_
_
_
_
_

El refugio de Ibrahimovic

El volcánico delantero sueco llega en su madurez y con el compromiso de brillar por fin con su selección en un gran torneo

Eleonora Giovio
Ibrahimovic, en un entrenamiento de Suecia.
Ibrahimovic, en un entrenamiento de Suecia.J. NACKSTRAND (AFP)

Zlatan Ibrahimovic debutó con la selección sueca en enero de 2001. Tenía 20 años. De esa selección hace ya tiempo que es el referente, el líder al que todos se aferran, el goleador. Pero todavía no ha cuajado una gran actuación con su país. En el Mundial de 2002, su primer gran torneo internacional, jugó tres partidos. Era la selección de Henrik Larsson y Fredrik Ljungberg; él, un debutante. En la Eurocopa de 2004 falló el penalti en la tanda de cuartos contra Holanda. En Alemania 2006 pasó desapercibido: apagado y fuera de forma. A la Eurocopa de 2008 llegó con problemas en una rodilla tras jugar infiltrado con el Inter.

El Ibra de este año, sin embargo, es otro Ibra. Parece, por fin, haber alcanzado la madurez que se le exigía. Llega a una cita europea importante en su mejor momento de forma. Y con números de récord. Ha terminado la Liga siendo pichichi (28 tantos) y superando y todos sus registros goleadores (39 dianas entre todas las competiciones). Y sin sus habituales bajones físicos en el final del curso. Consciente de ello, Massimiliano Allegri dijo que dosificaría al delantero. “Nunca había aguantado así un final de temporada”, dice Johanna Gara, una de las periodistas suecas que mejor conoce a Ibra y que le entrevistó en 2009, cuando dejó momentáneamente la selección. “Estaba en el Barcelona y allí tenía la cabeza. La selección acababa de quedarse fuera del Mundial de Sudáfrica. No tendría partidos importantes hasta dentro de 10 meses. Lo dejó”, cuenta Gara. Quizás creía que con el Barça las cosas irían diferentes. No fue así. Lo primero que hizo en junio de 2010 fue anunciar que volvería con su país. “Necesitaba el amor de Suecia”.

Suecia siempre ha sido su refugio. Allí se siente importante. A Suecia huye cada vez que tiene un problema, ya sea físico o de motivación. Se cita entonces con sus viejos amigos en Malmoe –entre ellos Richard Dahan, el fisio que le sigue tratando–, se va de pesca, se despeja y luego regresa. Ibrahimovic lleva fuera de su país desde 2001, cuando fichó por el Ajax. Pero Suecia es su vía de escape.

Es curioso su sentido de pertenencia. Zlatan nació en Suecia (de madre croata y padre bosnio) y se crió en Rosengard, el gueto de los inmigrantes. Iba y venía de casa de su madre y de su padre. Cuenta en su autobiografía, Io Ibra, que en la nevera del padre solo había latas de cerveza y, cuando había suerte, zumo. “En casa veíamos los combates de boxeo de mi tío grabados en viejas cintas. O los de Ali y Tyson y las películas de Bruce Lee y Jackie Chan. Cuando no, las noticias de la guerra en Yugoslavia. Mi padre vivía pendiente de eso. ¡Tenía 20 años cuando vi la primera peli sueca! No tenía la más remota idea de quiénes eran los héroes o los campeones del deporte sueco, como Ingemar Stenmark o los grandes tenistas”.

Esa es la Suecia que empezó a descubrir Ibra después de los 20 años. “Es la persona más famosa de Suecia. Pero hay un 30% de la población que no le soporta porque no le ve como un sueco-sueco”, dice Gara. Pese a ello, cargará de nuevo con su selección a la espalda. Con una nueva responsabilidad, la del brazalete de capitán, y con un nuevo rol. Ha cambiado su forma de jugar: de nueve ha pasado a ser un diez, se mueve más partiendo desde atrás. Suecia, que siempre se había caracterizado por una defensa sólida y algunas carencias en la delantera, ha invertido la tendencia. Sigue dependiendo de Ibrahimovic. De sus ganas de compromiso. Suecia aguarda.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_