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El “horno” de Sijena no está listo para “poner el pollo dentro”

Aragón admite que no ha adaptado totalmente la sala capitular del monasterio para exponer las pinturas murales del MNAC y asegura que licitará su climatización en 2017

José Ángel Montañés
La sala capitular del monasterio de Santa Maria de Sijena, la semana pasada.
La sala capitular del monasterio de Santa Maria de Sijena, la semana pasada.Massimiliano Minocri

La sala capitular del Monasterio de Santa María de Sijena no cuenta con una instalación de climatización que garantice la conservación de las pinturas murales que Aragón reclama al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), pese a lo que aseguraron los dirigentes de la Comunidad con su presidente a la cabeza, Javier Lambán, el pasado viernes durante la presentación de la exposición de 51 objetos que Cataluña entregó a Aragón el 26 de julio. Entre los trabajos realizados entre septiembre y mitad de enero para rehabilitar este espacio —sustitución de la cubierta, consolidación y refuerzo estructural de los arcos, reposición de revestimientos y carpinterías y la dotación de un suelo técnico elevado de piedra— en los que se han invertido 252.700 euros, con el fin de poder acoger las pinturas si la juez obliga al MNAC a entregarlas, no están los de la aclimatación y ventilación, como reconocen ahora desde el Gobierno aragonés: “El Departamento de Cultura ha trabajado para que el espacio esté acondicionado y ha dispuesto una maquinaria provisional. Este 2017 se licita y contrata el sistema definitivo de climatización”, aseguran fuentes de la consejería que dirige Mayte Pérez. “La maquinaria no se ha comprado porque es la que se utiliza para la climatización de espacios para exposiciones artísticas temporales. Estarán allí mientras se instala la que quedará de forma definitiva”, prosiguen estas fuentes.

“Para qué encender el horno, si no está el pollo dentro”, resumió el viernes, en castizas palabras, Fernando López Barrena, arquitecto jefe del Servicio de Conservación y Restauración del Patrimonio de Aragón, que ha supervisado la restauración, tras preguntarle este diario el por qué hacia tanto frío en la sala y corría el aire libremente. López Barrena acababa de asegurar, ante la complacencia de todos los políticos: “El uso de las más sofisticadas tecnologías hacen que las condiciones de conservación de la sala capitular sean mejores que las del MNAC, porque son más modernas”. Por su parte, Lambán aseguró que las condiciones de las salas, tanto la del antiguo comedor de las monjas sanjuanistas donde se exponen las 51 obras devueltas por Cataluña, como en la Sala Capitular, eran “perfectas” y que estaban “dispuestos a publicar informes” que lo dejaban claro.

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Pero el horno parece no estar preparado para calentar el pollo de Sijena. En la memoria de las obras del proyecto de restauración al que Piedra Casbi SL, empresa ganadora del concurso, ha “tenido estrictamente que ajustarse”, según las prescripciones técnicas del contrato, se contemplaba la creación de una cámara sanitaria por debajo del suelo que permita la realización de conducciones de aire por ella, pero, como se especifica en la memoria, el acondicionamiento de la sala “no forma parte del contenido de este proyecto”. En el cronograma que la empresa presentó con la previsión y calendario de las obras tampoco se recoge que se haya realizado climatización alguna en la sala capitular.

Por último, en el Informe Técnico de las condiciones estructurales y climáticas firmado el 15 de noviembre por Antonio Cid, arquitecto del Departamento de Cultura de Aragón elaborado a petición del Juzgado de Instrucción número 2 de Huesca que lleva el pleito por las pinturas, también queda claro que no se han realizado ninguna obra para aclimatar y acondicionar la sala, ya que hasta en cuatro ocasiones se habla de “la climatización y ventilación prevista para la Sala Capitular”. Según algunas fuentes, esta sería la razón por la que juez no ha obligado a ejecutar la sentencia que obligaría a trasportar a Sijena las pinturas pese a que el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Sijena se lo han reclamado varias ocasiones. Especialistas en conservación preventiva aseguran que este informe es impreciso y carente de datos técnicos necesarios para evaluar elementos fundamentales y tan solo explica de forma genérica las condiciones ideales para una buena conservación.

Un año en observación

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En el MNAC, según el responsable del Área de Infraestructuras del museo, las pinturas murales de Sijena y del resto de conjuntos románicos, se mantienen a una temperatura que oscila entre los 20 y los 25 grados y una humedad relativa entre el 50 y el 65%; las 24 horas del día, los 365 días del año. A diario se controlan los dispositivos y los lunes, que el centro está cerrado, se revisan filtros y maquinaria de forma más intensa.

Este museo que conserva, según los especialistas, la mejor colección de pintura mural del mundo, hizo público y envió a la juez en diciembre un informe firmado por la especialista italiana Simona Sajeva, que después de desaconsejar el traslado de las pinturas por el alto riesgo que corren por su vulnerabilidad y de asegurar que las obras, que están montadas en unos bastidores, no podrían salir por las puertas del MNAC ni entrar a la sala capitular, por lo que habría que tirar paredes en Barcelona y Sijena o desmontar las pinturas, aseguraba que “sería oportuno que, al término de los trabajos en curso, se proceda a un año de observación de la sala, previo a una eventual instalación de las pinturas”. Pero la juez puede precipitar las cosas si ejecuta la sentencia y obliga a su entrega.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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