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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Un flotador no salva naufragio, pero ayuda a flotar

Estas ayudas que han sido largamente esperadas, no son perfectas ni permiten grandes alegrías, pero son una buena noticia

Imagen del videojuego español 'Solo', de Team Gotham.
Imagen del videojuego español 'Solo', de Team Gotham.

Ya llegaron. Las ayudas anunciadas durante la última presentación del Libro Blanco han sido publicadas hoy en el BOE. El objetivo de estas ayudas es, o al menos así se anunció, proporcionar un apoyo económico a los pequeños estudios que encuentran dificultades para mantenerse a flote durante el desarrollo de su proyecto. Toca por tanto armarse de paciencia y leer con detenimiento el BOE (mátenme, ahora) para comprobar si las promesas se han cumplido.

Como cualquier documento de este tipo, algunos de sus apartados resultan algo farragosos, por lo que voy a tratar de centrarme en los elementos principales y en aquellos que presentan un mayor margen de interpretación. Para ello nada mejor que empezar por el total de las ayudas y el porcentaje de estas que se ofrece.

El total de las ayudas corresponde a cinco millones de euros., mientras que el importe de la ayuda para los grupos de desarrollo será del 80% del presupuesto subvencionable con un máximo de 150.000€ y un mínimo de 20.000€. Lo primero que destaca que de los 6,25 millones de euros prometidos inicialmente, 1,25 euros parecen haberse quedado por el camino. En el momento de publicarse este artículo no he conseguido una explicación oficial al respecto, por lo que únicamente podemos especular. La explicación más sensata me la ha dado Roldán García, quién especula con que el montante perdido corresponde al 20% del total de la financiación que el estudio debe poner de su parte. Las cuentas cuadran, pero parece extraño que se realice un anuncio de estas características y se incluya en él parte de la financiación que van a tener que poner los propios equipos.

Siguiendo con el tema de la autofinanciación propia de los equipos. Destaca que entre las condiciones para acceder a la ayuda se encuentre “la prohibición de acuerdos con terceros de cesión de los derechos de explotación sobre el videojuego”. Traducido a humano: no puedes tener un acuerdo con un publisher antes de firmar. Revisión de la traducción: no puedes tener el dinero de un publisher antes de firmar. Bienvenidos una vez más a la autofinanciación hasta que lleguen las ayudas.

Otro de los puntos que no queda nada claro es la incompatibilidad de estas ayudas con otras. Parece evidente que se refiere a otras ayudas relacionadas con el proyecto y que no se extienden a la propia actividad. Raro será el grupo que no se haya acogido a cualquiera de las ayudas que existen hacia los nuevos autónomos, contratación de trabajadores en desempleo o similar, por lo que convendría aclarar si cualquiera de estas ayudas resulta o incompatible o se refiere únicamente a otras ayudas relacionadas con el desarrollo de videojuegos.

Algo que personalmente celebré cuando se anunció este Programa de Impulso al Sector del Videojuego, fue que por fin se eliminaba la restricción de anteriores subvenciones relacionada con el número mínimo de empleados y la necesidad de ser empresa. Esto se ha mantenido en el anuncio oficial, pero a cambio se ha introducido la necesidad de que al menos uno de los miembros del equipo de desarrollo haya publicado algún título con anterioridad. Nuevamente aquí nos encontramos con una interpretación laxa sobre lo que significa publicar un videojuego, pues no se especifica si ha tenido que tener recorrido comercial o basta con tener algo en cualquier Store. En cualquiera de los casos, tanto si necesita recorrido comercial o no, abre un interesante debate sobre el tipo de impulso que se quiere dar al sector y a quién, pues esto deja fuera a cualquier grupo de estudiantes salidos de las decenas de grados, carreras o másters que tenemos en nuestro territorio. La otra manera de leerlo es que se trata de premiar a aquellos estudios que cuenten con un grupo de profesionales que ya han demostrado su capacidad de sacar un proyecto adelante, algo que no suena mal, pero que se antoja casi utópico en el estado actual de la industria.

Llegamos a una pregunta que siempre sale a colación cada vez que habla de ayudas estatales de cualquier tipo ¿Quién decide a quién se otorgan estas ayudas? Bien, por una parte estaría el lógico cumplimiento de las normas para poder recibirlas, pero aquí además se incluye un comité de expertos que valorarán elementos tales como la innovación artística, técnica o en mecánicas de juego. Ojo porque no es baladí, pues es un cuarto del total de la puntuación posible entre los cuatro criterios sujetos a juicio de valor. De este grupo de expertos también dependerá la valoración de cómo el proyecto a los objetivos que se persiguen, teniendo en cuenta al público objetivo, el plan de comercialización, internacionalización o modelo de negocio. Valorar elementos tan dispares como la innovación en arte o el modelo de negocio parecen exigir perfiles muy concretos que sería deseable conocer para evitar cualquier tipo de suspicacias.

En cualquier caso, no conviene perder el norte. Estas ayudas han sido largamente esperadas y a pesar de que no son perfectas, no dejan de ser una buena noticia para la industria. El montante máximo no permite demasiadas alegrías, pues desgraciadamente 150.000€ no dan para mucho, pero puede permitir a estudios que hayan generado un mínimo de ingresos con su anterior título permanecer a flote el tiempo suficiente para desarrollar el siguiente. Fuera de este carro se queda desgraciadamente la mayoría del sector patrio, formado en su mayoría por equipos de desarrollo que no son siquiera microempresas. Se puede recibir esta ayuda con prudencia sin por ello dejar de reivindicar sobre aquellos a los que deja atrás, pues hay que seguir trabajando para ellos. Este país y este sector no se puede permitir dejar de lado a todos aquellos estudiantes abocados al autoempleo y tampoco puede exigir a los pocos estudios pequeños que han conseguido generar algún beneficio que absorban los estudiantes que salen cada año intentando encontrar su futuro. No ha venido un crucero con barra libre a rescatarnos, pero al menos nos han tirado un flotador. Algo es algo.

Juan Manuel Moreno es cofundador de la web española Nivel oculto, dedicada a los juegos independientes, y del evento Indie Mad. Fue moderador de la mesa auspiciada por el DEV y Red.es para presentar los últimos datos del Libro Blanco y anunciar estas ayudas.

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