, una título que parecía perdido en enero. ¿La estrella de Zidane?, le preguntaron anoche a Dani Carvajal. “Estrella no, el éxito se consigue a base de trabajo y es lo que está haciendo Zidane lo está haciendo así”, contestó el lateral. ¿En qué ha consistido el trabajo del técnico francés?

Unidad de la plantilla

Decía anoche Sergio Ramos que el Madrid, pese a los altibajos, consiguió ser un equipo y mantener el nivel de concentración sobre todo en Champions. ¿Esperaban esto en enero?, le preguntaron a Carvajal. “Hubo momentos en los que el equipo mentalmente no se veía capaz. Zidane consiguió que el grupo estuviera unido y remara en la misma dirección”, reflexionó el lateral. Buena parte de la plantilla, hastiada de Benítez, hizo piña alrededor del técnico francés, para muchos, además, un ídolo cuando era jugador.

Cercanía pero roles definidos

Zidane a veces habla como si todavía fuera futbolista. En Anoeta, el pasado sábado, le salió un: “Somos 24 jugadores” cuando intentaba explicar en rueda de prensa las rotaciones. Se ha mostrado siempre muy cercano a sus jugadores en las comparecencias ante los medios de comunicación pero también en el campo, con gestos, guiños y abrazos. Nada más llegar dijo que a futbolistas como Isco y James (los olvidados de Benítez) había que darles mimos y confianza-, pero no ha dudado en sentarles en el banquillo. Ni a acusar el grupo de falta de intensidad cuando se dejó ir como contra Las Palmas, por ejemplo.

Apuesta por la pelota

“Tener el balón es fundamental”, no se ha cansado de repetir el técnico francés. Esa fue su apuesta cuando llegó al Madrid en enero. Incluso en los momentos que requerían de más carácter –como en la vuelta de los cuartos contra el Wolfsburgo en el que el equipo tenía que remontar un 2-0-, Zidane siempre apeló a la pelota y a la cabeza. Eso de “Madrid échale huevos” se lo dejó a la afición.

Zidane, desgañitándose, durante el partido de vuelta contra el City.
Zidane, desgañitándose, durante el partido de vuelta contra el City.Kiko Huesca (EFE)

Blindaje defensivo

22 goles había encajado el Madrid de Benítez en los 25 partidos que dirigió el técnico español; es decir 0,9 por partido. Con Zidane, el equipo ha encajado 16 en 24 encuentros (0,7). Además, a este Madrid le rematan menos. Menos, incluso, que con Mourinho. Con Ancelotti en la temporada 2014-15 el Madrid recibió una media de 12 disparos por partido y 0,9 goles; con Benítez el promedio fue de 11,5 disparos y 0,9 goles. Con Zidane, los disparos se han reducido a 10,8 disparos. Ni con Mourinho en su mejor campaña, la 2011-12, donde el Madrid encajó una media superior a los 0,9 tantos por encuentro, la defensa fue más impermeable.

Ante todo, sonrisas

En el club hay empleados que coincidieron con el Zidane jugador que todavía están asombrados por el cambio que ha tenido el francés. Parco en palabras, serio e introvertido cuando se calzaba las botas; relajado, cómodo y hablador detrás de los micrófonos de la sala de prensa. El técnico, lejos de la frialdad y de la actitud a la defensiva de Benítez, siempre ha mostrado buen talante ante los medios. Se le ha visto tranquilo, contestando sin problemas a todo tipo de preguntas. Ante la duda o los momentos embarazos, siempre ha sacado a relucir su mejor sonrisa.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de deportes, especializada en polideportivo, temas sociales y de abusos. Ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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