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El futuro pasa por América

Arco abre hoy sus puertas volcada en el arte procedente de Latinoamérica 218 galerías participan en una feria que busca afianzarse como puente entre continentes

Vídeo: ATLAS / B. PÉREZ

Este miércoles la 34ª edición de Arco ha abierto sus puerta con un perfil mucho más definido del hasta ahora conocido. La notable presencia de galerías latinoamericanas marca un rumbo que su director, Carlos Urroz, ha querido consolidar en una relación de ida y vuelta. En el quinto año de la etapa de Urroz, participan 218 galerías, el 71% de ellas extranjeras, de las cuales 47 provienen de diez países de América Latina, la más amplia representación en la historia de la feria artística madrileña. Colombia es el país invitado y su presencia se dejará notar en toda la ciudad con 100 autores y 20 exposiciones en distintas sedes.

Arco no quiere ser una más de las 220 ferias que se celebran al año en todo el mundo y necesita una personalidad propia capaz de erigirse en referencia para atraer a los coleccionistas. Galeristas, artistas y agentes culturales coinciden en la urgencia de consolidar el perfil latinoamericano, de manera que Madrid se convierta en punto de encuentro imprescindible entre Europa y América. A su favor cuenta con la buena disposición de los profesionales. En contra, el IVA del 21% que las galerías españolas tienen que soportar en sus ventas frente a las tasas más reducidas de otros países.

Carlos Urroz cree que ya se puede hablar de un Arco de marcado carácter latinoamericano. “La mirada a Latinoamérica está desde los inicios. Recordemos que el 97 se dedicó al continente y que sus grandes galerías han iniciado su andadura internacional en Arco”, recuerda. “Madrid es un punto de encuentro para galerías, artistas y coleccionistas de Europa y América. Esta es la feria que más directores de museos, comisarios y directores de bienales atrae”, prosigue. “La internacionalización es fundamental para todos hoy en día. Las nuevas galerías españolas tienen un programa internacional y clientes en América y Europa. También hay muchos artistas españoles que trabajan con galerías extranjeras y son éstas las que participan en la feria”.

No cree Urroz que citas como las de Bogotá, Buenos Aires, México y, sobre todo, Miami Art Basel, desplacen a Madrid como punto de encuentro con América Latina: “Su existencia indica lo acertado de Arco de fijarse en el mercado latinoamericano. Son mercados que han ido madurando y, por tanto, generando sus propias citas. Una feria siempre genera nuevos coleccionistas y organiza el mercado; es bueno recíprocamente que existan. A las galerías españolas les interesa ir a Bogotá y a las de Buenos Aires venir a Arco”.

El galerista valenciano Luis Adelantado, que ha tenido espacio en Miami y ahora en México, considera que “durante años en Arco no se dio suficiente credibilidad a galerías, artistas o coleccionistas latinoamericanos”. “A Miami va la gran mayoría de coleccionistas latinoamericanos; la distancia y la potencia de la feria ayuda, pero también el carácter social de relaciones que se genera esos días. Son menos los que vienen aquí, pero tienen quizá un rigor mayor si llegan hasta Madrid”, abunda.

La cita madrileña cumple también una función en Europa. “Es una feria-puente, cosa que consideramos muy acertada porque nos acerca a Latinoamérica y nos permite cuidar los contactos con coleccionistas e instituciones de allí”, opinan responsables de la galería mallorquina-berlinesa Kewenig.

Miami Art Basel, el gran rival

La competencia de Miami Art Basel ha atraído el interés de coleccionistas y galeristas latinoamericanos en desmedro de Arco durante unos años. Creada en 2002, la edición americana de Art Basel, la feria internacional de arte más importante del mundo, ha reforzado su perfil y ha logrado captar a grandes fortunas a la caza de piezas de museo o de inversiones millonarias con vistas a la especulación en el mercado.

No se suelen ofrecer cifras de negocio, como en toda feria, pero varios medios calcularon que el volumen de ventas en la pasada edición, a la que acudieron cerca de 280 galerías de 31 países, alcanzó los 3.000 millones de dólares (2.645 millones de euros), además de recibir a unos 73.000 visitantes.

