_
_
_
_
_

Brindis del Nobel

Discurso dictado por Mario Vargas Llosa en el tradicional brindis posterior a la entrega de los premios Nobel en Estocolmo

Soy un contador de historias y, por lo tanto, antes de proponerles un brindis, voy a contarles una historia.

Érase una vez un niño que a los cinco años aprendió a leer. Eso le cambió la vida. Gracias a los libros de aventuras que leía, descubrió una manera de escapar de la pobre casa, del pobre país y de la pobre realidad en que vivía, y de trasladarse a lugares maravillosos, espléndidos, con seres bellísimos y cosas sorprendentes donde cada día, cada noche, significaba una manera más intensa, aventurera y novedosa de gozar.

Gozaba tanto leyendo historias que, un día, este niño, que ya era un joven, se dedicó también a inventarlas y escribirlas. Lo hacía con dificultad pero, al mismo tiempo, con felicidad y gozando cuando escribía tanto como cuando leía.

Más información
Vargas Llosa: "No me voy a dejar enterrar por este premio"
Del silencio al hambre
Elogio de la lectura y la ficción
Arequipa / Estocolmo, viaje a la gloria
La ceremonia del Nobel habla español
El Nobel que lloró y que hizo llorar

Sin embargo, el personaje de mi historia era muy consciente de que una cosa era el mundo de la realidad y otra, muy distinta, el mundo del sueño y la literatura y que éste ultimo sólo existía cuando él leía y escribía. El resto de tiempo, se eclipsaba.

Hasta que en un amanecer neoyorquino el protagonista de mi cuento recibió una sorpresiva llamada en la que un señor de apellido impronunciable le anunció que había recibido un premio y que tendría que ir a recibirlo a una ciudad llamada Estocolmo, capital de un país llamado Suecia (o algo así).

Mi personaje comenzó entonces, maravillado, a vivir, en la vida real, una de esas experiencias que, hasta entonces, sólo existían para él en el dominio ideal e irreal de la literatura. Todavía sigue allí, desconcertado, sin saber si sueña o está despierto, si aquello que vive lo vive de verdad o de mentiras, si esto que le pasa es la vida o es la literatura, porque los límites entre ambas parecen haberse eclipsado por completo.

Queridos amigos, ahora ya puedo proponerles el brindis prometido.

Brindemos por Suecia, ese curioso país que parece haber conseguido, para ciertos privilegiados, el milagro de que la vida sea literatura y la literatura vida.

¡Salud y muchas gracias!

Emoción, risas, alegría. Toda la familia de Mario Vargas Llosa celebra en Estocolmo la entrega del Premio Nobel de LiteraturaVídeo: CLAUDIO ÁLVAREZ
Mario Vargas Llosa recibe el Premio Nobel de Literatura 2010 de manos del rey Carlos Gustavo de Suecia.
Mario Vargas Llosa recibe el Premio Nobel de Literatura 2010 de manos del rey Carlos Gustavo de Suecia.AFP
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_