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“La radio engaña menos que la tele”

Jaime Cantizano toma las riendas por segundo año consecutivo de ‘Atrévete’ en Cadena Dial

Marién Kadner
Jaime Cantizano, en los estudios de Cadena DIAL.
Jaime Cantizano, en los estudios de Cadena DIAL.Álvaro García

Impecable. Con camisa blanca, pantalones verdes y el bronceado postvacacional correspondiente, Jaime Cantizano (Jerez de la Frontera, 1973) está de vuelta en los estudios de Cadena Dial, emisora de PRISA, para preparar la segunda temporada del programa radiofónico matinal Atrévete (de lunes a viernes, de 06.00 a 10.00). Este jerezano “del grupo de chicos de Ana Rosa”, sin abandonar la televisión, donde presentó hasta abril de 2014 ¡Mira quién baila!, conducirá un año más el formato que acompañó el despertar de en torno a un millón de oyentes, según los últimos datos recogidos por el Estudio General de Medios (EGM).

Pregunta. Atrévete es el cuarto matinal más oído. ¿Qué expectativas tienen para este curso?

Respuesta. A diferencia de la televisión, en la radio se apuesta más por la estabilidad. La audiencia evoluciona de una manera mucho más pausada. Hay que conquistar al oyente de una forma que poco tiene que ver con la televisión, porque tiene que acostumbrarse a ti, a tu forma de comunicar.

P. ¿Qué les diferencia de otros programas matinales?

R. Muchas veces los contenidos se parecen, pero el plus lo pone cada una de las voces, el carácter acaba fluyendo por el micrófono y nostros venimos cargados de energía positiva. 

P. El humorista Isidro Montalvo y usted vuelven a estar juntos, ¿cómo se trabaja con él día a día? ¿Es siempre tan bromista?

R. Es una locura permanente. Minuto a minuto le van surgiendo ideas. A veces tengo que hacer el ejercicio de parar y organizar el torrente de ideas que le van llegando. Él hace humor evidente y se ha encontrado conmigo... Algunos piensan que puedo ser un poco soso. Isidro me está ayudando a que se descubra que tengo una ironía a veces muy ácida. Dice que soy como un niño al que se le lanza la pelota y enseguida entra en el juego.

P. Le está moldeando.

Montalvo dice que soy como un niño que enseguida entra en el juego

R. Más que moldeándome, relajándome. La radio, al fin y al cabo, a lo que me está ayudando es a mostrarme con naturalidad, porque solamente tienes la voz para expresarte y hay que abrirse un poco en canal. La radio engaña mucho menos que la televisión.

P. Repite en la radio, el medio que le vio nacer profesionalmente cuando tenía apenas 18 años. ¿Qué recuerda de aquella época?

R. Recuerdo que me presenté un viernes a una prueba de DJ en mi tierra natal y que ese mismo viernes me llamaron para empezar el domingo a las tres de la tarde. Un domingo de agosto. Donde más he aprendido es en la radio local, donde se hacía de todo. Solo me faltó cargar gasolina en las unidades móviles.

P. Después dio el salto a la televisión, ¿le apetecía?

R. Yo quería hacer televisión. Tuve dos opciones: empezar como reportero en Canal Sur o venirme a Madrid a una aventura que se llamaba Localia. Está claro que no me equivoqué, a pesar de la incertidumbre de no saber dónde acabaría el proyecto, por irme a una ciudad que no conocía y a pesar de que iba a ganar menos dinero.

P. Hasta que pasó por la cantera de Ana Rosa Quintana. ¿Qué les enseña que les hace exitosos?

R. Sí, vengo del grupo de los chicos de Ana Rosa. Ella te deja crecer. Si ves el programa te das cuenta de que desaparece y deja a sus colaboradores, que son los que toman las riendas. Te da tu momento para poder progresar. Eso es muy importante.

Viendo lo que hay ahora, 'Dónde estás corazón' era un programa 'soft'

P. Apenas un año después de colaborar con Quintana, le ofrecieron presentar Dónde estás corazón (DEC), programa que condujo durante ocho años.

R. DEC era un programa muy completo que me hizo tremendamente popular.

P. Criticado a veces... ¿Cómo vivía las polémicas que generaba el programa?

R. Viendo lo que hay ahora, DEC era un programa soft.

P. A lo largo de su carrera, además de entretener, ha informado. ¿Qué papel juega el periodismo en su carrera?

R. Siempre prevalece en mí el interés por la actualdiad, por contarla, y hay muchas formas de hacerlo.

P. ¿Qué opina entonces de la evolución de los medios de comunicación donde la línea entre información y entretenimiento se difumina cada vez más?

R. En EE UU y en otros países, el profesional de la comunicación puede pasar de un contenido a otro con mucha más naturalidad. A mí me apasiona la actualidad, pero también me apasiona, por ejemplo, reírme con Isidro Montalvo cada mañana. No quiero perder ni una cosa, ni otra.

P. ¿Y en el tiempo libre, de qué no le gusta prescindir?

R. En el último año lo que más necesito hacer en mi tiempo libre es dormir la siesta. Este tipo de horarios cambia mucho la vida. Yo siempre he sido muy activo: me gusta hacer submarinismo, trekking o tirarme por una tirolina. Dedico también mucho tiempo a Internet.

P. En Instagram, es un gran aficionado a los selfies...

R. No, no. En mi perfil, la mitad son selfies y la otra mitad, fotos de cosas que veo.

P. Hace un año, cuando presentaba el programa, dijo: “Me he embarcado en una aventura que es un reto que me hace sonreír”. ¿Lo sigue suscribiendo?

R. Levantarse todas las mañanas tan temprano y enfrentarse a un millón de oyentes que quieren sonreír es siempre un reto.

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Sobre la firma

Marién Kadner
Trabaja en la sección de Internacional de EL PAÍS. Antes estuvo en la edición digital del periódico, así como en la delegación del diario en Ciudad de México. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Granada y en Sciences Po Bordeaux, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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