_
_
_
_
_
Muerte en León

Isabel Carrasco vuelve a morir sobre el puente

Una serie documental recrea el asesinato de la presidenta de la Diputación de León y el posterior juicio, al estilo 'Making a Murderer'

Entrevista con Justin Webster.Vídeo: Movistar +

Se oyen disparos. Es 12 de mayo de 2014. Isabel Carrasco, presidenta de la Diputación de León, es asesinada en un céntrico puente de la ciudad. Son las 17.15. O quizás las 17.18. Tres minutos de diferencia pueden parecer nada, pero fueron clave en el juicio, que comenzó en enero de 2016, para esclarecer si Montserrat González y Triana Martínez, madre e hija, eran responsables del crimen. A las 17.16, la madre había llamado a su hija. La acusación sostenía que llamó para confirmar la muerte de la presidenta del PP de León. Según la defensa, sin embargo, la hija no estaba envuelta. La advertía de que no se inmiscuyera en el asesinato que estaba a punto de cometer. Finalmente, el tribunal condenó a Montserrat a 22 años y a su hija a 20. Sus defensas han recurrido la sentencia

Más información
La asesina confesa de Isabel Carrasco: “Que den a mi hija la libertad”
Raquel Gago no irá a prisión hasta que el Supremo no confirme la sentencia
El jurado del caso Carrasco declara culpables a las tres acusadas
León envuelve a Isabel Carrasco en el olvido
Seis mujeres en torno a un crimen
125 pasos para una emboscada

Ambas posiciones se ponen frente a frente en el primer episodio de Muerte en León, serie de cuatro capítulos que comienza esta noche a las 20.45 en Movistar Estrenos y presentada como la respuesta española al fenómeno de documentales sobre crímenes reales como Making a Murderer, The Jinx, The Staircase, O.J.: Made in America o la radiofónica Serial.

El director Justin Webster tenía esta última en mente cuando hace año y medio se trasladó a León: "En estos proyectos lo más importante no es el crimen real, sino la forma narrativa con la que contamos lo que sucedió. Como en la ficción, relatamos la historia a través de personajes complejos, sin voz de narrador ni explicación. Por eso es tan laborioso", sostiene: "Es una mezcla de periodismo de investigación y cine, mundos que casi nunca se cruzan". Para ello, Muerte en León recurre a documentación e imágenes de archivo, además de la recreación con actores de algunos hechos.

Un juicio mediatizado, un contexto sociopolítico concreto, cuatro mujeres y un jurado. ¿Qué hace que este caso concreto sea ideal para el género? "Lo que me atrajo es que no entendía nada. Me interesó la mezcla entre la vertiente política, la personal y el mundo detrás del poder municipal. Es una historia específica pero universal".

Webster comenzó en junio de 2015 a recopilar material de todas las fuentes posibles para montar una historia que aportara distintos matices y contexto, desde el repaso a la polémica figura de Carrasco hasta los detalles de la vida de la asesina confesa. Al mismo tiempo, quería que el montaje empujara una historia tan apasionante como la de cualquier otra serie, de ficción o no.

Todo empieza con la llamada al 112 de la testigo. Tres minutos es el título del primer episodio, que repasa la recreación y descripción de los hechos por parte de los testigos: "El formato de un juicio a veces es difícil de entender en el informativo diario. Nosotros no lo contamos cronológicamente y resulta más fácil. Hay momentos sorprendentes". El segundo episodio, Siete años, sin embargo, toma una perspectiva distinta al retroceder en la relación entre Carrasco y Triana con las diferentes versiones de cómo su relación se rompió. El tercero, 10 horas, se centra en los policías de Burgos que se unieron a la investigación, así como en la figura de la policía Raquel Gago, amiga de la asesina también condenada que el 13 de mayo entregó el arma homicida. El director todavía se encuentra montando el último episodio, para el que entrevistaron a sus protagonistas ya en prisión, y sigue buscando ese significado total.

"Tras un año de investigación, pequeños detalles tienen distinto significado". Webster cita a Sarah Koenig, responsable de Serial, para explicar un proceso de este calibre. "Queremos que se esclarezca el caso para el espectador". Este formato sirve, según Webster, de "herramienta contra prejuicios". Aquí se ve todo antes de opinar. "El público tiene una opinión fragmentada de casos tan mediáticos y las tertulias solo especulan y refrendan tu opinión. La televisión debería hacer más análisis detallado. No está fuera de nuestras posibilidades". Reconoce, sin embargo, que es difícil vender un proyecto de dos años a cualquier cadena, sin saber cuál será el resultado. "He acabado entendiéndolo todo mejor, si bien el puzle completo es imposible de lograr".

No-ficción pasional

Webster, inglés afincado en Barcelona, comenzó su carrera periodística como reportero al uso, escribiendo reportajes narrativos en diarios como The Boston Globe, The New Statesman y El País Semanal, pero, tras varios años, se dio cuenta de que lo que de verdad le apasionaba era el cine de no ficción, cuyo estudio y defensa se nota en sus palabras.

Webster tiene una carrera ecléctica. Repasó la vida de Gabriel García Márquez en Gabo, los secretos de un club de fútbol en Barça Confidencial y hasta El fin de ETA. ¿Qué le atrae de historias tan dispares? "Me fascina tener una pregunta que necesita respuesta, y que solo se logre narrando una historia, ni teorías ni ensayos. No comienzo el documental con un mensaje que lanzar, lo descubro al final".

Recibe el boletín de televisión

Todas las novedades de canales y plataformas, con entrevistas, noticias y análisis, además de las recomendaciones y críticas de nuestros periodistas
APÚNTATE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Eneko Ruiz Jiménez
Es periodista en la sección de redes sociales, aunque lo que más le gusta es hablar de cine, series y cómics. No sabe montar en bicicleta.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_