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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Lógica

La capacidad de sorprenderse es el último rasgo de infancia que nos queda después del vapuleo de la edad

David Trueba

La capacidad de sorprenderse es el último rasgo de infancia que nos queda después del vapuleo de la edad. Quizá por ello nos sorprendió que el telediario del domingo al mediodía en TVE no incluyera ningún comentario sobre la encuesta en la que este periódico evidenciaba que los simpatizantes del PP y del PSOE creen que los responsables de ambos partidos estaban al corriente de casos como el de los papeles de Bárcenas o el de los ERE andaluces. Ese escepticismo de los simpatizantes no significa que no los sigan votando, porque en eso consiste la potencia de unas siglas.

Pero la sorpresa fue aún mayor cuando tampoco se prestó atención a las revelaciones del director de El Mundo, donde ponía al corriente a sus lectores de cuatro horas de confidencias con el contable Luis Bárcenas, cerebro financiero del partido en el Gobierno durante más tiempo del que las buenas intenciones recomendarían. Más allá de las amenazas nada veladas y el interés certero en perjudicar a algunos nombres por encima de otros, las afirmaciones poseían suficiente entidad como para abrirse paso en el resto de informativos no sacrificados al negocio blanco del deporte en la jornada dominical.

Es comprensible informar del cierre de los cursos de verano en la fundación ideológica de los conservadores españoles, donde Rajoy volvió a demostrar su capacidad de aguante y retórica fina frente a los zarpazos del aznarismo, pero era conveniente asociarlo con la nueva ristra de declaraciones del contable esquiador. El verano en prisión va a ser largo y el calor irónicamente refresca la memoria. Como en toda excursión vacacional, hay alguien que al final se cabrea por tener que ser él siempre quien carga con el fardo más pesado. La autenticidad de los papeles contables fue negada en falso, según se desprende de la conversación y de los peritajes, confirmando la financiación ilegal y el manejo de dinero negro en sobresueldos. Es absurdo resguardarse tras el silencio en los informativos. Cuando los termómetros suben, los telediarios se llenan de hombres del tiempo informando desde playas y ciudades en alerta por calor. A ver si al final la información meteorológica va a ser la única que tenga lógica.

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