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arte / proyectos

etHALL, sin freno

Conversación con el director de uno de los espacios más celebrados de entre las galerías de nueva generación

Obra de Lucía C. Pino expuesta en etHALL.
Obra de Lucía C. Pino expuesta en etHALL.Juande Jarillo

Más allá del clásico enclave tradicional de galerías alrededor de la calle Consell de Cent de Barcelona conviven otros recorridos que expanden la escena artística fuera del centro de la ciudad. En los 90, el Born parecía tomar el pulso más innovador, sobre todo con la galería Benet Costa y el recordado espacio Metrònom. Luego le tocó al entorno del Macba, donde resiste todavía Àngels Barcelona, y que en 2004 era celebrado con espacios como Doque, la Galería T4 y NoguerasBlanchard, que ha dejado el centro por la periferia y la potencialidad de l’Hospitalet de Llobregat, donde se han mudado, también, muchos de los artistas de la ciudad. Aunque partiendo del museo, desde el centro del Raval, es posible iniciar un recorrido más modesto que alternativo, que suma otras miradas a la labor y la función del arte.

Más que un lugar, etHALL es un concepto que va más allá de una galería en el sentido más tradicional y ortodoxo. Su estructura, y su mentalidad, es intencionadamente humilde. La gran arma de sacar partido de lo que tienes. Se trata de la entrada, el hall a pie de calle de 17 metros cuadrados, de Estudiosos del Tema, una editorial de cómic. Nació en 2011 como un espacio non-profit pero acabó siendo una de las galerías con más rigor del país, un espacio centrado en buscar nuevos diálogos, otros elementos de nuestra cultura que diversifiquen el discurso que define al arte, y replantear muchos de sus roles y sus funciones.

R. Su momento de inflexión fue en 2015, con su participación en la sección Opening de Arco, por la que se llevó el premio a mejor galería. Al frente de este espacio está Jorge Bravo. Empezó muy joven, de manera bastante amateur y sin objetivos definidos más allá de no hacer lo que estuviera claramente estipulado. Ha desempeñado todo tipo de funciones: comisario, montador, diseñador de exposiciones, intermediario en el mercado secundario, representante de artistas... El videoarte es su fuerte, aunque en etHALL apostó por el dibujo, algo que ha ido cambiando y evolucionando. Por ahí empezamos.

Pregunta. ¿Qué ideas hay detrás de etHALL?

Respuesta. La idea era hacer algo que uno pudiera sentir como útil, seguramente contagiado por la generosidad de mi amigo Nacho Simal, que me cedió una parte del espacio que ahora ocupamos de manera totalmente desinteresada. Que se convirtiera en una galería fue la consecuencia lógica tanto del escaso y retardado apoyo de las instituciones como de las ganas de seguir trabajando con algunos de los artistas que presenté en las primeras temporadas. Actualmente, hemos seguido manteniendo una programación abierta que no se limita a los artistas con los que trabajamos regularmente. Desde fuera, etHALL proyecta la imagen de un espacio abierto donde se muestran cosas muy distintas pero que mantienen un nivel de calidad y que está atento a lo que acontece. Desde dentro, uno siempre intenta hacer lo mejor que sabe y actuar desde el propio rigor y criterio, que al fin del cabo es lo único que tenemos. Hemos ido dando pasos, asumiendo riesgos y consiguiendo poco a poco algunos apoyos que nos permiten seguir avanzando.

P. ¿Por qué el dibujo?

R. Por una parte, había un compromiso personal por realizar una actividad que fuera coherente con lo que hasta ese momento había ocurrido en el local que ocupamos. Esta era la sede del colectivo Estudiosos del Tema, que por aquel entonces comenzaba a editar la revista gráfica La Cruda. Por otro lado, el dibujo como vehículo de acercamiento al arte me parecía perfecto, en un barrio tan popular como el Raval. Por eso, desde la primera exposición editamos un cartel de cada exposición, que regalamos a los visitantes y que es una especie de registro. Dedicarme especificamente al dibujo me permitía también proponer colaboraciones a artistas que aun trabajando con otras galerías, les pudiera interesar la idea de mostrar un proyecto específico de dibujo en etHALL. Aunque ya no somos una galería sólo de dibujo. Esta temporada hemos abierto la programación a otro tipo de propuestas, una apertura que viene condicionada por haber trabajado con artistas como June Crespo o Julia Spínola.

Jorge Bravo, director de etHALL.
Jorge Bravo, director de etHALL.Juande Jarillo

P. De hecho, ahora mismo se expone el trabajo de Lucía C. Pino, una de las artistas que se engloban dentro de lo que podríamos llamar la nueva escultura. Una escultura mental.

