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Vitalidad y estrategia

El equipo alemán, de 1,85m de media, prima el juego aéreo con Kiessling y la clase de Schürrle

No parece que cambie el tiempo para el Leverkusen, conocido despectivamente en algún sector del fútbol alemán como Neverkusen o Vicekusen por su incapacidad para ganar títulos a pesar de contar con recursos por la inversión de la firma farmacéutica Bayer. Una Copa nacional (1993) y otra de la UEFA (1987), ganada al Espanyol tras eliminar al Barcelona, son los únicos trofeos de un club que perdió la final de la Copa de Europa (2002) contra el Madrid de Zidane en Glasgow. Ahora es sexto, 10 puntos por debajo de la zona Champions, en la Bundesliga.

Irregular por naturaleza, el Bayer acostumbra a ser un excelente rival en las finales y un mal adversario en las rondas previas, una sensación que viene avalada por su clasificación para los octavos después de ganar los partidos jugados en casa frente a conjuntos como el Chelsea y el Valencia. Al calor de su estadio, es un equipo vitalista, agresivo futbolísticamente, intimidador en las jugadas de estrategia, tanto da si son faltas como saques de esquina, algo lógico si se tiene en cuenta que su estatura media es de 1,85 metros.

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A su calidad física, representada por el ariete Kiessling, de 1,91 metros, o el central Friedrich, añade el juego exquisito de jugadores como Schürrle, representante del nuevo fútbol alemán que encabezan figuras como Özil, Götze y Reus, que se han curtido con el viento a favor generado después del Mundial de 2006, cuando Jürgen Klinsmann y Joachim Löw se hicieron cargo de la selección. Tiene a jóvenes prometedores, se ha reforzado este invierno con Corluka (Tottenham) y aspira a que se recupere a tiempo el brasileño Renato Augusto. Le falta el liderazgo que no le ha dado Ballack. Aunque está lesionado, el medio difícilmente habría jugado contra el Barça, que quiso ficharle en 2004. Reincorporado al club en 2010, funciona estupendamente en el mercado como imagen de marca, símbolo de la aspirina, pero a sus 35 años no encuentra acomodo en el equipo. Ya se las tuvo tiesas la temporada pasada con Jupp Heynckes y ahora también se lleva mal con Robin Dutt, un técnico muy expresivo, procedente de la escuela futbolística de Friburgo. Tampoco jugarán por lesión Derdiyok, Sam, Adler, Barnetta y Kadlec. Derdiyok se cortó un pie después de pisar un vaso roto que se le había caído tras enjuagarse los dientes, una muestra más de la fatalidad del Bayer.

"Dirán que somos inexpertos, pero no tenemos nada que perder y menos en un campo tan intenso como el nuestro", advierte el director deportivo, Rudi Völler, consciente de las limitaciones defensivas de su equipo. "Si pudiera, pediría un 5-0, pero, como no es posible, me conformo con que seamos capaces de mantener abierta la eliminatoria después de la ida", añadió Dutt; "habrá que saber jugar en el 30% de la posesión del balón que nos deje el Barça, que es mejor que la selección española".

Hay nieve en Leverkusen y la temperatura está bajo cero, pero el Bayer Arena acostumbra a ser una caldera para el contrincante con sus 30.000 espectadores.

Kiessling, durante la sesión preparatoria de ayer del Bayer Leverkusen.
Kiessling, durante la sesión preparatoria de ayer del Bayer Leverkusen.PATRIK STOLLARZ

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