_
_
_
_
_

La huella de Paco de Lucía se llena de colores

'Entre 20 aguas', el disco homenaje al maestro, es pura expresión de la influencia del genio. Este domingo con EL PAÍS

El guitarrista Paco de Lucía.
El guitarrista Paco de Lucía.Luis Magán

Hace poco más de un año que Paco de Lucía nos dejó, y junto a la extrañeza por su ausencia, crece la importancia, la trascendencia, quizás inimaginable, de su obra. Y su influencia: el guitarrista español es objeto de culto para colegas de medio mundo y cualquier disciplina, sea rock, jazz o música brasileña. Él supo alcanzar la universalidad sin dejar de ser fiel a su raíz, el flamenco y, aunque su genialidad era ya reconocida, fue casi por accidente por lo que alcanzaría una popularidad impensable para un artista flamenco: la inclusión a última hora, de relleno, de la rumba Entre dos aguas al disco Fuente y Caudal (1973). No resulta, pues, extraño que el célebre tema, convertido con el tiempo en Vámonos, el bis con el que se despedían las actuaciones, sea el lugar de encuentro para los músicos que participan en Entre 20 Aguas, el tributo al maestro que produce Javier Limón. Él ha seleccionado a una veintena de intérpretes entre los que hay miembros de su banda y otros de diversas geografías y culturas musicales, amigos, su hermano Pepe… Entre todos configuran un álbum histórico e irrepetible en el que la monotonía está vedada y los temas se suceden con tanta sorpresa como emoción.

El piano de Chick Corea inaugura el homenaje con un emocionante solo para su amigo. Y más pianistas: el cubano Chucho Valdés firma una impresionante pieza de jazz caribeño y el dominicano Michael Camilo juega con la rumba y la lleva a su terreno pianístico, latino y percusivo. Las aproximaciones al célebre tema van a cobrar todo tipo de registros, timbres y colores. Sorprende el canto del tunecino Dhafer Youssef, que se acompaña del árabe oud, o la del brasileño Ivan Lins con su scat ensoñador, piano y guitarra. El trompetista cubano Jerry González elige el tiempo de la balada con sordina en un tono intimista, mientras el guitarrista argentino Luis Salinas le brinda una composición propia en la que también le canta al maestro.

También es propio el tema de Carles Benavent quien, con su bajo y su mandola, se hace acompañar de un cuarteto de cuerda. Otro colaborador de Paco, el batería Tino di Geraldo, opta por metales aterciopelados y piano latino para su recreación de la rumba. Raimundo Amador y Diego del Morao improvisan sobre ella con un lenguaje moderno y un toque de blues. El bajista mexicano Abraham Laboriel la viste de funk, en tanto Josemi Carmona hace gala del toque pausado y sincopado que tanto alababa el genio.

Antonio Serrano, con el concurso de Alain Pérez y Antonio Sánchez, sobrino de Paco, rememora sus últimas actuaciones con una aproximación jazzística. Otro que fue de la banda, Jorge Pardo, opta por el fraseo claro de la flauta para dialogar con la guitarra sobre la secuencia del tema original. También hablan con Paco voces más cercanas. Pepe de Lucía, para recordar a su hermano, ha puesto letra a la melodía, que dice quedamente con piano. José Mercé deja su grito desgarrado por la ausencia a palo seco y Alejandro Sanz le canta, ‘por primera y última vez’, una soleá.

Entre 20 aguas, el disco homenaje a Paco de Lucía, este domingo con EL PAÍS por 9,95 euros.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_