_
_
_
_
_

Los toros de Garcigrande se estrenan con seis heridos

Un pamplonica de 46 años, corneado en la pierna derecha, y otro, mayor de 25, en la izquierda

Antonio Lorca

Dos heridos por asta de toro —un pamplonica de 46 años, corneado en la pierna derecha, y otro, mayor de 25, en la izquierda—, y cuatro mozos con diversos traumatismos es el primer balance del cuarto encierro de los Sanfermines, protagonizados por la ganadería de Garcigrande.

Y eso que tienen una bien ganada fama de bonancibles; así será porque lo dice la experiencia y el capricho fundamentado de las figuras, pero estos toros se han estrenado en San Fermín con una violencia inusitada. Al menos, uno de ellos, el que tomó la delantera a poco de que sonara el cohete mañanero y la manada enfilara la cuesta de Santo Domingo.

Un cabestro mostró el camino, pero fue pronto adelantado por un animal curioso que quería conocer de primera mano lo que había detrás de aquella amalgama de colores que tenía a la vista. Y para ello utilizó las armas que le son propias. Primero, demostró que está en buena forma e inició por la calle empinada una loca carrera que ganaba en velocidad y peligro; y, después, su fortaleza y su bien poblada cabeza.

El primer mozo que vio de cerca sus pitones dio una vuelta de campana en el aire impulsado por la fuerza salvaje del animal; cuando aún no había tocado los adoquines, otro compañero sintió en sus riñones la quemazón de un topetazo descomunal, y un tercero mordió el polvo, mientras el toro, quizá sorprendido y asustado continuó su camino.

Era la acera de la izquierda, atestada, como cada mañana de mozos, era inevitable que el cabeza de carrera volviera a hacer de las suyas unos metros más adelante. Así ocurrió, y varios mozos salieron despedidos y golpeados contra el antideslizante que impide los resbalones, pero no lo golpes.

Y, después, a la derecha. Parecía el toro animado en su propia violencia y decidió hacer una visita a quienes, con aparente tranquilidad, se resguardaban en el margen derecho de la cuesta. Y allí, imantados a la pared, cuatro o cinco jóvenes saltaron por los aires; el primero, en un giro acrobático que nunca imaginó que pudiera dar en su vida, y los demás arrollados por una testuz alocada.

Ufff… Qué locura de carrera… Y eso que son novatos, que desconocen esta fiesta y sus secretos; deseados y exigidos por las figuras por su comportamiento noble y artista. Pero son toros, no se olvide, y curiosos, como todo bicho viviente, y de ahí, quién sabe, el ansia por conocer de ese primer toro atacante.

Afortunadamente, la llegada a la plaza del Ayuntamiento calmó los ánimos. O fue, quizá, que la manada volvió a unirse antes de tomar la curva de Mercaderes, y el toro primero entró en caja, y decidió aguantar el chaparrón de la multitud con otro talante

Así, la recta de Estafeta, cuajada de mozos como cada mañana transcurrió entre algunos atropellos y caídas, pero el grupo compacto de Garcigrande permitió el lucimiento de los corredores hasta el vallado de Telefónica, adonde llegaron cinco toros, que ya habían entrado en los corrales cuando apareció el sexto, bien acompañado por tres cabestros, pendientes ellos de que este no aprendiera las malas artes de su compañero primero.

No pasó nada; todo quedó, y de qué manera, en los primeros compases de un encierro que se inició con la incógnita del comportamiento de los toros novatos, y pronto se supo cómo y de qué manera se las gastan.

Toros y corredores respetaron el tramo final del encierro, donde un ramo de rosas rojas y blancas recordaba en el vallado que hoy se cumplían cinco años —el 10 de julio de 2009— de la muerte del corredor Daniel Jimeno, a manos del toro Capuchino de la ganadería de Jandilla.

Por allí, ajenos al recuerdo luctuoso, pasaron los toros de Garcigrande, que esta tarde protagonizarán la cuarta corrida de San Fermín, en la que harán el paseíllo el veterano Finito de Córdoba y las figuras actuales El Juli y Alejandro Talavante. Ahora se explica por qué han debutado los de Garcigrande; porque estos señores, que mucho mandan, los han exigido. Y ya está…

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_