Un álbum de 1.000 cromos

Expiraba otra noche europea en el Santiago Bernabéu cuando un zapatazo de Benzema rescató el Real Madrid-Basilea del anonimato de los libros de cuentas para abrirle un hueco en la enciclopedia. El 5-1 con el que se cerró el partido era el gol número 1.000 del Madrid en las competiciones continentales y los blancos se convertían en el primer club en alcanzar la histórica cifra.

Mil goles que resultan de sumar 826 en la Copa de Europa, 57 en la Recopa, 111 en la Copa de la UEFA y 6 en la Supercopa. Un millar de tantos repartidos entre 123 de los 127 rivales a los que se han enfrentado los blancos en sus 112 años de historia. Mil dianas con las que el Madrid encabeza el ranking de los equipos más goleadores del continente por encima de Barcelona (977), Bayern (799), Juventus (736) y Anderlecht (628).

El primero de la serie lo marcó Miguel Muñoz un 8 de septiembre de 1955 también ante un equipo suizo, el Servette. El número 100 se lo apuntó Di Stéfano ante el Barcelona en el primer partido de la semifinal de la Copa de Europa de 1960, que acabó apuntándose el Madrid con la victoria (7-3) ante el Eintracht Frankfurt en el Hampden Park de Glasgow. Y el 200 lo firmó Puskas con metódica periodicidad cinco años más tarde ante el Feyenoord, en 1965. “Los disparos de Puskas asustaban hasta a sus compañeros. Jamás vi semejante contundencia, seguridad y colocación”, cuenta Amancio Amaro, el décimo en la lista de goleadores de la historia del Madrid.

“La Copa de Europa siempre tuvo la mística que crearon Di Stéfano, Puskas y Gento, la mística de los partidos nocturnos. La Liga se jugaba siempre a las cuatro. Yo debuté en el Bernabéu en una de esas noches, ante el Anderlecht. Con 22 años, pasé de jugar ante 20.000 espectadores con el Deportivo a 100.000. Al descanso estaba tan impresionado que me desorienté y no sabía llegar al vestuario”, repasa el extremo coruñés, que se queda con dos de los 1.000 goles de su equipo. “El de Sergio Ramos en Lisboa y el de Zidane en Glasgow, sin duda. Mío, recuerdo un 1-1 en San Siro ante el Inter que nos dio el pase a la final ante el Partizán, cuando ganamos la sexta. Ahí también marqué uno y Serena el otro”.

Se acabó el imperio Di Stéfano y el Madrid tardó nueve años en sumar otro centenar de goles. El 300 lo logró Pirri en la Recopa del 74 frente al Fram Reykjavík islandés. “De ese en concreto no me acuerdo”, dice el legendario 4; “pero otros se te vienen a la mente cada día. Uno de ellos, el que marqué al Borussia Mönchengladbach en la Copa de Europa del 76. Perdíamos 2-1, a Miljanic le parecía un buen resultado para la vuelta y no me dejaba subir. Pero me fui arriba y marqué un golazo por la escuadra con un disparo con la izquierda desde fuera del área”. José Martínez Pirri es el octavo en la lista de goleadores blancos con 172 tantos (23 de ellos en Europa) en 16 cursos. “Después, tampoco olvidaré uno de penalti al Derby County en esa misma temporada. Los tiraba Amancio, pero se lo hicieron a él y le dejaron tocado así que fui yo, que era el segundo lanzador. Lo metí y fuimos a la prórroga. A los pocos minutos, cuando me di cuenta de la responsabilidad de aquel disparo, me entró una tiritona que nunca olvidaré”, cuenta sobre la primera gran remontada en Chamartín (5-1 en la prórroga tras el 4-1 de la ida) antes del miedo escénico. “Todos hablan del Madrid de Di Stéfano, de la Quinta, de los Galácticos y el nuestro el de los yé-yés quedó un poco en el medio, pero hicimos grandes cosas. La sexta se ganó con 11 españoles”.

Pirri y Amancio ganaron una de las 10 Copas de Europa, la del ejercicio 65-66. Carlos Santillana, tercer goleador del club con 290 goles, sólo por detrás de Raúl y Di Stéfano y en el horizonte de Cristiano con 257, contribuyó a engalanar las vitrinas con dos UEFAS. “La seña de identidad de este equipo siempre ha sido ir al ataque. No sabíamos defender, corríamos muchos riesgos, queríamos y necesitábamos marcar muchos goles”, repasa el autor del tanto número 400, en la UEFA del 84 ante el Innsbruck. “Yo recuerdo dos al Derby County en el 76: uno con un cabezazo a pase de Netzer y otro con un jugadón en la prórroga. Luego con el Inter tengo grandes recuerdos... Uno a pase de Juanito en la semifinal de la Copa de Europa del 81, otro en la UEFA del 85 a pase de San José... casi todos con la cabeza”, evoca.

El 500 lo marcó Losada en 1990; el 600 Hierro en 1998 ante el Leverkusen camino de la séptima; el 700 Raúl en 2001; el 800 Soldado en 2005; el 900 Cristiano en 2011; y el 1.000 Benzema el pasado martes ante el Basilea.

“Lo importante no son los goles, sino jugar bien con los compañeros”, dijo el delantero francés en su desapasionada valoración de la efeméride. Pepe avanzó con el balón controlado hasta la frontera del centro del campo y allí se lo entregó a Cristiano, que transformó la pausa en vértigo inventando una pared con la espuela derecha que encontró la complicidad de Benzema. Con picardía barrial, el tuya-mía desmontó a la defensa suiza y la pelota acabó en los pies del delantero francés, que, dentro del área y con un zurdazo con el empeine exterior, trazó un disparo ajustado al larguero, inalcanzable para el meta Vaclik. “Los dos defensas se fueron con Cristiano, vi la posibilidad de tirar, rematé bien y marqué”, explicó sobre su gol más redondo.

El equipo que más goles blancos ha recibido es el Bayern Múnich (31), que es también el adversario al que más se enfrentó (22 veces). Le siguen el Ajax y el Milan, con 24 goles cada uno; y el Anderlecht y el Oporto con 23. Sólo el Brujas, el Ipswich Town, el Arsenal y el Liverpool se mantienen imbatidos ante el Madrid en territorio continental.

“En el Madrid ganar es una obligación y la Copa de Europa una obsesión. Es el aire del club”, cierra Santillana.