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Una Motown después de la Motown

Holland, Dozier y Holland crearon una factoría propia de éxitos 'soul' tras desligarse de Hitsville. La aventura no salió del todo bien, pero una caja de 14 discos recupera sus joyas

Holland, Dozier y Holland.
Holland, Dozier y Holland.Michael Ochs Archives (Getty Images)

Los aficionados a la música negra han estado preguntándose durante años por una enigmática mujer de nombre Edith Wayne. Irrumpió a finales de los sesenta en el sello discográfico Invictus y figuraba como coautora de algunos de sus éxitos más memorables, desde Give me just a little more time, de Chairmen of the Board, a Band of gold, por Freda Payne, la truculenta historia de un hombre que no logra consumar su matrimonio en la noche de bodas. Nadie aclaró nunca si conocía en persona a la misteriosa Edith y no consta ninguna fotografía suya, por lo que con el tiempo se ha llegado a la conclusión tácita de que esta dama era en realidad un pseudónimo para la fabulosa tripleta de compositores que integraban Eddie Holland, Lamont Dozier y Brian Holland. Pero la pintoresca historia de la tal Wayne es solo un ejemplo más de las muchas cosas atípicas y fascinantes que a estos magos de la música soul les acontecieron cuando decidieron desvincularse de la factoría Motown.

Corre el año 1968 en los cuarteles generales de Hitsville, el chalecito de Detroit donde se cocina El sonido de la joven América. Tres de los más brillantes compositores de la casa se reúnen con el fundador y gran jefe del imperio Motown, Berry Gordy, para exponerle sus quejas. Los hermanos Holland y su amigo Lamont integran uno de los equipos de escritura de canciones más memorables en la historia de la música popular, a la altura de lo que Burt Bacharach y Hal David significan en el ámbito del pop ligero o Jerry Leiber y Mike Stoller rubricaron para el rock primigenio de Elvis Presley o The Coasters. La firma de H-D-H está detrás de casi todo el catálogo de The Four Tops, incluye joyas para Martha Reeves (Nowhere to run), Junior Walker (How sweet it is to be loved by you) o Isley Brothers (This old heart of mine is week for you) y ha definido para siempre la fórmula de los grupos femeninos con docenas de piezas para las Supremes de Diana Ross. Pero los creadores de todos estos títulos se sienten infravalorados. Gordy, que confía ciegamente en sus propias fuerzas (y en autores-intérpretes como Marvin Gaye o Smokey Robinson), desoye sus quejas. Y las sucesivas discusiones concluyen en divorcio.

Chairmen of the Board relegan en 1970 Patches a una cara B. Tema con el que a los meses, Clarence Carter ganó un Grammy

A partir de ahí se desarrolla un episodio no siempre bien recordado entre los amantes del soul, el rhythm & blues, el funk y demás latidos rítmicos negroides. El laureado trío instaura The Creative Corporation con el objetivo explícito de disputarle la supremacía a la mismísima Motown bajo dos denominaciones discográficas, Invictus y Hot Wax, a las que en 1972 se sumará una tercera, Music Merchant. Los fundadores incluso se dotan de su propia base de operaciones en Detroit, un antiguo cine en Meyers y Grand River, con rutilantes músicos de estudio. Y ellos mismos escogen a los artistas llamados a convertirse en las estrellas que hagan sombra a Stevie Wonder, The Temptations o los Jackson 5. La aventura, qué duda cabe, acaba en fracaso. Pero entre medias quedan una docena de grandes éxitos puntuales, centenares y centenares de canciones más que solventes y unos cuantos artistas en ningún caso merecedores del olvido.

Toda esta historia se documenta ahora en un proyecto editorial fabuloso, Holland-Dozier-Holland, The Complete 45s Collection, un artefacto de 14 discos, 288 canciones y casi 17 horas de música que opta a figurar entre los fetiches más adorables de la temporada para los coleccionistas discográficos. La caja (de precio razonable para sus dimensiones) incluye absolutamente todas las caras A y B que publicaron los ilustres extrabajadores de la Motown en sus nuevas formulaciones: 96 sencillos para Invictus, 44 para Hot Wax y 17 bajo la etiqueta de Music Merchant. Sumémosles varias rarezas y hasta 16 acetatos inéditos y nos encontramos, en efecto, ante una monumental orgía para completistas.

Casi 17 horas de música que opta a figurar entre los fetiches más adorables de la temporada para los coleccionistas discográficos

Los líderes de la revolución de H-D-H estaban llamados a ser Chairmen of the Board, con Norman Johnson y su enfática dicción (a lo Jackie Wilson en Reet petite) al frente de la banda. La mencionada Give me just a little more time fue un éxito muy notable que se prolongó con otros dos títulos fantásticos pero demasiado miméticos, You’ve got me dangling on a string y Everything’s Tuesday. Freda Payne, Laura Lee o Eloise Laws fueron grandísimas solistas de trayectoria efímera y el trío femenino Honey Cone (One monkey don’t stop no show) no tenía nada que envidiar a The Supremes. George Clinton enriqueció la escudería de Invictus con sus flamígeros Parliament y otras bandas, desde Flaming Ember a 100 Proof Aged in Soul, quizás habrían merecido mejor fortuna. Incluso Lamont Dozier y Brian Holland terminaron publicando algunas espléndidas grabaciones propias como Holland & Dozier.

¿Por qué Invictus y sus hermanas pequeñas, Hot Wax y Music Merchant, no lograron el lugar que la historia le ha reservado a Motown, Stax o incluso Philadelphia International Recordings? Probablemente porque las demandas interpuestas por Berry Gordy les hicieron mucho daño, ya que Holland, Dozier y Holland no pudieron firmar sus composiciones ni producciones hasta 1971. Y seguro que también por errores propios, impensables en una fábrica de éxitos tan metódica como Motown. Hoy asombra comprobar, por ejemplo, que Chairmen of the Board relegasen en 1970 Patches a una cara B, un tema que pocos meses después le proporcionó un Grammy y el número 1 a Clarence Carter. El trío fundador tampoco supo adaptarse a los tiempos y Lamont Dozier acabaría desligándose de los Holland en 1972. Pero pese a todos los errores de cálculo, patinazos y frustraciones varias, impresiona el legado casi oculto de esta "segunda Motown" que aflora tantos años después con esta antología abrumadora.

Holland-Dozier-Holland, The Complete 45s Collection está publicado por Harmless/Demon Music

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