_
_
_
_
_
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Lo que de verdad importa

La consejera de Educación afirma que por encima de quienes quieren empañar el inicio de curso está el trabajo bien hecho

Decía Víctor Hugo que “el éxito no se logra con cualidades especiales, sino con un trabajo de constancia, de método y de organización”. Y tenía razón el novelista francés, que había experimentado desde los primeros años de su azarosa vida aquello de que “la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”, que diría más tarde Picasso. Y de eso mismo estamos convencidos nosotros también: de que el trabajo y la constancia son la base del éxito tanto en la educación como en cualquier otro ámbito.

Recientemente hemos conocido los nuevos datos que publica el Ministerio de Educación relativos al abandono educativo temprano. Para quienes no lo conozcan, llamamos abandono educativo temprano al porcentaje de población comprendida entre 18 y 24 años que tras finalizar la Educación Secundaria Obligatoria no sigue ningún tipo de formación. La tasa de abandono temprano es considerado un indicador crucial en educación por la estrecha vinculación que mantiene con las tasas de empleo, que demuestran cómo a mayor grado de formación, mayor tasa de actividad laboral y mayor nivel salarial. Y por el contrario, la población con menor nivel de formación sufre las tasas de paro más altas y los niveles salariales más bajos. De hecho, tal es importancia de este dato que la Unión Europea lo incluye como un indicador específico entre los conocidos como Objetivos 2020, que son los objetivos estratégicos que el conjunto de la Unión establece para sus estados miembros en materia de educación y formación a alcanzar en el año 2020.

Pues bien, en los últimos datos que acabamos de conocer, la Comunitat Valenciana vuelve a presentar un descenso especialmente significativo de 2,9 puntos, situándose ya en el 21,7% y afianzando así su situación por debajo de la media nacional, de 23,6 puntos. Para quienes no tengan la perspectiva de la evolución de las cifras, les diré sólo que el descenso en la Comunitat ha sido rampante. Especialmente en los dos últimos cursos. Vean sólo unas pinceladas: en el año 2000 nos encontrábamos en valores de 32,7% que fueron creciendo hasta alcanzar el 36% en los años 2002 y 2003, y manteniéndose siempre por encima del 30% hasta el año 2010. En ese año se inicia un ligero descenso de la tasa, que mejora abruptamente en los dos últimos cursos, sobre todo en el anterior, en el que la Comunitat cae en un descenso sin precedentes por debajo de la media nacional —convirtiéndonos en la comunidad autónoma que más reduce su abandono prematuro— para situarse en el actual 21,7% que acabamos de conocer.

Y esto es lo verdaderamente importante en educación. Es lo que verdaderamente cuenta. Y los ciudadanos tienen derecho a saberlo. Por encima del estruendo que algunos se empeñan en orquestar para empañar el inicio de curso, se erige impoluto el resultado del trabajo bien hecho. Más allá de las movilizaciones y los altavoces, donde no llegan los ruidos sórdidos ni el ajetreo diario, se levantan diáfanos los datos y las cifras. Y los ciudadanos tienen todo el derecho a saberlo. Tienen derecho a saber que cada vez hay menos jóvenes valencianos que abandonan las aulas de forma temprana. Tienen derecho a saber que cada vez los jóvenes valencianos están más cerca de abultar las tasas de población activa. Y tienen derecho a saber que cada vez nuestros jóvenes, con un nivel de formación mayor, estarán más cerca de alcanzar un mayor nivel salarial. Y los ciudadanos tienen derecho a saber que esto se debe al trabajo bien hecho por todo el equipo humano que formamos parte de la educación valenciana: los cientos de docentes que acuden a sus aulas cada día con la ilusión de compartir con los alumnos y alumnas su vocación por la enseñanza; los estudiantes y sus familias que con su empeño diario se esfuerzan por dar lo mejor de sí mismos; el empeño incansable de la Administración por garantizar el óptimo funcionamiento del sistema. Los ciudadanos tienen derecho a saber que nada de esto es gratuito o accidental, sino que sólo se logra “con un trabajo de constancia, de método y de organización”.

No obstante, no vamos a caer en el conformismo. Nos queda mucho camino por recorrer, somos plenamente conscientes de ello. El objetivo que la Unión Europea marca para España es alcanzar una tasa de abandono prematuro del 15% en el año 2020. Una cifra que parecía lejana años atrás pero que ahora se nos presenta como absolutamente alcanzable. Por ello, lejos de dormirnos en la autocomplacencia, vamos a seguir trabajando con el único objetivo de seguir ofreciendo a los ciudadanos resultados de éxito educativo como los que podemos ofrecer en este inicio de curso. El Plan de Choque contra el fracaso escolar que aglutina más de 30 medidas de impacto en todos los ámbitos educativos está dando sus frutos de una manera elocuente. Tenemos claro cuál es el camino.

“El éxito no se logra con cualidades especiales”, decía el eterno poeta y dramaturgo francés. Y no puedo estar más de acuerdo, el éxito no se logra con cualidades individuales. Porque al final, las cualidades no son más que personalismos finitos. Y los grandes éxitos son siempre mérito de grandes equipos, de muchas personas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

María José Català es consejera de Educación y Cultura de la Generalitat valenciana.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_