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Una ‘ballena’ para el cine mudo

El imperio Pathé inaugura una fundación dedicada a la restauración y proyección de cintas clásicas

Álex Vicente
Jerome Seydoux posa en la nueva sede de la fundación que lleva su nombre.
Jerome Seydoux posa en la nueva sede de la fundación que lleva su nombre. ERIC FEFERBERG (AFP)

¿Es un pez gigante? ¿O tal vez una ballena? ¿Se trata de un dirigible? ¿O quizás de un barco naufragado? Las hipótesis se encadenaban ayer para intentar descifrar a qué responde la extraña forma del nuevo edificio proyectado por Renzo Piano en París, que hará las veces de pequeña filmoteca privada, destinada a la restauración y la exhibición de las películas del imperio Pathé, única sociedad de producción que sobrevive desde la invención del cine en 1896.

La Fundación Jérôme Seydoux, cuyo nombre responde al del propietario de la marca (conocido industrial francés y abuelo de la actriz Léa Seydoux), ha encontrado un nuevo hogar en este desconcertante edificio de formas redondeadas –“para no robar el sol a los vecinos”, según el arquitecto–, formado por cinco plantas que suman 2.200 m2 y recubierto por una membrana plateada de 7.000 láminas de metal. En un inesperado juego de contrastes, la estructura ideada por Renzo Piano está encajada en un armazón de piedra: un edificio decimonónico con fachada esculpida por Auguste Rodin, que impide ver con claridad a esa ballena plateada desde la calle.

La nueva fundación acogerá los impresionantes archivos cinematográficos de Pathé –10.000 películas, un 90% de las cuales son mudas–, y un centro de investigación de acceso libre. Además, organizará proyecciones en una sala de 70 butacas. El primer ciclo está dedicado a las películas cortas del aragonés Segundo de Chomón, pionero del cinematógrafo en Europa, que se mudó a París y trabajó para Pathé a partir de 1899. Además, el edificio acogerá conferencias y exposiciones de pequeño formato. Ayer ya se podían visitar las dos primeras muestras. La primera está dedicada a la colección Morieux, descubierta en 1906 y formada por cientos de carteles pertenecientes a un antiguo cine ambulante que fueron encontrados intactos. La segunda permite admirar 200 proyectores de toda la historia de la compañía, como el Pathé-Baby (antepasado del proyector casero), el Pathé-Rural (destinado a las pequeñas salas de los pueblos) y el Pathé-Lido (uno de los primeros proyectores portátiles).

La iniciativa no solo forma parte de la estrategia de comunicación corporativa de la marca, claramente dispuesta a realzar el valor patrimonial de la firma Pathé ante competidores algo más faltos de pedigrí histórico. La sede también servirá para albergar el trabajo de restauración de clásicos. Desde 2006, Pathé restaura una decena de títulos al año, que luego se proyectan en el Festival de Cannes o en el certamen Il Cinema Ritrovato, exclusivamente dedicado a las películas restauradas. Su responsable es Sophie Seydoux, esposa del propietario de Pathé y experta en patrimonio cinematográfico. En los últimos años, se ha encargado de restaurar películas como El gatopardo, La dolce vita o Les enfants du paradis.

Piano ha proyectado la sede de la fundación en una estructura metálica encajada dentro de un edificio del siglo XIX

El espacio, erigido en los contornos de un antiguo teatro, se ubica en el barrio de Gobelins, enclave de la rive gauche dominado por el estilo Haussmann, no muy lejos de las viejas salas del Barrio Latino que hoy siguen exhibiendo todo tipo de cine, siempre que no sea de estreno. La llegada de esta falsa filmoteca convierte el lugar en epicentro del cine clásico. En 2015, la acera de enfrente a la Fundación verá nacer Les Fauvettes, una multisala de 1.200 butacas que solo proyectará películas restauradas. Su impulsor no es otro que el mismo Seydoux, que sin embargo ha aclarado que no solo proyectará las películas restauradas por su esposa y dará cabida a otras propuestas.

Que se abran salas dedicadas en la capital francesa mientras cierran las del resto del mundo tiene su explicación. En París se reestrenan hasta una docena de cintas restauradas cada mes. Pese a las dificultades del sector, la explotación del cine francés sigue viviendo un buen momento. En los primeros ocho meses de 2014, el número de entradas ha subido un 14,4% respecto al año anterior. La cuota de las películas de producción francesa se sitúa en un 46,2% del total, casi 14 puntos más que el año pasado, y ya supera la del cine estadounidense.

Por otra parte, la iniciativa de Pathé se suma al aumento constante de equipamientos culturales surgidos de la iniciativa privada en un país como Francia, que hasta no hace tanto era reacio a la entrada de capital empresarial al sector de la creación artística, tradicionalmente controlado por las subvenciones públicas. Antes las dificultades que impone el contexto económico (el presupuesto para la Cultura lleva dos años seguidos bajando), el Estado parece ahora validar este tipo de propuestas. La nueva titular de Cultura, Fleur Pellerin, dio su plácet al proyecto asistiendo a la inauguración. Otro edificio de envergadura con vocación cultural y surgido de la iniciativa privada, la Fundación Louis Vuitton para el arte contemporáneo, abrirá sus puertas en octubre en pleno Bois de Boulogne, en un edificio firmado por otro starquitecto como Frank Gehry.

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Sobre la firma

Álex Vicente
Es periodista cultural. Forma parte del equipo de Babelia desde 2020.

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