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El comercio barcelonés vence a las grandes superficies metropolitanas

Los ejes comerciales superan en valoración a los hipermercados y al centro de Barcelona

Dani Cordero
Un comercio tradicional del Eixample de Barcelona.
Un comercio tradicional del Eixample de Barcelona.TEJEDERAS

Las grandes superficies comerciales han pasado de moda, a no ser que estén próximos al lugar de residencia. Las tiendas de proximidad, las de barrio, han acabado ganando la batalla a hipermercados, centros comerciales e incluso a la zona comercial de Barcelona por antonomasia, la que rodea al Portal de l'Àngel. El 90% de los compradores prefiere realizar sus compras cerca de su casa. Incluso ha desaparecido el gusto por ir de compras a la periferia del área metropolitana, que no se pisa a no ser que se busquen establecimientos muy determinados u ofertas sustanciosas.

“Los ejes comerciales concentran ahora una oferta que hasta hace unos años solo se encontraban en el centro de la ciudad”, señaló ayer Marçal Tarragó, responsable del Estudio de los hábitos de compra y flujos de atractividad de las polaridades comerciales en la ciudad de Barcelona, editado por el Ayuntamiento. Los usuarios valoran mejor esos comercios (7,9) que los centros comerciales (7,8) o incluso el centro de Barcelona (7,6). Uno de los cambios más significativos se ha producido en la compra de ropa o calzado: en 2003 un 59% salía del barrio para hacerlo; en 2011 esa cifra se reducía al 40%.

Barrios como Gràcia, Sants y Sant Andreu se han convertido en espacios comerciales de referencia para los compradores, que también valoran otros ejes comerciales del centro de Barcelona, como los de La Rambla y el paseo de Gràcia.

El estudio pone de manifiesto cómo se han hundido las preferencias por comprar en el centro de la ciudad, al considerar que los precios son caros y fallan elementos como la limpieza o la masificación. Por suerte, la gran afluencia de turistas salva el centro, lo que ha acabado consolidando a la capital catalana como “una ciudad de compras”, según explicó ayer el concejal de Comercio, Raimond Blasi.

El 7,1% de los encuestados aseguran realizar las compras de productos cotidianos los domingos. Tarragó señaló que ese hábito es consecuencia directa de la apertura de nuevos establecimientos de proximidad que reúnen las condiciones para abrir en festivo, sobre todo especializados “en fruta y verdura”. “Ese comercio es solo alimentario”, ha remarcado Blasi.

El concejal reiteró la disposición del Ayuntamiento de Barcelona para crear una zona turística de libre apertura los festivos, como dicta el decreto de liberalización comercial aprobado por el Gobierno central, siempre y cuando se pacte con el sector del comercio. “No tenemos inconveniente en estudiar su implantación”, señaló el concejal.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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