R. Creo que es una de las artistas más relevantes de nuestro panorama actual. Su capacidad de construir un relato afectivo me resulta emocionante. En esa nueva escultura, seguramente es de las más radicales, una combinación feliz de atrevimiento y fragilidad. Derby Bakora propone un ejercicio escultórico donde descentralizar la optimización de recursos en beneficio de la experimentación. El título remite en la primera palabra a la industria del motor y a las competiciones deportivas. La segunda, tiene su origen en la higuera de bacor, albacor o albacora (del árabe al-bakura) que es parte del legado árabe en la zona de levante. La higuera es un árbol frutal que según los arqueobotánicos se cultivaba hace 11.400 años. Higos y restos de motos, tubos, resinas, grasa. Su trabajo se expande generando un complejo de experiencias de movimiento, peso, tensión, contrapunto formal y ritmo, generando una interacción entre el espacuo y la persona que lo expermienta.

P. Las galerías, aunque también otros campos, trabajan con el estigma de las etiquetas asociadas al valor que algo tiene o por ser “joven”, pertenecer a una “media carrera” o porque ya está “consolidado”. ¿Cómo maneja esos términos?

R. Yo lo enfocaría más por cómo se establece la relación con los artistas, qué le hace a uno sentirse legitimado para trabajar con ellos y representarlos. No es una cuestión de edad sino de sintonía. Efectivamente, se trata de esa idea de “valor”, y cuando hablamos de la juventud lo hacemos en términos de mercado, de revalorización. Pero el valor debe ser otra cosa. A veces coincide con lo mercantil y otras no, o lo hace en un grado u en otro. Allí intervienen muchos factores y con eso tenemos que lidiar nosotros. Como persona interesada en el arte no puedes dejar de estar atento a lo que hacen los más jóvenes, sería un contrasentido. Que etHALL sea un lugar donde algunos de ellos puedan mostrar individualmente sus trabajo es una idea fundacional. En cuanto a los artistas de media carrera, trabajar con uno como Sergio Prego, al que conozco desde hace veinte años, es un privilegio. También con Manuel Saiz e Itziar Okariz, que son ejemplos sobresalientes de compromiso y ética del trabajo en arte.

P. Partiendo que hay un foco importante de artistas y algunas galerías que han dejado el centro por la periferia, ¿cómo diría que es el contexto artístico en la ciudad?

R. La escena artística de Barcelona está muy viva. No es enorme y creo que hay cierto sentido de comunidad muy interesante. Además, hay muchos artistas de distintas procedencias, proyectos y espacios alternativos que desarrollan una labor muy seria que desempeñan un papel fundamental. Sin embargo, la desconexión con el mercado local es total. Se echa mucho de menos que haya coleccionistas comprometidos, que atiendan, se interesen, contribuyan con lo que está pasando en su contexto. Lo que te lleva a pensar que no lo consideran su contexto. En ese terreno hay mucho trabajo por delante.

P. ¿Hay que singularizarse para buscarse un hueco en el campo del galerismo en España?

R. En mi opinión no puede ser de otra manera. Pero no creo que sea tanto una cuestión de especialización en una disciplina sino más bien en una forma de hacer las cosas. etHALL es un proyecto personal y como tal me retrata. Uno solo puede trabajar con lo que se cree. Haciendo una determinada programación te posicionas en una forma de entender el arte con la que te identificas. Al final es un compromiso moral. Lo primero que define una galería es los artistas con los que trabaja. Luego, la manera que tiene el galerista de representarlos y de trabajar. A veces se nos olvida pero el arte y el mercado del arte son cosas muy distintas. Yo trabajo para el primero, sólo de esa manera puedo sentirme a gusto tratando con el segundo. Por ese camino es posible encontrar complicidades. Hay coleccionismo serio y comprometido, privado e institucional. Aunque debería haber más, desde luego.

P. ¿Es precario el mundo de las galerías?

R. Hay galerías precarias y otras no precarias. Las galerías somos muy diferentes unas a otras. Aunque no nos lo ponen fácil pero qué podríamos esperar si miramos el panorama general del país. También lo es lo de fuera aunque aquí siempre es peor. La política hace bastante daño.

P. Ejercicio de autocrítica: ¿por dónde empezar para mejorar esta situación?

R. Por la educación. Hay que promover un país más culto y menos provinciano. Pero así en general, no soy muy optimista al respecto. Por nuestra parte, debemos contribuir a ello en la medida en que nos toca a cada cual. Yo lo intento y veo bastante gente con esa misma actitud. Y estoy de acuerdo con lo que decía Sebastián Rosselló de galería Alegría. Para cambiar la consideración que merecemos como país y del arte que se produce aquí hace falta un trabajo coordinado. También en esto queda mucho por hacer.

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