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FERIA DE AZPEITIA

Una tarde sin emociones

La corrida de Valdellán no sirvió para una terna en la que sólo Encabo estuvo a la altura. Víctor Puerto decidió pasar de puntillas mientras que Sánchez Mora acabó en el hospital conmocionado.

Es cierto que año tras año Azpeitia deja el listón de su feria muy alto y cuando las cosas no ruedan bien parece peor de lo esperado. Eso es lo ocurrido en la primera del ciclo guipuzcoano, una tarde en la que ninguno de los ingredientes brilló lo suficiente como para levantar la corrida y todo quedó en un festejo sin brillo de los muchos que se suceden durante la temporada. La apuesta por el desconocido Sánchez Mora se quedó a medias, pues al entrar a matar a su primero fue volteado espectacularmente y pasó a la enfermería conmocionado, de donde no volvió a salir. El pitón le sujetó del chaleco y cuando lo soltó le golpeó en la cara con la suficiente violencia para que abandonara el ruedo.

FERIA DE AZPEITIA

VALDELLÁN / PUERTO, ENCABO Y SÁNCHEZ MORA.

31 de julio de 2014. Primera de la Feria. Tres cuartos de entrada.

Seis toros de Valdellán, desiguales de presentación y de flojo juego. Víctor Puerto, cuatro pinchazos y estocada baja (silencio); pinchazo, metisaca y estocada atravesada (pitos), y buena estocada en el que mató por Mora (oreja). Luis Miguel Encabo: estocada atravesada y descabello (saludos) y estocada casi entera y tres descabellos (silencio). Sánchez Mora: dos pinchazos y estocada (saludos).

Sánchez Mora fue cogido al entrar a matar al tercero y pasó a la enfermería para ser atendido de una contusión en el pecho y en el rostro, que le impidió continuar la lidia. Víctor Puerto acabó con el tercero. El banderillero de su cuadrilla, Gregorio Bravo, fue atendido de un golpe en la zona lumbar al parear al mismo toro.

Durante ese toro había mostrado mucho deseo, estuvo animoso con el capote, pero desigual con la muleta, dando muestras de su falta de continuidad. Todo lo que puso el gaditano fue lo que acusó Víctor Puerto, un veterano, que decidió aliviarse y evitar apreturas. Es cierto que su lote no sirvió pero no se puede pisar un ruedo con el desinterés que evidenció en su primero ni con las precauciones que mostró en el cuarto. Tan sólo en el sexto, el que lidió en lugar de Sánchez Mora, ofreció algunos muletazos elegantes y compuestos, pero sin cuajar una faena completa; una buena estocada le bastó para cortar el primer trofeo de la feria. Y aunque sea noticia en Azpeitia, los toros no sirvieron para triunfar. La ganadería de Valdellán no respondió a la expectativas, con unos astados que nunca llegaron a romper, que mostraron las fuerzas justas y casi siempre buscaron las tablas.

Ni siquiera el sexto, que metía la cara con más clase, pudo evitar esa querencia y el tercero pudo tener mejor resultado si hubiera recibido una lidia más firme. El principal perjudicado fue Luis Miguel Encabo, que volvió a vestirse de luces tres años después de su última tarde. Estuvo más que dignó, con la seriedad que se le achacaba a su antecesor en el cartel, pero en cuanto les pudo la pelea a sus enemigos, estos acabaron por evitarla. Incluso, el emocionante quinto, que después de dos tandas vibrantes se paró ante el dominio del madrileño. Fue una tarde más, sin las emociones que suele deparar el coqueto coso de Azpeitia, y el público, acostumbrado a más, se quedó con las ganas. Pero aún quedan dos tardes para cambiar de cara.

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