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Estados Unidos va dos pasos por delante

Las infracciones señaladas a Rose y Gay por avanzar sin botar simbolizan el lío de los jugadores NBA con las normas FIBA

Rudy Gay protesta al árbitro.
Rudy Gay protesta al árbitro.Alvaro Barrientos (AP)

Como los atletas situados en los tacos en las pruebas de velocidad, los jugadores exteriores de Estados Unidos están acostumbrados a pisar el acelerador cada vez que reciben el balón. Sucede sin embargo que las normas que rigen esos fogonazos en la NBA no son las mismas que ordenan el universo FIBA,y muchos de ellos caen en la trampa de los pasos de salida cuando con sus selecciones disputan competiciones como un Mundial o unos Juegos Olímpicos. Si en la liga estadounidense es legal que den hasta dos zancadas antes de botar el balón, las reglas internacionales establecen una situación muy diferente. “El pie del pivote no puede ser levantado antes de que la bola salga de la mano [para ser botada]”, explica la FIBA. Es decir, antes de correr hay que botar. De ahí que jugadores como Derrick Rose y Rudy Gay, entre los muchachos que entrena Krzyzewski, miren con esa cara de extrañeza a los colegiados cuando escuchan el silbido de la infracción.

La polémica viene de lejos. Ya en la final olímpica de Pekín 2008, contra España, Kobe Bryant y LeBron James fueron cazados por las cámaras trotando con el balón en las manos antes de botarlo, sin que los árbitros señalaran nada. Los mismos jueces se encuentran a menudo en una encrucijada. Las instrucciones son que piten cada vez que el jugador comete pasos de salida, pero en ocasiones son más flexibles con la normativa FIBA para no interrumpir constantemente el juego. La permisividad acaba convirtiéndose en una espiral. El estadounidense realiza siempre la misma acción sin entender que unas veces se pite y otras no, cuando él siempre ha jugado así en su carrera en la NBA.

En la liga estadonidense pueden dar dos pasos sin soltar la bola, pero no con las normas en Mundiales y en Juegos Olímpicos

“Es un tema muy complicado”, analiza el exárbitro español Mateo Ramos, que fue 20 años internacional. “Para ellos está permitido levantar los dos pies antes de botar el balón. El baloncesto FIBA, por el contrario, limita el pie del pivote y de este modo cada vez que arrancan cometen una infracción. Yo soy defensor de unificar las reglas. Si no son pasos en Estados Unidos, que tampoco lo sean aquí, porque eso perjudica a nuestros defensores en estos partidos. Están en desventaja frente a ellos cuando quieren hacer la presión en todo campo o defender muy pegados. Con ese paso de más, el estadounidense se ha ido del rival”. Es lo que se llama una salida abierta, en la que el atacante abraza con la pelota protegida en los brazos.

La NBA favorece estos arranques rápidos de sus jugadores. Esos pasos permiten un baloncesto más rápido y sobre todo un juego de contraataque mucho más veloz. Pero cuando el jugador cambia la camiseta de su franquicia por la de la selección en un Mundial o unos Juegos, se arma el lío. En el debut contra Finlandia, los árbitros señalaron pasos a Rose, Gay, Irving y Harden. En el equipo arbitral estaba Miguel Pérez, uno de los cuatro colegiados españoles en el campeonato. Contra Turquía, Rose y Gay volvieron a picar. Son dos de los jugadores que con más frecuencia hacen estos movimientos en la NBA. Y después de tantos años, claro, no van a cambiar para un puñado de encuentros con normas internacionales.

“Tiene muy mala solución”, añade Ramos; “entre NBA y Europa se han acercado posturas en otros aspectos, pero en esto es difícil. Para los árbitros son situaciones muy difíciles”. Otras normas también varían, como el hecho de que en la NBA los jugadores puedan solicitar los tiempos muertos y en FIBA eso compete a los entrenadores, pero el caso de los pasos de salida es el más conflictivo. Y más cuando en juego puede estar un oro.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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