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El Ayuntamiento de Barcelona pagará 1,1 millones para salvar el bar Marsella

El propietario del emblemático establecimiento tenía que haber sido desahuciado el pasado 16 de septiembre

El Marsella
Interior del bar Marsella, en Barcelona.CONSUELO BAUTISTA

El Ayuntamiento de Barcelona se puede convertir en el salvador de uno de los locales más emblemáticos de la ciudad. El Consistorio va a hacer uso de su derecho de tanteo y retracto sobre el inmueble en el que se encuentra el bar Marsella, y abonará los 1,1 millones de euros que una empresa privada había acordado para adquirir la finca, ubicada en la esquina de las calles Sant Ramon y de Sant Pau, en el centro del barrio del Raval.

José Lamiel es la tercera generación de la familia que dirige el bar, abierto hace cerca de 200 años. Lamiel es el único inquilino que queda en el edificio y ayer no daba crédito a la iniciativa del Ayuntamiento. “¡Es un sorpresón!”, exclamaba. Aunque todavía es cauto con las intenciones del Consistorio, ya que como confiesa, no sabe si su negocio podrá continuar o bien tendrá que hacer la maleta. “Al menos la situación ha cambiado”, aseguraba.

La Comisión de Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona decidió el pasado día 25 hacer una reserva presupuestaria de 1,1 millones para adquirir el inmueble, haciendo bueno el derecho que tiene por estar en un área de rehabilitación.

Abocado al cierre

Los rumores sobre el cierre del bar comenzaron en abril. Los propietarios del inmueble querían vender el edificio sin ningún inquilino, por lo que no renovaron el contrato de alquiler a Lamiel, que desde entonces está en situación “irregular”. Después de una campaña por la redes sociales en las que consiguió más de 10.000 firmas para evitar el cierre de El Marsella, el propietario se enfrentaba el pasado 16 de septiembre a su último día. Para entonces, estaba previsto su desahucio, pero consiguió que se retrasara un mes más porque el Ayuntamiento no había especificado cómo tenían que trasladarse los elementos patrimoniales del local.

El abogado y administrador del edificio, Jordi Montoro, informó ayer que el inmueble iba a ser vendido en breve a una sociedad de capital extranjero, que iba a reformarlo para usarlo como pisos turísticos.

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El Ayuntamiento de Barcelona tiene hasta el próximo 19 de noviembre para formalizar la compra en las mismas condiciones pactadas entre el propietario y la sociedad extranjera. Un mes para que el Marsella desaparezca o permanezca donde ha estado estos dos últimos siglos: “Solo quiero que todo esta se conforme y que el bar Marsella pueda seguir adelante”, pedía Lamiel.

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