Agustín Pérez Rubio, comisario español y actualmente director del museo bonaerense MALBA, suscribe ese papel de conexión de la muestra madrileña: “Siempre fue un buen escaparate de América Latina en Europa. Si no, recordemos a Marco Antonio Vilaça o Ruth Benzacar, año tras año luchando por abrir camino y promocionar el arte latinoamericano. Ruth fue a Arco durante más de 10 años sin vender nunca ni una pieza, hasta que, por fin, el arte argentino comenzó a interesar y algunos artistas fueron adquiridos por museos y colecciones españolas”.

Para las galerías españolas, la internacionalización resulta obligatoria. Espacio Mínimo participa desde 1994, al igual que en citas como Frieze en Londres o Miami Art Basel. “Todas las ferias se parecen y Arco no es una excepción”, indica su director, José Martínez. “Las galerías españolas, desde hace tiempo, somos cada vez más internacionales porque nuestros artistas son de procedencia diversa, lo mismo que nuestros clientes”.

Isabel Mignoni, de la galería Elvira González, también viaja a ferias de todo el mundo y mantiene su presencia en Madrid: “Arco es una feria madura y ha conseguido, pese a los años difíciles que hemos pasado, seguir siendo una referencia. Es un momento de intercambio, de encuentro, de alianzas entre galerías e intercambio de artistas. La competencia es buena”. Tienen claro que Latinoamérica es el futuro y que la gran asignatura pendiente es el IVA. “El año pasado nos tomaron el pelo. Fue una broma mal explicada con prácticamente ninguna consecuencia positiva. Para que el mercado del arte en España funcione de verdad tenemos que igualar el IVA cultural con el resto, o con la media, de los países europeos”, resalta.

El IVA sigue siendo el gran asesinato en la cultura española” Carmen Calvo

David Fernández-Braso, de la galería que lleva su apellido, reclama una mayor atención al arte español como característica de la feria: “Lo que aportaría carácter y personalidad sería precisamente ofrecer un panorama más extenso y profundo del arte moderno y contemporáneo español. La relación y el diálogo de nuestra cultura con la extranjera es el plus de interés de la feria, lo que la distinguiría del resto”.

Entre los creadores consultados (Carmen Calvo, Bernardi Roig y Mateo Maté), resolver la cuestión del IVA puede ser la operación más integradora de todas. “¿Cómo es posible que en la misma feria mis obras cuesten menos en una galería extranjera que en una española?”, se pregunta Maté. “O alguien no se lo ha pensado mucho o es una estudiada venganza para con un sector. En cualquier caso, es absurdo desde el punto de vista de la recaudación fiscal. Es mejor el 6% o el 10% de algo que el 21% de nada, que es lo que puede pasar si seguimos así”, enfatiza.

Usar arrogancias con América Latina ya está fuera de lugar" Pepe Cobo

Carmen Calvo tiene grandes esperanzas en esta edición, pero advierte del gran problema pendiente: “El IVA sigue siendo el gran asesinato en la cultura española, de cualquier género, cine, literatura, teatro, etcétera. Es simplemente la muerte”.

Roig cree que Arco llegó tarde a Latinoamérica y ese pastel ya se lo comió Miami Art Basel: “Lo tuvo en sus manos, pero tartamudeó. Dicho esto, es absolutamente imprescindible y necesario atender a todo lo que allí ocurre, tanto para galeristas como para los artistas. La escena latinoamericana es una de las más ricas en ideas y creativas del planeta”. Para él, quienes se la juegan son las galerías: “La feria es imprescindible y recoge el latido de una realidad cultural, la nuestra, pero es, sobre todo y ante todo, un lugar de transacción económica de alto riesgo para quienes participan. En la ruleta de Arco, les vaya bien o les vaya mal a las galerías, quien realmente siempre gana es la banca, o sea Ifema”.

En un momento de globalización, las relaciones de ida y vuelta son las que tienen mejores oportunidades de funcionar. El sevillano Pepe Cobo, con una larga y arriesgada trayectoria, participa como galería peruana. “Es una oportunidad que quería aprovechar dada la situación tan congelada del mercado español así como del coleccionismo privado y empresarial, y poder abrir un mercado internacional, como base también de operaciones en todo el continente”, dice. “Siempre es bueno que creemos lazos con Latinoamérica por todos sus significados históricos, pero creo más en estos momentos en darles a ellos la voz cantante y ser sus anfitriones que usar arrogancias indebidas y fuera ya de lugar”, concluye.

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