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El Chiquito de los brazos largos

La envergadura de Romero fue clave en los penaltis ante Holanda, según su descubridor

Juan I. Irigoyen
Sergio Romero grita tras detener el primer penalti holandés.
Sergio Romero grita tras detener el primer penalti holandés.REUTERS

“Hoy te comés el mundo”. Así, en el círculo central del Arena Corinthians, Mascherano buscaba inflar el pecho de Sergio Chiquito Romero (Misiones, Argentina; 27 años). El portero de La Albiceleste se enfrentaba a la tanda de penaltis contra Holanda y El Jefecito, capitán sin brazalete, apretó el puño y señaló al corazón del guardameta: “Hoy te vas a convertir en el héroe”. Y Romero cumplió con la profecía de su compañero. El arquero emuló la gesta de Goycochea en Italia 90, rechazó los lanzamientos de Vlaar y Sneijder, y selló el pasaje de Argentina para la final. “Es suerte, en realidad”, contó Romero; “tenía confianza, y gracias a Dios salió”.

Confianza que le despertó Alejandro Sabella, su entrenador. El portero aterrizó en Brasil señalado por su falta de continuidad. Desde su llegada al Mónaco en 2013, Chiquito solo ha jugado nueve partidos: tres de Liga y seis de Copa. En total encajó seis goles. Con Willy Caballero deslumbrando en España y Sebastián Saja haciendo lo propio en Argentina, las dudas sobrevolaban la portería albiceleste. Sin embargo, Sabella no tenía dudas: “Romero es mi portero”. “Solo puedo estar agradecido con Alejandro; me respaldó a pesar de no estar jugando y eso es muy importante”, explica el 1.

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“Hoy pienso exactamente lo mismo que antes del Mundial”, interviene Nery Pumpido, campeón con Argentina en México 86; “los que cuestionaban a Romero estaban totalmente equivocados”. “Romero es campeón juvenil (Canadá 2007), olímpico (2008), jugó en Sudáfrica (2010) y había disputado todas las eliminatorias. Hay jugadores a los que no les afecta no tener continuidad en sus equipos. Es el mejor portero para la selección”, añade Pumpido. “Ningún técnico quiere perder. Si lo pone es porque cree que es el mejor”, tercia Gustavo Piñero, el entrenador de porteros que descubrió a Romero en la cantera del Racing de Avellaneda.

“¿Qué me viste?”, le pregunta Romero a Piñero por whatsapp después de cada partido del Mundial. Chiquito no olvida al entrenador que lo formó. Cuando cuidaba los postes del AZ Alkmaar lo llevó a Holanda para hacer entrenamientos extras. “Practicábamos en un campito cerca de casa de Sergio. Había ovejas. Necesitaba movilidad y coordinación de piernas para llegar bien a Súdafrica”, cuenta Piñero. Y el miércoles, Romero volvió a recordar aquellos consejos: “En un partido en las inferiores llegamos a los penaltis contra el Boca. Le dije: ‘Con lo grandote que eres, abre los brazos que los rivales se van a asustar”. Y así lo hizo. Entonces y también contra Holanda.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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