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Podemos se hace fuerte

La nueva formación, tercera fuerza política, dispone de la representación suficiente para decidir mayorías

El secretario general de Podemos Euskadi, Roberto Uriarte.
El secretario general de Podemos Euskadi, Roberto Uriarte.Miguel Toña (EFE)

Podemos viene para quedarse definitivamente en el mapa político vasco. Su cuota de representatividad en las Juntas Generales es el aval suficiente para su consideración de fuerza política determinante. La nueva formación, diluida en un conglomerado de marcas en muchas candidaturas municipales, se ha quitado en una sola noche la timidez del debutante en el ámbito foral, allí donde está el poder territorial. De entrada, ya es la tercera fuerza por delante del PSE-EE.

Se había extendido la sensación de que el conglomerado de siglas auspiciadas por distintas sensibilidades próximas a la órbita de Podemos podría jugar un efecto perverso en la fotografía de situación de la nueva marca. Pero la apuesta por la presencia en las Cámaras forales era diáfana y por ahí se ha colado la confirmación de un partido al alza que ha arañado el respaldo de la abstención y miles de votos de la izquierda abertzale y del socialismo.

Euskadi no ha sido una isla como se auguraba con relación a la ola de Podemos en España. La canalización de un sentimiento ciudadano latente de una nueva forma de entender la política activa también se ha expresado en las urnas vascas con la suficiente nitidez de unos resultados con el peso suficiente para ser decisivos.

Lejos de las aspiraciones soberanistas, Podemos ha articulado un mensaje que engarza con las inquietudes latentes en una sociedad reivindicativa en medio de un hastío por la crisis y la corrupción. Por ahí ha incorporado la solidez de una apuesta electoral que enerva a EH Bildu y que supone la sombra interminable para los socialistas.

Es ahora, cuando llega el momento de conformar los gobiernos forales en las Juntas Generales cuando Podemos empieza a ejercer su acción política. ¿Propiciará mayorías de izquierdas allí donde lleguen los votos? ¿Hasta dónde marcará la línea roja con EH Bildu a seis meses de las generales? ¿Dispone de una política definida de decisión autónoma o deberá someterse a la estrategia calculada de los intereses estatales?

Más allá de sus decisiones inmediatas, Podemos aterriza con mucha más fuerza de la que muchos preveían. Sustentado en los anhelos de un sector social exigente con el cambio político y el rumbo económico, es ahora cuando empieza su tiempo. Y todos los demás, expectantes y posiblemente, implacables.

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