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El reto de un loco del fútbol

Unai Emery quiere disputarle el balón al Barça para lograr su primera victoria ante los azulgrana en su partido número 100 como entrenador del Sevilla

Rafael Pineda
Unai Emery, en la ciudad deportiva del Sevilla.
Unai Emery, en la ciudad deportiva del Sevilla.PACO PUENTES

"Soy un entrenador de ciudad deportiva". Así se define Unai Emery (Hondarribia; Gipuzkoa, 1971), técnico del Sevilla y apasionado de un deporte que le consume las 24 horas del día. "Nací con un balón bajo el brazo", afirma este hijo y nieto de futbolistas, que prepara con especial ilusión uno de los mayores retos a los que puede enfrentarse su Sevilla, campeón de la Liga Europa y quinto clasificado en la Liga a solo dos puntos del Barcelona al que visita en el Camp Nou (20.00, C+1).

Emery vive en la ciudad deportiva, adonde llega por la mañana y se va por la noche. El club le ha puesto un comedor en la zona de vestuarios y hasta se ha visto obligado a contratar a un empleado para vigilar las instalaciones en espera de su salida, que se suele retrasar más allá del horario habitual. En ese universo tan particular, el técnico del Sevilla diseña la estrategia para superar una misión que comienza a obsesionarle por la insistencia del entorno: derrotar al Barcelona. Han sido 17 los partidos los que el técnico vasco ha jugado ante los azulgrana con Almería, Valencia, Spartak de Moscú y Sevilla. Jamás ganó y solo obtuvo cinco empates como premio. En el Camp Nou, todo son derrotas (9).

Los técnicos tenemos fecha de caducidad, aunque estoy muy contento en el Sevilla"

A Emery le molesta que se le pregunte con insistencia por este asunto. "Es cierto que no les he ganado nunca, pero hablamos de un equipo que solo pierde dos partidos al año en casa. Si no he ganado es porque ellos tienen a Messi como un valor definitivo y porque, por ejemplo, tienen la capacidad de ficharnos a un jugador hecho, como Rakitic, y nos dan jugadores para que los formemos, caso de Denis o Deulofeu", argumenta Emery, que defiende las actuaciones de sus equipos en el Camp Nou. "Estoy muy orgulloso de los partidos que hemos hecho allí. Han sido intensos y muy buenos. En los dos últimos, sólo el talento de Messi marcó la diferencia", aclara el preparador, capaz de trabajar en una mañana con sus jugadores en tres campos distintos de la ciudad deportiva o de pedirle al seleccionador polaco, Adam Nawalka, que le dé algo de descanso a Krychowiak.

Los dos únicos técnicos del Sevilla que triunfaron ante el Barça fueron Manolo Jiménez, en la Copa de la temporada 2009-10 (1-2) para acabar eliminando al equipo de Pep Guardiola, y Joaquín Caparrós con un 0-3 en Liga en diciembre de 2002, que pobló de pañuelos blancos las gradas del Camp Nou.

El Barcelona viene de algún resultado malo, pero veo la mano de Luis Enrique en su fortaleza defensiva"

En línea directa con su gurú futbolístico, Mikel Etxarri, empleado de la Real Sociedad y exentrenador suyo, Emery tiene claro el planteamiento ante el conjunto de Luis Enrique. "El Barcelona viene de algún resultado malo, pero veo la mano de Luis Enrique en su fortaleza defensiva y cómo se despliegan los laterales. Para parar a Luis Suárez ya me cuenta Aspas. Pero hay algo básico y es que si queremos ganarles tenemos que discutirles la posesión de balón. Quiero pelearles la posesión e ir rápido a por ellos", aclara Emery, que alcanzará en el estadio barcelonista su partido 100 como entrenador sevillista.

"Los técnicos tenemos fecha de caducidad, aunque estoy muy contento en el Sevilla. Tengo lo que quiero y estamos dando los pasos para hacer un equipo mejor", relata el vasco, campeón de la Liga Europa y con la Liga de Campeones entre ceja y ceja. "Los títulos son la máxima expresión de la felicidad y es donde más se agitan los sentimientos de la gente. Pero Simeone me dijo una cosa tras ganar la Liga Europa. Llega un momento en que para ser grande es necesaria la Liga de Campeones. La queremos, claro, pero no deseo que no clasificarnos se convierta en una frustración", recalca Emery, quien reconoce que le llegan las críticas de un sector de la afición por el juego del equipo. Curiosamente, cuando lleva dos temporadas donde ha dejado atrás el traje de técnico reservón y conservador. "Me piden que el Sevilla tiene que jugar mejor. Yo lo respeto, pero hay críticas y críticas. Unas aportan y otras no tanto. Si me preguntas qué es jugar bien te diría que es tener un alto nivel competitivo para ganar y poseer un estilo que desate las emociones de tu gente. Con el Sevilla intento buscar el equilibrio entre el equipo que defiende fuerte y contragolpea bien y la necesidad que tenemos de talento para desbordar defensas bien organizadas".

Fue jugando en Segunda B fue cuando empecé a sentir la necesidad de expresar como entrenador todo lo que sentía"

"Jugué cinco partidos en Primera, pero jugando en Segunda B fue cuando empecé a sentir la necesidad de expresar como entrenador todo lo que sentía", proclama Emery, admirador del Albacete de Carlos Ferrando o del Novelda de Javi López. El técnico que llegará a las 50 victorias con el Sevilla si gana en el Camp Nou en su choque 100. Si no lo logra, siempre tendrá la oportunidad de regresar a Hondarribia y contemplar el mar. El Cantábrico le relaja y le da mucha fuerza. Como le aleccionan sus charlas con Mikel Etxarri, quizás vitales para el paso adelante que Emery ha dado en su carrera. La ambición de volver a clasificar al Sevilla para la Liga de Campeones le excita sobremanera. También ganarle de una vez por todas al Barcelona, su particular bestia negra.

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