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La mató por 277 euros

El acusado de asesinar a una vendedora china de un tiro en la cabeza admite su autoría y alega que estaba drogado

Pablo León

“Estaba muy mal; iba como volando por la calle. No me acuerdo de nada”. Con estas palabras, Israel R.M. reconoció ayer su responsabilidad en el homicidio de Chen Juan, mujer de 29 años, que, junto a su marido, estaba al frente de un comercio en el barrio de Moratalaz. Ocurrió el 2 de febrero del año pasado, cuando el acusado entró en Supermercados Salud con la intención de robar la caja. “Dame el dinero”, exigió Israel R.M, con la cabeza tapada por la capucha de su sudadera, mientras sacaba un revólver Smith & Wesson. Chen Juan, tras el mostrador y acompañada de su hijo de ocho años, se negó. Tras un forcejeo, el acusado colocó la pistola en la cabeza de la mujer y disparó.

Después de apretar el gatillo, Israel R.M arrancó la caja registradora y salió corriendo del local. El estruendo del arma y la huida llamaron la atención de varios ciudadanos que se acercaron al local y alertaron tanto a la Policía como al servicio de emergencias. Mientras llegaban, uno de los viandantes, que era médico, intentó salvar la vida de la víctima, pero el disparo en la cabeza fue fulminante y sus esfuerzos no sirvieron para que Chen Juan sobreviviera.

A la vez, los agentes buscaban al acusado, que había huido con la caja a cuestas. Localizaron a Israel R.M. en los alrededores del establecimiento y comenzaron a perseguirle. A la carrera, el acusado soltó la caja registradora y, al verse rodeado, amagó con sacar la pistola por lo que los policías le redujeron y le detuvieron. Durante el forcejeo, tres de ellos resultaron heridos.

“Mi hijo aún tiene pesadillas”, declaró Keyi Zuh, marido de la fallecida

“Mi hijo aún tiene pesadillas”, dijo ante el juez el marido de la fallecida, que acudió a la vista oral en la Audiencia Provincial. Tras el homicidio de su mujer, Keyi Zhu regresó a China con su hijo para intentar que este se distanciase del suceso y se recuperase del trauma: “Quiero que lo olvide; esto ha causado un gran daño a mi familia”.

Por su parte, Israel R.M, que desde su detención ha estado en prisión, reconoció ser consumidor de diversos tipos de estupefacientes desde los 12 años de edad. A pesar de que había intentado rehabilitarse en varias veces, ninguna lo había conseguido. Justamente, según dijo, días antes del homicidio había dejado de tomar metadona, sustancia que se suministra a las personas adictas a la heroína y que quieren desengancharse.

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“Necesitaba salir de casa y buscar algo que me calmara”, declaró el acusado que dijo que ese día, antes del atraco, se había drogado. Según su declaración, tras tomar varios tranquilizantes, Israel R.M. salió de casa y se fue al poblado de Valdemingómez en busca de una dosis. Después de eso, dijo no recordar nada. Aunque las muestras de cabello y orina mostraron que el acusado solo había consumido calmantes, la defensa va a alegar que el acusado estaba bajo los efectos de estupefacientes como atenuante.

Homicidio, robo con violencia, atentado y lesiones son los cargos que se han presentado y por los que la Fiscalía ha pedido 23 años de cárcel para Israel R.M. En la caja registradora solo había 277,88 euros.

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Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.

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