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Santander creará un 'banco malo' con Blackstone para vender ladrillo de Popular

El fondo estadounidense tendrá el 51% de la nueva sociedad y Santander, el 49% La sociedad, la mayor del sector tras Sareb, tendrá unos activos inmobiliarios de 30.000 millones

Una promoción a medio construir
Una promoción a medio construir

Santander negocia en exclusiva la venta del 51% de cartera inmobiliaria de mayor riesgo de Banco Popular al fondo especulativo estadounidense Blackstone, unos activos con valor conjunto de más de 30.000 millones de euros brutos, según comunicó el lunes el banco a la CNMV.

Esta es la mayor operación de venta inmobiliaria llevada a cabo en España.

La transacción se instrumentalizará mediante la creación de una sociedad en la que Santander tendrá el 49% y Blackstone el 51% restante. Será en ella en la que se incluya el ladrillo procedente de Popular por unos 30.000 millones. Santander recibiría alrededor de 5.000 millones de euros por esta venta, precio que corresponde al 51% del valor de esta cartera tras las provisiones que ha realizado por el 61% de su importe.

La idea es que esta operación se cierre en agosto, fecha en la que Santander espera tener las autorizaciones pertinentes de Bruselas, y más concretamente de la Comisión de Competencia, para la adquisición de Banco Popular. Sin este permiso la entidad que preside Ana Botín no puede cerrar ninguna operación relativa al banco intervenido, salvo que cumpla el plazo para llevar a cabo la operación, como en el caso de la compra del 51% de la gestora Aliseda o la de TPV, en la que Santander ha tenido autorizaciones provisionales .

Tanto Blackstone como Santander descartan por completo sacar a Bolsa esta nueva sociedad o banco malo en la que están incluidos los activos más tóxicos de Popular. Para eso el banco español ya cuenta con otras entidades financieras y otras sociedades también vinculadas al ladrillo especializadas en determinadas tipología de inmuebles, que sí están o estarán en Bolsa.

La fórmula diseñada por Santander y el fondo estadounidense le permite al banco español desconsolidar de su balance estos 30.000 millones de euros de activos tóxicos, al contar con una posición minoritaria en el nuevo banco malo, ya que el control lo tendrá Blackstone. Además, le permitirá aumentar su posición de liquidez. Tras la compra de Popular por un euro el pasado 7 de junio Santander suma 41.100 millones de euros en activos inmobiliarios. En ellos se incluyen los aproximadamente 7.000 millones de euros que tiene Santander y Popular como participación en Sareb.

Con la operación comunicada ayer a la CNMV, y en espera de su cierre, Santander no obtendrá plusvalías, aunque sí espera tener ganancias con la venta de inmuebles en un futuro, aprovechando la subida de precios del sector que se espera para los próximos años.

Durante la presentación de los resultados semestrales de Santander su consejero delegado, José Antonio Álvarez, mostró su confianza en que recibirían ofertas por los activos inmobiliarios de Popular en los niveles, o algo por encima, a los que los adquirieron, aunque descartó obtener plusvalías significativas.

La venta de los inmuebles de la nueva sociedad creada entre el banco y Balckstone se llevará a cabo a través de Aliseda, la plataforma de Popular que Santander acaba de recuperar tras recomprar el 51% a Värde Partners y Kennedy Wilson Holdings.

La oferta Blackstone en la compra de los inmuebles de Popular se ha impuesto a las propuestas de Apollo y Lone Star, que también presentaron propuestas en los últimos días.

La CNMC autoriza la recompra por Santander del 51% que no controla en su negocio de TPV

 

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha autorizado en primera fase la adquisición por Santander del 51% que no controla en su negocio de servicios de pago a través de terminales punto de venta (TPVs) en comercio para tarjetas de crédito y débito a Elavon.

La recompra de este negocio se produce después de que, en octubre de 2012, Santander alcanzase un acuerdo con Elavon, filial de US Bancorp, para cederle el 51% de su negocio en España de TPVs, transacción que reportó a la entidad cántabra unas plusvalías brutas de 123,7 millones de euros y que generó un resultado extraordinario neto de 86,6 millones de euros.

Con esta operación, el banco que preside Ana Botín recuperará la autonomía en la gestión de los TPV, un elemento importante en la relación con los clientes y que Santander busca reforzar en el marco de su estrategia.

 

Tras la adquisición de Popular a comienzos de junio, Santander también acordó la adquisición del 51% que no controlaba en Aliseda, la gestora inmobiliaria de la entidad resuelta, por 180 millones de euros.

En el marco de este proceso, la entidad cántabra ha iniciado un periodo de negociaciones en exclusiva con el fondo norteamericano Blackstone para venderle una participación mayoritaria en la cartera de 30.000 millones en activos tóxicos ligados al ladrillo heredada de Popular, proceso supervisado por Pedro Pablo Villasante y asesorado por Morgan Stanley

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