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Una visita en las peores horas del PP

La dimisión de Mato empaña el acto de Rajoy en Barcelona para replicar al 9-N La dirección del partido quiere arropar en la convención municipal a Sánchez-Camacho

Àngels Piñol
Alicia Sánchez-Camacho, Enric Millo y Santi Rodríguez, en una sesión del Parlament.
Alicia Sánchez-Camacho, Enric Millo y Santi Rodríguez, en una sesión del Parlament.ALBERT GARCIA

Con la reciente dimisión de Ana Mato y los sondeos en contra, Mariano Rajoy regresará mañana a Barcelona para reconfortar a su partido en Cataluña tras el 9-N. El presidente acude con el objetivo de responder de forma contundente al plan secesionista de Artur Mas y de arropar a su líder en Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho. El PP catalán encajó desolado la consulta alternativa después de haberse pasado un año asegurando que no habría urnas y que el Ejecutivo central haría cumplir la legalidad. Miembros del partido, que nunca creyeron que Mas fuera tan lejos, no ocultaron su desamparo en esa jornada ante la ausencia del Gobierno y la vicepresidenta Dolors Montserrat dijo que había echado de menos una comparecencia del presidente. La querella de la fiscalía contra el presidente catalán dice que les ha vuelto a reforzar.

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Rajoy clausurará mañana una convención municipal que nace empañada por la dimisión de Mato acusada de haberse lucrado indirectamente de la trama Gürtel. El cónclave está concebido para inyectar autoestima al PP catalán, que confía en que Rajoy enviará un mensaje "contundente" a Mas además de arropar a los 4,5 millones de ciudadanos que no participaron en el 9-N. Fuentes del PP reconocen que obviamente no todos son votantes suyos –en las autonómicas de 2012 logró 471.000 votos- pero creen que no apostarían por un en un referéndum. Por tanto, el PP se quiere dirigir a ellos, electores suyos o no, para que no se sientan huérfanos al juzgar que están abandonados por Mas por su "obsesión" secesionista y su dejación de funciones. El PP catalán no aguarda tampoco que Rajoy acuda con una oferta para seducir al electorado como, de hecho, tampoco lo hizo en enero pasado cuando clausuró una convención similar y no ofreció alternativa alguna a rechazar la consulta. Más aún: aquellas jornadas fueron un jarro de agua fría para el PP catalán porque fue cuando el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, anunció una nueva metodología para las balanzas fiscales.

La situación tiene puntos en común a aquél cónclave porque entonces se concibió como una respuesta inequívoca de Rajoy a la convocatoria de la consulta del 9-N, fijada un mes antes. La convención también pretendió abrazar al PP catalán que exigió más implicación del partido ante la incredulidad que les despertaba que Mas pudiera culminar con el plan de la consulta. No ocultaban entonces su impotencia y ahora, sin embargo, Camacho, ya ha admitido la dificultad que ha tenido estos dos años para que comprendieran en Madrid la gravedad de conflicto. "Ahora sí ya son conscientes", dijo en una entrevista culpando en parte a Josep Antoni Duran Lleida, líder de CiU, de enviar un mensaje confuso en el Congreso.

Los populares nunca creyeron que Mas fuera tan lejos y se sintieron desamparados el 9-N

La legislatura actual que empezó en noviembre de 2012 ha sido una suerte de dos años negros para los populares. Pese a que lograron los mejores resultados de su historia -19 escaños, 471.000 votos-, el PP catalán perdió su condición de socio preferente de Mas por el soberanismo. El bienio empezó en 2013 estallando la polémica comida de la líder popular con la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola por el caso Método 3 y ahora Montoro ha aparcado la revisión del modelo de financiación, que ha sido la bandera del PP catalán en este mandato y que le costó feroces críticas de otros barones. Camacho siempre que defendió que no habría urnas el 9-N y al final las hubo para desencanto de sus votantes y después recibió duras críticas por avanzar la querella de la fiscalía.

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Rajoy quiere arropar a Camacho y a quienes no participaron en la consulta alternativa

No solo eso: en las elecciones europeas perdió 100.000 votos. “Estamos haciendo cosas pero hay que explicarlas mejor”, admitió entonces la popular cuando hizo autocrítica de los resultados de aquellas elecciones. Curiosamente, Rajoy dijo una frase similar en Australia tras el 9-N: "Tendré que explicar mejor mis razones". Pendiente de encontrar un sustituto a uno de sus principales asesores, Eladio Jareño, que ha sido nombrado director de RTVE en Cataluña, Camacho está convencida de que habrá elecciones de forma inminente y que volverá a ser la candidata. Las encuestas vaticinan ahora un desplome en su intención de voto, aunque Camacho cuestiona esa lectura. “¿Y CiU? ¿Está reforzado Mas cuando puede pasar de 50 a 34 escaños?, se pregunta la popular-. La legislatura, si su final no se precipita, incluirá otro mal trago para la senadora que tendrá que comparecer en la comisión de investigación sobre el fraude fiscal y la corrupción política. Ha estado meses negándose a declarar en el Parlament pero ahora, en esta, está obligada a hacerlo: "No tengo ningún problema si tengo que acatar la legalidad", afirma.

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