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La sustituta de ‘Aída’ se va de crucero

'Anclados', nueva comedia de Globomedia y Telecinco, empieza su rodaje

Miren Ibarguren y Daniel Guzmán, en una imagen de la serie 'Anclados'.
Miren Ibarguren y Daniel Guzmán, en una imagen de la serie 'Anclados'.

La sustituta de Aída se ha lanzado a los mares y ya mantiene una velocidad de crucero. Anclados,la nueva ficción que Telecinco prepara con Globomedia para ocupar el hueco que dejaron los vecinos de Esperanza Sur, se empezó a rodar hace un mes para establecerse en su sitio en la parrilla, la noche de los domingos. De entrada, las similitudes con su antecesora resultan inevitables: mantiene a los mismos guionistas y se trata de una comedia de amplio reparto, con una cara que repite, Miren Ibarguren, que deja atrás a Soraya para ponerse en la piel de un personaje radicalmente opuesto. Y hasta ahí los parecidos. “El gran conflicto en la creación de contenidos es tener personalidad propia”, asegura Daniel Écija, director de Globomedia. Y, en busca de esa voz diferenciadora, los directivos de Mediaset han embarcado a sus protagonistas en un crucero.

La trama arranca con una peculiar tripulación cuya naviera está al borde de la quiebra tras chocar su barco, el Ancla II, con el yate del Rey. El capitán (Daniel Guzmán) tendrá que enfrentarse a más de un problema: su incontinencia sexual y la llegada de su exesposa como nueva directora del crucero (Miren Ibarguren) para encauzar el rumbo. Allí, la ex de Aída tendrá que sortear las zancadillas de su hermano (Joaquín Reyes), a quien relega como director y del que tendrá que soportar todo tipo de maquiavélicos intentos por recuperar su puesto. Una reivindicativa limpiadora (Rossy de Palma) peleará cual sindicalista por los derechos de los trabajadores del crucero y se deberá ver las caras muy a menudo con una pasajera extremadamente pija (Úrsula Corberó).

Con este argumento, la nueva comedia de Mediaset busca alejarse de todos sus anteriores éxitos para crear un nuevo proyecto “rompedor y de actualidad”. Para ello cuenta con el mismo plató de Aída, de 1.200 metros cuadrados, donde se han recreado la cubierta y las tripas de la nave, que también huye del parecido con Vacaciones en el mar. “Solo tenemos en común el telón de fondo. Aquella era una serie de historias de amor enmarcadas en un barco. Esta es una comedia ácida, que busca que la gente se ría con sus personajes”, explica Manuel Villanueva, director de contenidos de Mediaset España.

Pese a transcurrir en un crucero, la serie huye del parecido con 'Vacaciones en el mar'

En esa especie de “investigación” televisiva en la que dicen haberse sumergido tanto los directivos de Mediaset como los de Globomedia, los creadores de la serie también han optado por cambiar su diseño técnico, y contar al espectador las aventuras de su tripulación de una manera diferente. “Usaremos una single cámara, es decir, vamos a intentar rodar como estamos viendo en otros sitios de Europa; queremos ser contemporáneos. Eso significa que no vamos a rodar con público ni con varias cámaras a la vez, que es un método que empezó a utilizarse en EE UU en los años cincuenta. Haremos una toma por cámara. Cuesta más tiempo, pero es un intento de ser bastante más exigentes con lo que significa hacer una comedia”, explica Écija.

Esa exigencia se ha convertido en la piedra angular de este proyecto, que ha tenido sus idas y venidas desde que se le dio luz verde, con algunos quebraderos de cabeza incluidos. “Empezamos en el mes de mayo. Nos queda trabajar, ajustar, seguir trabajando y dar una singladura adecuada a este barco que va a zarpar”, admite Villanueva. Desde entonces, la ficción ha cambiado algunos nombres de su reparto original, y le ha dado varias vueltas al capítulo piloto, que ha tenido que rehacerse por exigencias de la cadena. Todo ello ha afectado a la parrilla de Mediaset, en la que se iba a estrenar Anclados a principios de octubre y ahora, con el retraso, “no tiene fecha fijada”, aunque se espera que sea a finales de año. “La primera temporada tendrá 13 capítulos, aunque hasta que no tengamos tres o cuatro no diremos cuándo verán la luz”, precisa el director de contenidos de Mediaset.

El objetivo: conseguir una comedia “mordaz e irónica”, responsabilidad que recae en los guionistas, con Aída a sus espaldas, y en el elenco de actores. Acostumbrado a nadar en esas aguas, Joaquín Reyes recoge el guante. “Quiero que sepáis que salgo bastante guapo, pero soy algo más que una cara bonita”, suelta serio en la presentación de la serie. Hace una pausa, sonríe levemente y provoca inmediatamente las carcajadas de sus compañeros. Por lo pronto, Anclados zarpa con risas aseguradas.

Miren Ibarguren: "Quiero cambiar"

Miren Ibarguren se ha cortado la coleta y se ha despedido de Soraya. "Me estaba quedando calva", se señala las entradas. Así, ha dejado atrás su papel de chica cándida aficionada a los diminutivos de Aída para meterse en la piel de Marga, "una dominatrix con tacón de aguja". La actriz donostiarra, de 33 años, aterriza en Anclados cual pirata, sin pata de palo, pero con parche en el ojo, nervios de acero y algo deslenguada, "a saco con todo". "Siempre se te va a relacionar con tu trabajo anterior, pero el papel no tiene nada que ver y la serie tampoco. Sigue siendo una comedia, pero es en un barco y es algo nuevo".

La intérprete, que saltó a la fama con Escenas de matrimonio y vivió los últimos seis años de Aída, reconoce que le apetecía "probar nuevos registros" y, a poder ser, "proyectos más cortos". "Quiero hacer cosas nuevas, pero a saber qué digo dentro de tres años, claro. Si seguimos, es que la serie va bien, y eso también es bueno. Pero ahora te digo que quiero cambiar". Para empezar, tiene que trabajar con un ojo tapado durante horas y cambiar el "chemichurri" de Soraya por el ceño fruncido y el látigo. "Decía mi maestro de interpretación que cada papel llega por algo, y yo decía: Qué chorrada… Pero mira, igual es que antes me tocaba ser una pava y vivir en un mundo paralelo y ahora me toca mandar".

Lo que tiene claro es que la comedia la lleva en la sangre. "Es con lo que más disfruto". Y que necesita mantener la mente activa. "Me encantan las series porque todo va rápido; cada día es una escena diferente, siempre pasa algo nuevo. Con el teatro también me lo paso bien, pero si puedo improvisar algo como hacía en Lifting, mejor… porque con las repeticiones me aburro".

Y para no dar opción al aburrimiento, ya está pensando en su siguiente proyecto: una película intimista que quiere rodar en las próximas Navidades sobre la actriz porno Lolo Ferrari, quien murió en extrañas circunstancias en 2010. “La hemos escrito entre un amigo y yo. Él la dirigirá y yo la interpretaré. Con tetas y todo”, explica la donostiarra, que tiene hasta un profesor de francés para rodarla en el idioma original. “No va a ser cómico, nos vamos a la realidad. Es una película llena de silencios, como su vida. A ver si sale”.

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Sobre la firma

Berta Ferrero
Especializada en temas sociales en la sección de Madrid, hace especial hincapié en Educación o Medio Ambiente. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Cardenal Herrera CEU (Valencia) y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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