Cissé, libre tras declarar por chantaje a Valbuena con un vídeo erótico
El delantero, que actualmente no tiene club, fue arrestado en su domicilio a primera hora de la mañana
El futbolista francés Djibril Cissé fue arrestado hoy junto a otras tres personas en el marco de una investigación por chantaje con un vídeo erótico a su excompañero de la selección francesa Mathieu Valbuena, ha indicado la Fiscalía de Versalles, encargada de una investigación abierta el 31 de julio pasado. Tras 12 horas detenidos, ha sido puesto en libertad sin cargos. "Muchos juzgan, pocos saben. Los que saben la verdad se callan y los celosos hablan demasiado"
Cissé, que actualmente no tiene club, fue arrestado en su domicilio a primera hora de la mañana y está siendo interrogado por la policía. Fuentes judiciales citadas por France Presse, señalaron que Cissé "debería ser exculpado rápidamente", porque su papel en los hechos es secundario, nunca fue considerado instigador del chantaje, sino, en todo caso, encubridor, pues conocía los hechos y no los había denunciado. Los otros tres detenidos, interrogados en los departamentos de Oise y Ródano, son los principales sospechosos de haber dado la orden de hacer paga una suma indeterminada a Valbuena a cambio de no hacer público un vídeo erótico que supuestamente habría grabado el futbolista del Olímpico de Lyon con su compañera. "Pero aún no se ha podido confirmar la existencia de tal vídeo", indicaron las mismas fuentes. Ni Valbuena, centrocampista de padre español que regresó esta temporada a Francia tras jugar un año en el Dinamo de Moscú, ni sus abogados efectuaron declaraciones.
Valbuena y Cissé compartieron vestuario en el Olímpico de Marsella, club en el que el jugador militó entre 2006 y 2014. Cissé, que pasó dos temporadas y media en ese club entre 2006 y 2008, también coincidió con Valbuena en la selección, con la que jugó 41 partidos. Curiosamente, Cissé denunció en 2008 ser víctima de un chantaje similar. El futbolista francés denunció entonces haber recibido gran cantidad de llamadas telefónicas exigiéndole 150.000 euros a cambio de no difundir por Internet un vídeo privado en el que él participaba y que los delincuentes habían hallado en un ordenador que le habían robado.
