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Dowsett bate el récord de la hora

El británico del Movistar recorre 52,937 kilómetros y supera la marca previa del australiano Rohan Denis, que completó 52,491 el pasado mes de febrero

Carlos Arribas
Dowsett, durante la prueba en Manchester.
Dowsett, durante la prueba en Manchester.Dave Thompson (Getty)

A Alex Dowsett y a su padre les gusta la mecánica y le gustan los deportivos de época, que restauran, pintan, limpian con cariño. Sabe mucho el ciclista inglés de coeficientes aerodinámicos, sabe de lo complicado, sobre todo, de conseguir la mejor penetración sin comprometer la potencia del motor, su colocación en el chasis; sabe también cómo manejar un motor, cómo evitar quemarlo pisándolo en exceso, revolucionándolo.

Cuatro éxitos y tres fracasos

Desde que el pasado verano la UCI cambió las normas, siete ciclistas han intentado el récord de la hora (49,700 kilómetros)

--Cuatro lo batieron: el alemán Jens Voigt (51,110km), el austriaco Mathias Brändle (51,852km). el australiano Rohan Dennis (52,491km) y el inglés Alex Dowsett (52,937km).

--Tres fallaron: el australiano Jack Bobridge, el holandés Thomas Dekker y el sueco Gustav Larsson, quien lo intentó en Manchester

--El 7 de junio lo atacará en Londres el inglés Brad Wiggins, quien pretende superar la marca los 56,375 km de Chris Boardman en su posición prohibida de Superman

Todo ese conocimiento le sirvió durante 60 minutos de razón y tripas en el velódromo de un Manchester nublado e inglés, una hora, entre las dos y las tres de la tarde, en la que convirtió a su cuerpo en el chasis del coche, y a su organismo, su corazón y sus pulmones, en el motor que hiciera girar la bicicleta, que moviera las bielas regularmente 5881 veces para recorrer, rítmico como un metrónomo, casi 212 veces el perímetro interior del velódromo, siguiendo la línea negra que marca la trayectoria ideal sin apartarse ni un milímetro, como si la raya estuviera pintada atravesando la M de la espalda de su maillot del Movistar, y no en la madera de pino siberiano y su barniz tan deslizante.

Así recorrió Dowsett, de 28 años, 52,937 kilómetros, el nuevo récord de la hora, casi medio kilómetro más que la anterior marca (52,491 kilómetros), establecida en febrero por el australiano Rohan Dennis. Solo le faltaron 103 al inglés del Movistar para igualar los 53,040 kilómetros de Miguel Indurain en 1994 con la Espada, la otra gran plusmarca del equipo de Eusebio Unzué, récord de la hora anulado en el año 2000, como todos los conseguidos con bicicletas no convencionales. “Espero que esto sirva para enviar un mensaje a la gente; a los jóvenes con hemofilia, a los de cualquier edad en realidad”, dijo Dowsett, quien padece hemofilia. “Hay mucha gente en este mundo que sufre todo tipo de adversidades, pero yo he tenido una familia responsable que ha cuidado de mí y me ha permitido llegar a esto. Hoy no se trataba de vencer o fracasar, solo de hacer algo que nunca había hecho”.

El récord de la hora es, aparentemente, un triunfo de la ciencia y de la preparación, de los detalles mínimos, de la presión del barómetro, de los cálculos de vatios, de la presión de las ruedas, del ácido láctico y de los umbrales de rendimiento. Números que arrojados a un ordenador que las bate como si fuera una Thermomix arrojan un resultado. Eso creían, en sus tiempos, campeones como Jacques Anquetil o Eddy Merckx o Miguel Indurain, quienes tras conseguir batirlo se bajaron de la bicicleta, declararon que en esa contrarreloj inversa en la que se lucha contra el espacio no contra el tiempo habían sufrido más que nunca en su vida y que no lo volverían a hacer ni aunque les dieran un millón y el Nobel. Descubrieron, a costa de su dolor, que el récord de la hora es a la vez control y locura.

Eso lo sabía ya quizás Dowsett, quien comenzó muy controlado y prudente, sin dejarse engañar por las sensaciones, siguiendo la tabla de marcha que le marcaba Steve, uno de sus preparadores, desde la línea de meta del velódromo. Nadie perdió los nervios pese a que los cronómetros señalaban que marchaba seis segundos por encima de los tiempos de Dennis. “Había una estrategia clara, que en parte no me gustaba, por el riesgo de rodar por debajo del tiempo de Dennis en los últimos 45 minutos, pero he tenido fe en mis entrenadores, Mark Walker y Mikel Zabala”, dijo Dowsett.

El inglés supera en casi medio kilómetro más la anterior marca (52,491 kilómetros)

“En algunos momentos iba demasiado rápido, pero Steve me supo llevar de vuelta al ritmo correcto. Confiaba mucho en toda la gente a mi alrededor y se ha demostrado que la ejecución era muy minuciosa”. Solo así, con prudencia, logró llegar Dowsett , siempre estable y fluido, al muro de los 40 kilómetros con frescura suficiente para lanzarse definitivamente a por Dennis. Las vueltas dejaron de ser de 17s para bajar a poco más de 16s, y la velocidad se disparó hasta borrar para siempre el récord de Dennis. “En los entrenamientos sólo habíamos hecho unos 35 minutos como máximo, así que siempre teníamos esa duda de lo desconocido en los últimos 25, pero a la media hora estaba rodando bastante cómodo y el tiempo se me pasaba mucho más rápido de lo que esperaba”, dijo el inglés, que sabe que su marca quizás no viva mucho más de un mes, pues su compatriota Brad Wiggins, el mejor contrarrelojista de su generación, lo asaltará el 7 de junio en Londres.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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