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Cádiz, la ciudad encumbrada

La capital se blinda para recibir a jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica

Preparativos de la cumbre iberoamericana, esta semana, en la Plaza de Sevilla.
Preparativos de la cumbre iberoamericana, esta semana, en la Plaza de Sevilla.EDUARDO RUIZ

Durante varios días, vecinos de la calle Santa Inés de Cádiz, justo frente al oratorio San Felipe Neri, no saben a qué hora podrán salir de su casa. Y, si salen, no saben cuándo podrán volver. Son testigos de momentos históricos para la ciudad pero también víctimas del sinfín de actividades de renombre que está acogiendo este edificio histórico, recién rehabilitado, y elegido por todos por haber sido el lugar donde hace 200 años se proclamó la primera constitución española. Por este motivo el próximo viernes 16 de noviembre arranca en esta ciudad la cumbre iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno. Y la capital gaditana acoge las bondades y perjuicios de ser por dos días una capital mayor, la que fijará los retos de todos estos países en el futuro.

Los vecinos de la calle Santa Inés se han acostumbrado en 2012 a los avatares de las obras, el tráfico cortado, la afluencia de público, los ruidos de las manifestaciones, la presencia policial. Las molestias se van a incrementar esta semana porque a la cumbre acuden, además de los Reyes, el presidente del Gobierno, varios ministros y presidentes de comunidades autónomas, un buen número de máximos dirigentes iberoamericanos. Brasil, México, Colombia, Guatemala, Paraguay, Ecuador, Bolivia… Faltarán algunos grandes nombres como los presidentes de Cuba, Argentina y Venezuela, pero las presencias confirmadas revolucionan desde hoy la ciudad. Y no solo afectará a esta calle. Todo el casco antiguo está bajo el máximo protocolo de seguridad. Circular estos días por aquí será una auténtica odisea.

En la plaza Mina no se podrá salir o entrar en las casas durante dos horas y media

Desde las ocho de la mañana de este lunes estará prohibido aparcar en los alrededores de la plaza de Sevilla y en el paseo marítimo, en el entorno de los hoteles donde se alojarán algunas autoridades. Desde el miércoles esas prohibiciones se extenderán a toda la circunvalación del casco histórico, desde la plaza de la Hispanidad a la glorieta Simón Bolívar, además de varias calles como Benito Pérez Galdós, Compás de Santo Domingo, Campo de las Balas, y todo el entorno del Parador Hotel Atlántico, el lugar, donde, entre otros, se alojarán los Reyes. Si en Cádiz, es una pesadilla aparcar cualquier mañana, esta semana será una misión imposible.

Eso afectará a los vecinos pero también a los miles de trabajadores que tienen sus puestos de trabajo en el centro, que no saben dónde van a poder dejar su vehículo. Las autoridades no se lo han aclarado, de momento. El Ayuntamiento ha anunciado un teléfono gratuito de información, el 900 20 1812, aunque no estará en servicio hasta el jueves 15.

La idea del Consistorio es resolver las dudas que los días clave de la cumbre, el viernes y el sábado, puedan tener los vecinos sobre cómo acceder a sus calles. No solo en coche, también a pie. El centro se ha dividido en varias zonas. De la Zona 1, en el entorno de la plaza Mina, no se podrá salir o entrar en las casas, durante dos horas y media, salvo urgencia. En la Zona 2, el entorno del Falla, las restricciones comenzarán a las siete de la tarde hasta que concluya la ceremonia de recepción de las autoridades. La Zona 3, los alrededores del Hotel Atlántico, estará restringida mientras se celebra la cena oficial y hasta que todas los máximos dirigentes se hayan ido a sus hoteles.

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El sector hostelero y hotelero ha sido el más beneficiado por esta cumbre. Aunque ha tenido que aplicar descuentos, las 2.000 plazas hoteleras de la ciudad están llenas. Las repercusiones de la cumbre llegan hasta Chiclana, donde los mejores hoteles también acogen a jefes de Estado y de Gobierno. Muchos hoteles de la bahía gaditana también se han llenado gracias a los escoltas, los asesores, los mil periodistas acreditados, los empresarios invitados y los organizadores de eventos.

Los restaurantes también aguardan llenarse estos días. Los servicios de catering han tenido que adaptarse a los tiempos, reducir precios y atender la alta demanda. La crisis ha hecho que muchas empresas ofrezcan suntuosos descuentos a cambio de que se divulgue que sus autobuses o sus bebidas están sirviendo en esta importante cita. No todos los gremios están contentos. El sector del taxi cree que las restricciones de tráfico dificultarán la realización de su trabajo. Medidas de seguridad para ayudar a encumbrar a una ciudad.

Obras de última hora

Como si no se aprendiese de errores pasados, como si se tropezase sin rubor en la misma piedra, el centro de la ciudad de Cádiz vuelve a estar de obras a escasos días de una de sus citas con la historia más importantes. Ocurrió de igual manera en marzo, cuando la capital iba a celebrar el bicentenario del día exacto en el que se proclamó la Constitución de 1812. Entonces venían los Reyes, el presidente del Gobierno y las demás máximas autoridades del país. Pero los lugares por los que iban a pasar estaban levantados hasta justo la jornada de la efeméride, el 19 de marzo. Con turnos de 24 horas se concluyó la remodelación de la plaza de San Juan de Dios, frente al Ayuntamiento. También contrarreloj se renovó la calle Santa Inés, junto al oratorio San Felipe Neri, y se limpió el monumento de las Cortes, ambas paradas fundamentales de la comitivas oficiales.

Ahora, a solo cinco días de la cumbre iberoamericana de jefes de estado y de gobierno, Cádiz vuelve a estar de obras. Lo está en la plaza de Sevilla, lugar donde se encuentra el Palacio de Congresos, que será la sede de las principales reuniones de los dirigentes reunidos en Cádiz. También se están terminando de instalar los dos monumentos con los que la ciudad va a recordar este año 2012, las llamadas antorchas de la libertad, una ubicada en esta plaza y otra, al otro lado del muelle, frente a la calle Colombia, también completamente levantada.

Los turnos de trabajo aquí vuelven a ser frenéticos para que dé tiempo a culminar una obra, que se podía haber iniciado mucho antes, pero que ha esperado a que la alarma del reloj obligue a pisar el acelerador. Ahora como entonces las autoridades no muestran preocupación, convencidas de que ningún contratiempo impedirá concluir estos trabajos. Las obras, eso sí, afean los preparativos de la gran semana que va a vivir Cádiz.

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